Club Eterno

Josefina Licitra: “El amor es uno de los principios ordenadores del libro”

La cronista y guionista participó del ciclo “De cháchara” en el Club Eterno, con su nuevo libro Crac (Seix Barral).  



Por Anne-Sophie Vignolles



El ciclo De Cháchara, que organizamos desde el Club Eterno en la librería Eterna Cadencia, recibió a Josefina Licitra para conversar sobre su último libro: Crac (Seix Barral, 2025). “Creo que, si hay un archienemigo en toda la historia, no es mi padre, no soy yo, es la distancia. La distancia es una mierda”, dijo en esa oportunidad.  

Periodista, cronista, guionista, Josefina Licitra publicó, entre otros, Los otros, Los imprudentes y, este año, Crac. Es reconocida como una de las voces más potentes del periodismo narrativo latinoamericano. Su obra ha sido traducida a varios idiomas.  Además de su trabajo como periodista en medios nacionales e internacionales, dictó talleres de escritura y colabora en proyectos de guion audiovisual. 

Hoy, con Crac Josefina vuelve a la historia íntima y conflictiva con su padre, exiliado durante la dictadura, y a la vez reflexiona sobre los alcances y límites de la escritura: “Crac conectaba dos dimensiones que para mí son centrales, como son escribir y tener un control de mi cuerpo lo más completo o lo menos imperfecto que sea posible”. 


 

Tu libro puede leerse como un diario, una indagación sobre la militancia, un relato de amor filial, incluso una búsqueda de reconciliación. Pero al mismo tiempo es un libro duro, atravesado por el silencio y la distancia. ¿Qué lugar ocupa el amor en Crac

Creo que el amor es uno de los principios ordenadores del libro, aunque no el único. Está el amor filial, intergeneracional, pero también la escritura como principio de orden. Cuando mi padre se retira de mi vida, no sólo se lleva consigo su amor: también desarma mi lenguaje. Escribir era mi manera de habitar el mundo; cuando él me dice “no escribas más sobre mí”, yo dejo de escribir. 

El título mismo, Crac, suena como una onomatopeya. ¿Cómo surgió? 

Apareció muy tarde, casi al final del proceso. Pensé en titularlo Señor Licitra —como aquellas crónicas que publiqué hace años—, después en una frase que mi padre me escribió en un mail: “bajo la línea de flotación”. Pero Crac me pareció más misterioso, más polisémico. Es el ruido de algo que se rompe: un cuerpo, una relación. También puede leerse con ironía, como “tu padre es un crack”. Ese juego me gustó. 

Tu relación con la escritura empezó muy temprano, a través de cartas a tu padre exiliado. ¿Sentís que ese origen marcó tu destino como escritora? 

Sí, totalmente. Mi padre se fue a España en 1978 y nuestra relación fue epistolar. Desde muy chica me pedían que le contara cómo era mi vida, qué hacía, con quién jugaba. Yo hacía verdaderas crónicas de mi infancia. Cuando terminé la secundaria ya sabía que mi vida iba a estar ligada a la escritura: era la única zona de seguridad que tenía. 

Contás que después de aquel corte con tu padre dejaste de escribir. Sin embargo, aparecieron los guiones. ¿Fue la forma para poder seguir escribiendo, aunque no del todo lo que vos querías escribir? 

El guion es un engranaje colectivo. Lo que una escribe pasa a ser de todos: director, actores, productores. No hay apropiación. En ese momento, en el que no podía escribir más (luego del corte con mi padre), me sirvió para seguir trabajando, pagar las cuentas, pero no me llenaba. La escritura personal, la que me hacía bien, esa estaba bloqueada. Y lo aprendí en carne propia: cuando no escribo, mi cuerpo me pasa factura. 

En el libro también se lee tu vínculo con el cuerpo: la enfermedad, la danza, el movimiento. ¿Cómo dialogan escritura y cuerpo en tu vida? 

Para mí son dos apoyos fundamentales. Nací con una malformación en la cara, tuve operaciones, después somaticé mucho. La danza fue siempre un sostén. Escribir y mover el cuerpo son dos maneras de ordenarme, de no desmoronarme. Por eso Crac me parece un título justo: conecta esas dos dimensiones que me sostienen. 

En Crac late también la militancia. Tu padre se exilia por su compromiso político. ¿Sentís que tu escritura es, de algún modo, tu forma de militancia? 

Quizás sí. La militancia tiene que ver con reglas, con un orden. Yo soy muy clásica, muy obediente con las reglas de la escritura. Para mi padre, el principio ordenador era la militancia; para mí, lo es el lenguaje. Hay un punto de contacto. 

El libro expone la intimidad familiar y eso nunca es fácil. ¿Cómo manejaste ese riesgo? 

Lo escribí sin voluntad de dañar, y eso me deja tranquila. Se lo di a leer a mi madre, por precisión de datos. Después asumí que habría malestar. Pero creo que, si una escribe, tiene que hacerlo desde una verdad, sin caretearla. Cada familia puede escribir su propio libro. 


Ping pong de preguntas 

Un olor de tu infancia: la sopa de la guardería. 

Un libro al que volvés: La materia de este mundo, de Sharon Olds. 

Una palabra que te gusta: No sé por qué, últimamente digo mucho la palabra “nítido”. 

Un miedo como escritora: Después de este libro, ninguno. 

Un consejo para quienes escriben: Paciencia. No apurarse, dejar que el tiempo decante. 

Artículos relacionados

Laura Wittner: “Escribir es lo que me mantiene centrada”

La poeta y traductora visitó la librería para participar del ciclo “De cháchara” con Anne-Sophie Vignolles.

Santiago Loza: “Uno siempre ronda las mismas zonas”

El Club Eterno recibió al dramaturgo, cineasta y narrador, autor de libros como Archivo madre, para una entrevista en vivo.

“A los humanos no nos alcanza con vivir en el mundo, queremos entenderlo”

“Evolutivamente el amor es buenísimo”, afirmaron Fabricio Ballarini y Juan Bonnin, autores de No sos vos, soy yo, en una nueva entrevista en vivo de Nacho Damiano.

Ricardo Romero: “Nos cuesta cada vez más escuchar discursos distintos al nuestro”

El escritor y profesor participó de una entrevista en vivo como parte del ciclo “Teoría de conjuntos” del Club Eterno.

“La memoria es un territorio en permanente disputa”

Hernán Confino y Rodrigo González Tizón, autores de Anatomía de una mentira, visitaron la librería en el marco del ciclo de entrevistas Teoría de Conjuntos.  

Leo Oyola: “La escritura se me instaló, no puedo parar”

El autor de Kriptonita visitó la librería para participar del Club Eterno con una entrevista en vivo. 

×
Aceptar
×
Seguir comprando
Ver carrito
0 item(s) agregado tu carrito
×
MUTMA
Seguir comprando
Checkout
×
Se va a agregar 1 ítem a tu carrito
¿Es para un colectivo?
No
Aceptar
×
Suscripción Eterna
Suscribite
Y recibí nuestro newsletter semanal con lo mejor del blog, todas las novedades y la agenda de la librería.
SUSCRIBIRSE