El producto fue agregado correctamente
Blog > Club Eterno > Rafael Ferro: “En el set yo siempre estoy leyendo”
Club Eterno

Rafael Ferro: “En el set yo siempre estoy leyendo”

El actor participó de una entrevista pública en la librería en el marco del Club Eterno en la que repasó sus lecturas más queridas. 



Por Nacho Damiano


Como parte del Club Eterno, invitamos al actor Rafael Ferro para conocer un aspecto de su vida quizás un poco oculto para sus fans: su pasión por la lectura. Amigo de Edgardo Cozarinsky, comprador compulsivo de libros, nos contó que la lectura le salvó la vida. Admirador de Kerouac, Dostoievski y Di Benedetto (uno de sus hijos se llama Antonio como homenaje al enorme autor mendocino), estos son los libros de su vida. 


 

¿Qué lugar ocupa la lectura en tu vida cotidiana? En algún momento hablaste de un “vicio”, como si lo padecieras. 

Bueno, el bolsillo un poco lo padece (risas). Soy una persona que compra cinco libros por semana, es un lindo presupuesto.  

O sea que tenés una biblioteca importante. 

No tanto, porque regalo mucho. Antes era más mezquino, pero me curé. Compro muchos, pero quizás de los cinco que compré, dejo tres. Decía vicio porque no entiendo cómo hace para vivir la gente que no lee. Por ejemplo, no sé cómo haría para sobrellevar un domingo sin suicidarme si no tuviera un libro en la mano (risas). Yo ya tengo ese hábito: me levanto y agarro un libro, voy al baño y llevo un libro. A veces voy a hacer pis a la noche, agarro el libro que está en el baño y me desvelo. 

¿Te pasa eso literalmente? 

Obvio. También tengo varios libros en el auto, paro en el semáforo y abro uno. Porque no es solo leerlo, me pasan otras cosas, los huelo por ejemplo. Siempre tengo varios encima, como si fueran amuletos, por más que no los esté leyendo. Salgo con dos o tres a la calle, es como un peluche. Una vez me crucé en esta misma librería con Garamona, el editor de Mansalva, y nos quedamos charlando porque habíamos venido a lo mismo: teníamos que hacer unos trámites y estábamos comprando algo porque habíamos salido a la calle sin ningún libro y necesitábamos uno. Es una compañía muy potente, porque si el libro está bueno, si te atrapó, es como un portal: estás en la fila del banco pero tu mente está en Roma, en Venecia, en el pasado, en el futuro. Es algo mágico. En los rodajes se nota mucho: abro el libro y TIC, de repente la historia me abduce y no estoy más ahí. Tiene algo de zen, de meditación también.  

¿Hoy qué leíste en el rodaje? 

Estoy leyendo una poeta que no conocía, Blanca Varela, en una edición conjunta hermosa de Gog y Magog y Caleta Olivia. Y también estoy con una novela de Socorro Venegas, ya había leído otra novela suya y me gustó mucho. Siempre dos o tres para ir mechando géneros: novela, poesía, ensayo. Como si fuera picadita, plato y postre.  

Volviendo a la pregunta del lugar que ocupa la lectura en mi vida, yo no terminé el colegio. Mi educación estuvo (y está) en los libros. Pero además, me pasa algo rarísimo, quizás porque soy un lector un poco inocente: me influencia mucho lo que estoy leyendo. Si leo a Bukowski, leo con una cerveza al lado, leo a Kafka y estoy deprimido. Me compenetro mucho, me meto en el libro en serio. Uno de los libros que es como una joya para mí es Los suicidas de Di Benedetto. En un momento cita a Kafka, que dice que uno solo debería leer los libros que nos producen el efecto de un hachazo en la cabeza. Busco ese hachazo de forma desesperada.

¿Y cómo elegís qué leer?

