Guridi por Guridi
La autobiografía apócrifa del ilustrador español
Viernes 23 de noviembre de 2018
"A Guridi le gustan los lápices, no para comérselos, que también tuvo una época, sino para hacer líneas. A veces esas líneas surgen cuando escucha algo, otras veces se imagina cosas que rápidamente tiene que dibujar donde sea, y muchas veces, muchas, lee algo; un verso, una frase o un texto largo y como por arte de magia las palabras entran por la oreja y salen a través de su lápiz". Una de las lecturas del último Filbita.
Por Guridi.
El 14 de Octubre de 1970 nació Raúl, en el seno de una familia castigada por los ecos de la guerra civil española. Era el pequeño de dos hermanos y desde muy temprano dejó entrever dos características que le marcaran el resto de su vida: una incapacidad manifiesta para centrarse en una misma cosa y una timidez casi extrema que m
le sumergía en un universo propio rico en imágenes. Cada cosa que se le ocurría iba inexorablemente unida a otras dos, o tres, y esas a su vez se ramificaban formando una red llena de conexiones sin sentido que le hacían perder el sentido de la realidad y y traer de cabeza a toda la familia con los estudios. Con el tiempo, comprendió que esa incapacidad de percibir fielmente la realidad le permitiría ver los acontecimientos que suceden desde varios puntos de vista y convertir realidad en ficción y viceversa.
Aprendió a jugar con las palabras y las imágenes, aprendió a compartirlas con su vida, con su realidad, con su familia. Dió rienda suelta a todo aquello que consideraba un error para convertirlo en cicatriz, con un nombre, “Guridi”, porque las cicatrices, como todo el mundo sabe, son indestructibles.
Hoy vive en una continua serendipia, encontrando sin buscar, y disfrutando el presente compartido, lápiz en mano y corazón en el habla, consciente de que cada error es un camino que hay que explorar, y que las ovejas negras tan sólo se diferencian en el color, nada más.
Hoy es más Guridi que nunca.
A Guridi le gustan los lápices, no para comérselos, que también tuvo una época, sino para hacer líneas. A veces esas líneas surgen cuando escucha algo, otras veces se imagina cosas que rápidamente tiene que dibujar donde sea, y muchas veces, muchas, lee algo; un verso, una frase o un texto largo y como por arte de magia las palabras entran por la oreja y salen a través de su lápiz en forma de imágenes. Utiliza las sonrisas como ingrediente mágico, son infalibles.