El umbral

Fuente: Poetry Foundation
Un poema de Louise Glück
Martes 11 de octubre de 2016
"La poesía es eso, detenimiento. Un tiempo de fascinación", dice la autora de Nací en verano para presentar este poema de Louise Glück, en versión de María Negroni.
Selección y notas de Natalia Romero.
Quería leer un poema que me hablara. Un poema que tuviese una voz de mujer que en primera persona dijera: yo quería.
Esa pronunciación del deseo me fascinó desde la primera vez que leí a Louise Glück. Ella me enamoró. Conseguí El iris salvaje y lo tengo en el estante de libros preciados de mi biblioteca.
Me gusta que Glück hable de flores de umbrales, de estaciones, pero sobre todo de lo que está antes de la posesión. Hay algo previo a lo que nos ata al mundo. Este poema es un hermoso recordatorio de que hay un umbral.
Yo podía también querer detener un traspaso.
En "El umbral" hay un tiempo antes de todo, antes de la vida incluso. Quien se detiene puede encontrar algo, un tesoro. La poesía es eso, detenimiento. Un tiempo de fascinación.
Ese umbral también es un jardín. Un lugar perfecto, que es el lugar donde queremos estar.
El umbral
Versión de María Negroni
Yo quería quedarme como estaba,
quieta, a diferencia del mundo,
no en medio del verano sino en la fase previa
al brote de la primera flor, el momento
en que nada es pasado aún -
no en medio del verano, intoxicante,
sino a fines de la primavera, cuando el césped no es alto todavía
al borde del jardín, cuando los tulipanes precoces
empiezan a brotar -
como un niño que ronda un umbral, observando a los demás,
los que entran primero,
tensa fusión de brazos, atento a los
fracasos ajenos, las vacilaciones ajenas
con la brutal confianza infantil de un inminente poder
preparándose para vencer
esas flaquezas, para sucumbir
a la nada, el tiempo directamente
previo a la floración, la época de la maestría
antes de la aparición del don,
antes de la posesión.
De El iris salvaje (Nueva york, 1943)