Tres poemas de Juan L. Ortiz
Poesía argentina
Miércoles 26 de agosto de 2020
Tomados de la nueva edición crítica de la Obra completa de Juan L. Ortiz (Eduner/ Ediciones UNL), del volumen En el aura del sauce, un libro único que Ortiz escribió a lo largo de toda su vida, publicado ahora autónomamente en un solo volumen por primera vez.
Tomados de la nueva edición crítica de la Obra completa de Juan L. Ortiz (Eduner/ Ediciones UNL), del volumen En el aura del sauce, un libro único que Ortiz escribió a lo largo de toda su vida, publicado ahora autónomamente en un solo volumen por primera vez.
Tarde
El mundo es un pensamiento
realizado de la luz.
Un pensamiento dichoso.
De la beatitud, el mundo
ha brotado. Ha salido
del éxtasis, de la dicha,
llenos de sí, esta tarde,
infinita, infinita,
con árboles y con pájaros
de infancia ¿de qué infancia?
¿de qué sueño de infancia?
Entre Ríos
Es tan clara tu luz como una inocencia
toda temblorosa y azul.
Tu cielo está limpio de humo de chimeneas
curvado en una alta
paz de agua suspensa.
Y tus ciudades blancas, modestas, casi tímidas,
ríen su aseo rutilante entre las arboledas.
No hay en tu tierra gracias sorprendentes de líneas
—apenas si una suave melodía de curvas—,
pero tiene ella un
encanto de mujer, de sencilla, de agreste
belleza,
vestida de un silencio verde y feliz de campo,
toda húmeda de una alegría de arroyos,
con una cabellera densa de árboles libres.
Lluvia
Todo el día mi alma hoy estará suspensa
de la voz del agua,
como en un sueño
mojado.
La voz del agua
dulcemente cierra el mundo!
¡La voz del agua!
Todo el día seré un niño
que se está durmiendo.
La vida será sólo
una voz querida.