Diario de los chapuzones

Martes 04 de marzo de 2025
Carlos Ríos se suma a la colección de Bosque energético con un libro que salta las olas, del que compartimos una entrada.
Por Carlos Ríos.
Sábado 12, de la playa de la 35 hasta el muelle
En el taller literario que da en la escuela secundaria de Las Toninas suelta una consigna, fácil de resolver, que consiste en describir el mar. Los jóvenes se pasan todo el año en la costanera, van a tomar mate en invierno, a vender bártulos y comida para los turistas en verano, a jugar a la pelota, hacen rancho y escuchan música, fuman porro, etcétera. Contrario a lo que él había proyectado, la consigna fracasa: nadie escribe. Lo conocen de sobra, lo habitan, es parte de sus vidas, tal vez por eso no les importa describirlo; cuentan anécdotas que podrían localizarse en otros paisajes y en otras localidades semejantes. No pueden o no quieren decir nada y él, en vez de insistir, deja que escriban lo que les parezca. En el departamento frente al mar donde vive de prestado, al repasar con su escritura lo que había sucedido, se da cuenta de que escribir, para esos chicos y chicas, es contar aventuras inverosímiles, salidas de una imaginación intervenida por la lectura de mangas, las músicas que escuchan, las películas o animes que ven en sus celulares, todo eso que está ahí cerca y él desconoce por completo. Escribe que en el taller las palabras se retraen, hacen un rulo de agua salada que rápidamente se transforma en espuma y después nada, es barajar y dar de nuevo.