Voy mucho a librerías en las que trabaja gente que sabe (como esta en la que estamos, por ejemplo), y me fueron educando. Uno es como una especie de cazador, siempre está buscando ese libro que te parta la cabeza, y con el tiempo desarrolla olfato, por eso no tengo ninguna culpa en abandonar un libro que en la página cinco ya me di cuenta de que no me va a gustar. Lo dejo y sigo buscando.  

Además, la única forma de encontrarlo es desmalezando: este no, este no, este sí. Encontrar el libro que nos parte la cabeza sucede 10, 20 veces en la vida, tampoco pasa todo el tiempo.  

Totalmente. También me gusta mucho ir viendo lo que sale, ahora por ejemplo antes de la charla vi el nuevo de Ana Paula Maia (se refiere a Búfalos salvajes) y me llamó la atención, ya me interesó sin saber mucho de qué va. Por suerte me sigue pasando, no dejé de encontrar libros que me conmuevan. 

¿Quién te incentivó a la lectura? Más allá de acceder al objeto libro, ¿quién te despertó las ganas de leer? 

Mi padre y mi madre, los dos eran tremendos lectores. Mi viejo era fanático de la ciencia ficción: Bradbury, Asimov, Philip Dick, Sturgeon. Después se volcó al misticismo: Saint Germain, Lobsang Rampa. Mi vieja era más de Graham Green, Agatha Christie. No paraban de leer, me dieron el ejemplo, los veía leyendo todo el tiempo, entonces uno empieza a copiar, que es lo que me pasa con mis hijos ahora. Yo no soy de dar consejos, pero en esto sí insisto, es de las pocas certezas que tengo: lean. Hagan el ejercicio, agarren un libro, después otro y un día ya tenés el hábito incorporado.  

Yendo un paso más adelante en tu vida de lector, tengo la teoría de que todos tenemos un libro en particular que nos convierte en lectores, que cuando lo terminamos nos damos cuenta de que pasó algo distinto a lo que venía pasando y ya no vamos a dejar de leer nunca. ¿Te pasó? 

Sí, me acuerdo perfecto. Hasta ese momento yo venía un poco histeriqueando, leía salteado, no tenía la costumbre, pero pienso como vos: en un momento leemos algo que nos atraviesa, que no tiene por qué ser un libro genial, tiene más que ver con el momento de la vida en el que estamos. El que en mi caso me hizo el click y dije “nunca más largo esto” fue Los subterráneos de Kerouac. Lo habré leído a los 16 años y ya no pude salir: leí todo Kerouac, seguí con el resto de los beats y no paré más. Porque un buen libro te lleva a otro, Kerouac me mostró a Dostoievski y leí Crimen y castigo, pasé a Hermanos Karamazov y ya no pude largar. Terminé comprando cinco libros por semana (risas).  

¿Recordás alguna sensación que hayas tenido durante la lectura de Los subterráneos

Sí, totalmente. A mí me gusta mucho probar cosas, he probado con distintos tipos de plantas por ejemplo, y está esa sensación de “la primera vez de”. Como que te quedás pensando y decís “wow, ¿qué pasó?”. Un buen libro, por lo menos los que me atraen a mí, es una especie de magia, de alquimia, hay algo en la combinación de palabras que despierta sensaciones que no conocías. Como cuando ves por primera vez La ley de la calle, te pasa algo en el cuerpo. Por eso mi admiración tan tremenda por los escritores, ¿cómo puede ser que este tipo, con las mismas palabras que tenemos todos a mano todo el tiempo, me está haciendo repensarme como persona, como artista? Es una especie de super poder.  

Y para sumarle un grado de metafísica, también la importancia de en qué momento de tu vida aparece el libro, quizás si lo agarrabas un año antes o un año después no tenía ese impacto. 

Exacto. Es algo muy similar a lo que pasa con los vínculos, con las personas. La gente que aparece en tu vida para modificarla aparece en el momento justo, tenía que ser esa persona en ese momento, aparece por algo. Hay algo como de comunión ahí que me interesa muchísimo.  

