5 discos para escuchar mientras leés
Jueves 14 de enero de 2016
De Brad Mehldau a Ryuichi Sakamaoto, pasando por grupos indies en bandcamp: el soundtrack posible para señaladores ocupados.
Por Valeria Tentoni.
De preferencia instrumentales, para que las palabras cantadas no reboten contra las palabras que se están leyendo, acá van algunas bandas sonoras ideales para encarar libros muy largos, libros breves, nuevos, pendientes, regalos de Navidad y préstamos que ya es hora de que regresen con sus dueños. Hay discos de bandas emergentes y de compositores de renombre: sugerimos combinar cruzado con libros de escritores consagrados y noveles talentos.
Se los puede escuchar también para escribir y, por supuesto, se los puede escuchar sin hacer ninguna otra cosa, como reclamarían los puristas –ni siquiera un movimiento más allá del de acomodar la almohada y quedar boca arriba.
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1. "Largo", Brad Melhdau
Un disco que, quizás, sea un tanto competitivo con la lectura y termine venciendo el ánimo lector: Largo. Vale la pena intentarlo, sin embargo, y si no se lo quedan para escucharlo sin segundas intenciones. Tiene sus años pero se mantiene impecable (y trae unas versiones de “Paranoid android” y de “Dear Prudence” que, probablemente, te hagan soltar el libro, la mano que mece la cuna y hasta los problemas que ni todos los tatuajes pro-desapego de la Tierra podrían convencerte de olvidar). El jazz para Brad Melhdau es, según dice, un “irse por las ramas y quedarse ahí”. Música para volverse un barón rampante: que la disfruten. [Youtube]
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2. "BTTB", Ryuichi Sakamoto
“Back to the basics”: piano solo del maestro japonés. Este es uno de los quichicientos discos que sacó y es de 1999. Hay tantos más, ¡todos tan preciosos y de preciosuras con distintos motivos y texturas! Discos que, por momentos, no parecen hechos por el mismo hombre canoso que se dobla ante los dientes de marfil de ese animal poderoso como quien hace una reverencia. Sakamoto también compuso bandas sonoras para películas, como "Feliz navidad, Mr. Lawrence", de Nagisa Oshima y "Chatrán". ¿O creían que la magia la había hecho solo ese gatito múltiple, compuesto por más de 60 dobles de riesgo analógicos que hubo que reemplazar durante el rodaje? [Youtube]
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3. "Campamento", Dos astronautas
El debut de la banda bahiense, que se define entre el post-rock y ambient instrumental, salió en 2014 y se llama “Campamento”. Son diez temas que te dan, aproximadamente, una hora de colchón de belleza sobre el que recostarte para leer hasta que se te desintegre la mente. “Un fresco y conmovedor paisaje de naturaleza, cosmos y noches de estrellas fugaces”, lo definió Claudio Kobelt al destacarlo entre los discos de ese año. [Bandcamp]
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4. "El silencio de las cosas", Juan Stewart
Publicado en 2004 por Estamos Felices, es la banda de sonido original de la película del mismo nombre. Fue compuesta por el músico, productor e ingeniero de grabación en Estudio El Árbol, quien más tarde sacaría otros títulos como "Oui" y "Los días". Stewart también es autor de la banda de sonido de "Como un avión estrellado" y "Nadar solo", entre otras. Su escucha fue sugerida por el periodista @matiastxt, gran datero a seguir. [Spotify]
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5. "Martesplan EP", Martesplan
Martesplan es un cuarteto de rock instrumental formado en 2012 que sacó su primer EP el año pasado: es cosecha fresca pero suena prolijísimo y las guitarras, el bajo y la batería –una locomotora precisa– encastran a la perfección. De corrido, el EP es el plan maestro para leer un relato largo, una plaqueta de poesía o el primer capítulo de algo en el día más marciano de la semana. Si no alcanza, siempre tendremos el repeat. El EP arranca con un tema cuyo nombre podría ser, tranquilamente, el de una novela: “La feroz tiranía de los débiles”. [Bandcamp]
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