Tres poemas de Andrea Franco

Miércoles 30 de abril de 2025
La poeta nacida en La Habana participó del ciclo “El material existente” del Club Eterno, curado por Nahuel Lardies.
¿Conocen el ciclo de poesía que se presenta en la librería una vez por mes? En el marco del Club Eterno, Nahuel Lardies presenta “El material existente", un encuentro mensual para conocer y profundizar en la producción poética local, actividad abierta y gratuita a la que les invitamos a venir.
En el último encuentro participaron Susana Villalba, Alejandro Crotto, Osvaldo Bossi y Andrea Franco, de quien presentamos poemas a continuación.
Nacida en La Habana en 1991, Andrea Franco es licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Tres de Febrero.
Trabaja en edición, gestión cultural y, desde 2016, da talleres de escritura y literatura. Fue seleccionada en la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2021/2022 en las categorías de Poesía y Relato, finalista del Gran Premio Banco Provincia de Literatura (2024) y ganadora de Relato del Premio Estímulo a la Escritura “Todos los tiempos el tiempo” (2024).
Participó en diversas antologías y revistas literarias de Argentina, México, Cuba y Francia. En 2022, publicó Las ceremonias (Concreto Editorial), su primer libro de poemas. Estos poemas pertenecen a su segundo libro de poemas, todavía inédito, Lo que come el fundamento.
trabaja el majá en el fundamento
para despojar espíritus oscuros
depurar con vibraciones positivas
echar las malas influencias
la prenda come ron dinero o gallo
blanco y chivo blanco
vino seco con canela
agua de colonia tiñosa jicotea
a lo que se ha fundamentado
con majá perro o gato
no se le da su sangre
*
las casas se suceden y el paisaje
mental es siempre una ventana
de celosías apenas sostenidas
por un encastre débil en las junturas
y una palma
alta donde clavar un gallo negro
de madrugada llamar
a san cipriano pedir al diablo que a los buenos
espíritus los vuelva malos
dejar un puñado de tabaco
en el alféizar y alejarse
de la fascinación del precipicio
de la punta de montaña
de fijar la vista de más
del fondo del agua
*
el pulpo ocupó el centro de la mesa
podríamos nosotros también
haber permanecido
extáticos en perpetuo asombro
las manchas oscuras
son solo sombras
es posible sostener
una sonrisa y la distancia
o hay que morir un poco
como el pulpo sobre el plato
un girasol violeta espiral
tornasolado o el agua
es solo agua y la arena
blanquísima —no es harina ni azúcar
es consistencia del tiempo
en caracoles de plata