Pero también está la otra lectura, que también me interesa, que es la que quizás no te aporta tanto pero no podés parar. Me pasa con los policiales, con Lee Child por ejemplo. Creo que hasta químicamente, neurológicamente pasa algo raro con esos libros, puedo leer veinte uno atrás del otro. Creo que también hay una maestría ahí, en tenerte atrapado y que no puedas parar de leer, como que te lleva a otra dimensión. ¿Cómo lo logra?     

Crucemos un poco tu amor por la lectura con tu oficio de actor: ¿qué personaje literario te gustaría personificar? 

Batman. Me vuelve loco hasta estéticamente. Pero un Batman del conurbano. En un momento le pedí a Fabián Casas que me escribiera algo, un Batman de Boedo, con otra cintura, sin tanta guita. Que cumpla las misiones como “un laburito más”, como si fuera un plomero. No prosperó.   

¿Y qué película o serie le recomendás a alguien que lee mucho pero no se entusiasma con lo audiovisual? 

Cine de autor. No importa qué película específica, pero que sea gente que se haga preguntas, que haya búsquedas con el lenguaje. Puede ser Fellini, Cassavetes, Tarkovski, Bergman. Incluso Lars von Trier, que mucho no me lo banco. Gente libre, que tiene su interés propio, su mundo privado. Que se haga preguntas que van más allá del arte, casi existenciales, esa idea de ¿quién soy? Que no busca el éxito de la plataforma, que se resiste a la homogeneización del capitalismo: poco riesgo, todo igual, resultado más o menos asegurado. No hay búsqueda profunda en ese trabajo.  

Para cerrar, una pregunta abierta: ¿cómo sería Rafael Ferro si no leyera? 

Y, quizás más feliz. Jugaría más al fútbol. El otro día tuve una de las sesiones de terapia más ridículas de mi vida: me puse a llorar desconsoladamente porque me cayó la idea de que cuando me muera no voy a poder leer más. Volvemos a lo del portal a otros mundos, estas manchitas en el papel te brindan de repente dos horas de salvación, en las que sos vos, pero no sos vos. Si no leyera no tendría esa salvación tan a mano. En el set yo siempre estoy leyendo, en el medio del lío del trabajo y mucha gente me pregunta “¿cómo hacés para leer acá? Y para mí es al revés, me meto en ese universo, me abstraigo del mundo. ¿A dónde me iría si no leyera?

Artículos relacionados

Miércoles 26 de marzo de 2025
María O’Donnell: “El periodismo lleno de certezas me aburre”

Como parte del Club Eterno, la periodista participó del ciclo “Teoría de los conjuntos” y conversó en vivo con Nacho Damiano en la terraza de la librería. 

Lunes 31 de marzo de 2025
Tomás Downey: “En mi cabeza, la novela es una película que proyecto”

El escritor y guionista argentino acaba de publicar su primera novela, López López (Fiordo), y nos visitó para una entrevista en vivo en el marco del ciclo “De Cháchara”. 

Viernes 09 de mayo de 2025
Sonia Budassi: “Convertimos el acto personal de la lectura en un fogón grupal”

A cargo del Club de Lectura de la librería, la escritora, periodista, editora y docente reflexiona sobre esta práctica de lectura compartida. ¿Ya te anotaste? 

Lunes 12 de mayo de 2025
Pablo Semán: “Tenemos un capitalismo autoritario”

El autor de Está entre nosotros. ¿De dónde sale y hasta dónde puede llegar la extrema derecha que no vimos venir? (Siglo  XXI) visitó el Club Eterno. 


Jueves 15 de mayo de 2025
La poesía y la belleza, literatura disidente

La escritora francesa Emmanuelle Bayamack-Tam visitó Argentina para presentar su obra y conversó con Silvina Friera en el marco del Club Eterno. 

×
Aceptar
×
Seguir comprando
Finalizar compra
0 item(s) agregado tu carrito
MUTMA
Continuar
CHECKOUT
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar