No Ficción

¿De qué estaban hechas las canciones de Nick Drake?

Sus manuscritos bajo la mirada de Chris Healey

"Nick fue como un espejo: iluminado frontalmente por una luz cegadora, devuelve una imagen punzante, no de sí mismo, sino de la persona que aspira a iluminarlo", escribió Gabrielle sobre su hermano para presentar Recuerdos de un instante (Malpaso), del que aquí publicamos un extracto en el que Chris Healey analiza su lírica, y tomamos una canción en especial: "Prendas de arena".

Por Chris Healey. Traducción de Luis Murillo Fort.

 

Las canciones de Nick Drake tienen la rara habilidad de no sonar anticuadas ni adscritas a un género determinado. Aunque surgieron de un amor inicial por el blues y el folk, cuando Nick empezó a componer prestó especial cuidado en evitar todo aquello que pudiera vincularlo demasiado a formas establecidas. Se puede rastrear fácilmente la influencia que tuvieron John Renbourn y Donovan, por ejemplo, o canciones como «Milk and Honey» de Jackson C. Frank, en su primer trabajo. Pero Nick comenzó muy pronto a buscar nuevos acordes y progresiones armónicas —recurriendo con frecuencia a afinaciones alternativas—, como si los voicings sencillos con los que había aprendido a tocar no le satisfacieran.

Dichas influencias, sin embargo, se dejarían notar sobre todo en términos de estructura: como buena parte del blues y mucha música folk, sus canciones casi nunca tienen estribillo.

Naturalmente, Nick no era el primer guitarrista que recurría a afinaciones alternativas para buscar un sabor diferente, pero muchas veces nos queda pese a todo una sensación de familiaridad; nuestro oído acaba acostumbrándose al tipo de sonidos que los guitarristas de folk sacan de las afinaciones más habituales, como re la re sol si mi o re la re sol la re, por ejemplo. Es como si Nick hubiera buscado que sus partes de guitarra no sonaran, dentro de lo posible, a nada conocido. En los tres discos publicados en vida encontramos solo cinco canciones que estén tocadas en afinación estándar (y aun así, los acordes de «River Man» y «Poor Boy» son muy poco corrientes) y únicamente dos en afinaciones «abiertas» típicas del folk. Nick utilizaba mayormente dos afinaciones, si mi si mi si mi y do sol do fa do mi, que le permitieron desarrollar un paisaje armónico particular, mientras que sus otras afinaciones parecen responder a un intento de que las notas de cada canción hablaran entre sí como él deseaba, y no a un simple ejercicio para ver si salía algo especial. Podemos imaginar a Nick tocando un simple patrón Asus9-D en afinación estándar y pensando «si pudiera tener un la agudo todo el rato», colocando luego la cejilla en el sexto traste y bajando luego medio tono la tercera cuerda (de sol a fa#)… y ya tenemos «’Cello Song». O tocar los voicings que se convertirían en «Place to Be» en su típica afinación do sol do fa do mi y ver que no había manera de conseguir el acorde de mi menor que él quería oír… bajando por lo tanto el do agudo hasta sol para hacerlo posible… y ver entonces que el sol al aire añadía una textura nueva e interesante a los otros acordes.

(...) En cualquier caso, escribir sobre cómo funciona una pieza musical es harto complicado. Dejando a un lado que las armonías de una canción puedan no causar el mismo impacto en un oyente que en otro, nadie desea escuchar una canción o una pieza musical y que luego venga alguien y le hinche la cabeza con prolijos comentarios sobre el «significado» de cada cambio de acorde.

Es más, componer canciones no siempre es un proceso, por decirlo así, consciente. En parte, consiste en saber cuándo algo «funciona», cuándo una secuencia de acordes o una melodía o un determinado fraseo de guitarra pasan de ser una posibilidad, una idea, a convertirse en algo que de repente parece tener su propia lógica interna, o que parece expresar un determinado sentimiento, o que encaja tan bien con la letra que es como si ambas cosas hubieran surgido a un tiempo. Unas veces entiendes por qué algo funciona; otras veces medio lo sabes (y medio no quieres saberlo); y otras, en fin, es un misterio absoluto.

Esto no es, pues, un intento de aportar una reducción lógica del arte de Nick Drake, ni tampoco un manual sobre «cómo ser Nick». Espero que las piezas iluminen y despierten interés por lo que son. Pero el arte que impacta siempre nos conduce a un lugar que está más allá de toda explicación; tocar acordes raros en afinaciones aleatorias no convertirá a quien lo haga en otro Nick Drake. Años después de que la obra de muchos de sus contemporáneos haya quedado obsoleta o se haya desvanecido sin más, las canciones de Nick siguen emocionando profundamente y lo hacen, además, de un modo que sencillamente no se puede glosar.

 

 

Clothes of Sand 

Prendas de arena

 

 

¿Quién te ha vestido con extrañas prendas de arena?

¿Quién te ha llevado lejos de mi tierra?

¿Quién ha dicho que mis palabras no eran ciertas?

¿Y quién dirá que me quedé demasiado tiempo?

Prendas de arena cubren tu rostro

Te dan sentido, pero me ocupan mi lugar

Así que dirígete hacia el mar

 

 

Algo te ha alejado mucho de mí

¿Crees que vale todos los colores del cielo

Ver la tierra a través de ojos pintados

Mirar a través de ventanas opacas

Ver las manchas de hierba invernal?

¿Puedes volver al sitio de donde viniste?

¿Intentas quemar tu nombre cambiante

O con cucharas de plata y luces de colores

Adorarás lunas en la noche invernal?

 

Prendas de arena cubren tu rostro

Te dan sentido, pero me ocupan mi lugar

Así que dirígete hacia el mar

Algo te ha alejado mucho de mí

 

Una sola cuerda, afinada diferente, da para mucho. El la derivado de bajar un tono la segunda cuerda (si) genera efectos de clúster en tres de los cuatro acordes de la estrofa, a saber, la incertidumbre armónica de los add9 y la tensión del Eadd4 (en «your changing name»). La mano derecha, con la precisa digitación que ya era habitual en Nick, aporta al conjunto sus propias lógica y estructura.

Pero lo más importante, tal vez, es que esa cuerda bajada un tono proporciona al acorde base del principio y el final una persistente tónica doblada sin establecer claramente si la tonalidad es mayor o menor. En la melodía aparece la tercera menor, pero no así en el acompañamiento. La letra se está preguntando acerca de si las cosas en realidad no son tan buenas como parece; pero con una tercera menor en el acorde, la canción suena «triste» de entrada; ya ha decidido por ti y las preguntas que se hace el cantante dejan de tener sentido. (Algo similar ocurre en «Time of No Reply», donde la tercera menor aparece en la B en la melodía, pero no así en el acorde, lo que cuadra con la letra cuando dice que las cosas pintan muy mal pero no están fatal del todo.)

 

 

 

 

Sigue en... 

 

 

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