Xenofeminismo: tecnologías de género y políticas de reproducción
Un libro de Caja Negra
Jueves 30 de agosto de 2018
Helen Hester amplía lo expuesto en el manifiesto del movimiento y desarrolla una programática a partir del antinaturalismo, el tecnomaterialismo y el abolicionismo de género. Compartimos el prólogo de la novedad de Caja Negra Editora.
Por Helen Hester.
En cierta medida, es posible definir al xenofeminismo, o XF, como un trabajo de bricolaje que conjuga los aportes del ciberfeminismo, el posthumanismo, el aceleracionismo, el neorracionalismo, el feminismo materialista y otras corrientes de pensamiento, en un intento por forjar un proyecto a la medida de las condiciones políticas contemporáneas. Lo que el xenofeminismo busca ensamblar a partir de esta larga lista de influencias no es una posición política híbrida –noción que sugeriría la existencia de un imposible estado anterior no híbrido–, sino una que esté libre de la “infección de la pureza”. Este minucioso trabajo de recolección, selección y revisión de las perspectivas existentes (que consiste en el desmontaje crítico de todas estas influencias) le permite al xenofeminismo posicionarse como un proyecto para el cual el futuro permanece siempre abierto y constituye el horizonte de posibilidad de una drástica reconfiguración. El presente libro ofrece un primer intento de desbrozar en detalle los supuestos, argumentos y consecuencias del manifiesto xenofeminista de 2015. No obstante, resulta imperioso señalar que se trata tan solo de una de las posibles interpretaciones de este proyecto polisémico, en el que se advierte la presencia de tensiones irresueltas, como resultado de un verdadero trabajo en colaboración a partir de la diferencia.
Es probable que cada unx de lxs seis integrantes de Laboria Cuboniks –grupo de trabajo xenofeminista del que formo parte– pusiera el énfasis en un aspecto distinto del manifiesto y eligiera dar prioridad a algunas tendencias en desmedro de otras, en virtud de nuestras respectivas trayectorias, intereses y posiciones políticas. El proceso de negociación entre nuestros distintos compromisos feministas ha sido uno de los rasgos más satisfactorios y reveladores del trabajo que hemos llevado adelante de manera colectiva durante los últimos tres años. El manifiesto es un documento del que todavía nos sentimos orgullosxs y al que continuamos recurriendo en nuestras respectivas prácticas individuales (ya sea en la música, en las artes visuales, en la arqueología, en la teoría, en el activismo, en la escritura de código o en la poesía). En este trabajo en particular me interesa ofrecer mi propia variante del XF, sin por ello dejar de reconocer los distintos elementos que constituyen el proyecto en su totalidad. Valga todo ello para señalar que este no es el libro sobre el xenofeminismo, sino un libro sobre xenofeminismo.
Quisiera comenzar por un breve reconocimiento de algunos de los límites de este texto y también de lo que espero lograr en las páginas que siguen. Xenofeminismo no es una exhaustiva revisión de la bibliografía académica existente ni una monografía acerca de las distintas teorías feministas sobre la ciencia y la tecnología. Antes bien, se construye como un texto polémico, una provocación, a partir de una selección de materiales críticos autoconscientemente idiosincrática. Las referencias que apuntalan este texto no han sido elegidas solo por su gran capacidad de articular y abarcar las distintas cuestiones de género, tecnología, raza y sexualidad, sino ante todo por su carácter sugerente y su utilidad a la hora de elaborar una de las distintas tendencias posibles del proyecto XF. El hilo rojo que vincula a los distintos capítulos no es otro que lo que a mi juicio constituye uno de los territorios más atractivos para cualquier posición xenofeminista en formación: el problema de la reproducción, tanto biológica como social. Es en torno a este tema que convergen los argumentos de Xenofeminismo.
El capítulo primero ofrece una definición parcial del XF y esboza algunos de los conceptos generales que habré de retomar en los capítulos siguientes. Presta atención, en particular, a tres ideas fundamentales del manifiesto –el tecnomaterialismo, el antinaturalismo y el abolicionismo de género– que a mi juicio podrían contribuir a la construcción de una política xenofeminista acerca de la reproducción. En el capítulo segundo, me ocupo de las futuridades XF y, con mayor precisión, de la necesidad de desarrollar representaciones del futuro que no estén basadas en la prescripción ni en la proscripción de la reproducción biológica humana. A partir de lo que ocurre en el activismo ecologista contemporáneo, apunto contra la utilización del Niño como ícono privilegiado de un mundo por venir, como así también contra las tendencias antinatalistas subyacentes a las propuestas de futuro sustentable de los últimos años. Por mi parte, a modo de conclusión, planteo que debiéramos alentar una forma de política mutacional, capaz de conducirnos hacia prácticas de xenohospitalidad.
El capítulo tercero aborda la cuestión de las tecnologías XF a través del análisis del movimiento de salud feminista de los años setenta. Esta sección –la más extensa del libro– presta atención al activismo de la segunda ola, un modelo que en ocasiones resulta incluso problemático, no para alzarlo como un modelo a seguir, sino con el propósito de identificar algunas de las posibilidades todavía latentes que contenían sus trayectorias parciales. Allí me pregunto, ¿qué pueden enseñarnos las tecnologías de autoayuda “Hágalo usted misma” (conocido en inglés como DIY) de los años setenta acerca de la autonomía corporal y la soberanía reproductiva desde una perspectiva xenofeminista? La conclusión extiende el marco de este análisis hasta abarcar también las prácticas contemporáneas de biohackeo. De manera deliberada, rehúyo los imaginarios políticamente sordos de algunas formas actuales del transhumanismo y en simultáneo pongo al biohackeo en diálogo con el activismo trans* por la salud y los discursos acerca de la justicia reproductiva, con el objetivo de llamar la atención respecto de las dimensiones más materialistas de las distintas perspectivas del nuevo siglo acerca de la transformación corporal emancipatoria y autodirigida.
Si bien el problema de la reproducción, en un sentido amplio, constituye siempre el centro de mi articulación de la propuesta xenofeminista, en el transcurso del libro inevitablemente habrán de surgir otros temas relacionados a este (tales como la escalabilidad, el trabajo, la interseccionalidad, la naturaleza y la reutilización). Comencemos, sin embargo, haciendo una pregunta en apariencia sencilla: ¿qué es el xenofeminismo?