Y todo el cielo
Columnas
Jueves 07 de abril de 2022
"Ni siquiera el cielo es el mismo, hasta eso se alteró". El autor de libros como La vanguardia permanente, Ciencias morales y Confesión en una nueva entrega de su serie.
Por Martín Kohan. Foto de Alejandra López.
Tal vez no era así. Pero yo lo recuerdo así (estoy parafraseando, como se notará, el “Nocturno” a mi barrio” de Aníbal Troilo. Porque dónde, sino en el tango, aprendemos a añorar).
Eran aviones, y lo son. Y bajaban, igual que ahora, en el Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires. Aunque quizás, desde entonces hasta ahora, pueden haber cambiado los motores, no ser las mismas turbinas; y quién sabe entonces si el ángulo de descenso, si la línea tácita que trazan ahí arriba, son exactamente los mismos de aquel tiempo.
¿Y si no eran así? Si no eran así, no importa. Porque yo lo recuerdo así.
Cuando vengo a la cancha, cuando vengo a esta cancha, cuando vuelvo al barrio de infancia porque vengo a ver a Defensores, recupero, entre tantas cosas, esa escena: veo pasar los aviones bajando hacia el Aeroparque. Lucen menos en vuelo que en suspensión, flotando suavemente, como en espera, ensayando, cautelosos, los gestos del aterrizaje inminente. Son exactamente la curva, la altura, la duración, el dibujo repetido en el aire que yo veía una y otra vez, día tras día, desde la ventana del comedor de mi casa, en los años de la niñez. Mi visión de horas muertas, la costumbre de asomarme porque sí: los aviones pasando y bajando.
¿Y el cielo, al menos el cielo, es el mismo y no ha cambiado? Ni siquiera el cielo es el mismo, hasta eso se alteró. El cielo es cielo perdido (estoy citando, como se notará, la letra de “Sur”, de Homero Manzi), porque antes era inmenso, en despliegue y absoluto; antes se abría a sus anchas sin recortes ni reticencias, en un borde de ciudad sin ya más nada. Antes era el techo imposible de un río implícito, ahora es un cielo más urbano, buscado por los edificios flamantes. Pero es el cielo que hay, y los aviones siguen bajando. Más o menos en el mismo ángulo, más o menos con la misma curva.
De chico, que yo recuerde, no comía magdalenas. Pero sí miraba aviones. Más o menos desde acá.