Teatro de la traducción
William Butler Yeats
Nueva curaduría de poesía
Martes 29 de marzo de 2016
William Butler Yeats en la primera entrega del escritor, profesor y editor Matías Moscardi, desde Mar del Plata. Compartirá con nosotros sus versiones de distintos poemas maravillosos, así como los apuntes críticos sobre esta práctica. "Para un traductor, la rima es, como en el poema, la muerte", dirá.
Texto, selección y traducción de Matías Moscardi.
Todo actor interpreta un personaje: su cuerpo es ya una traducción –sus gestos, sus movimientos, en definitiva: su motricidad–; y su voz es otra: la búsqueda de una inflexión, de una cadencia, de un tono, de un acento, incluso de una melodía, que reproduzcan algo de la esencia del personaje. La traducción tiene, en este sentido, su dimensión actoral, podríamos decir: su teatralidad.
A partir de esta idea, pensé en un teatro de la traducción en cuatro escenas que permitan reflexionar, en sus pliegues, sobre el acto de traducir. No elegí, sin embargo, poemas que hablen de la traducción, porque la posibilidad de teorizar al respecto estaría sesgada por lo que el poema dice, como cuando leemos un texto subrayado por otro.
La serie abre con un poema de William Butler Yeats porque en él aparece la música difícil de la rima. Para un traductor, la rima es, como en el poema, la muerte: la experiencia intransferible y última de una lengua y de una cultura. Quiero empezar, entonces, por esta escena posible: como un tic verbal, algo difícil de calcar en un cuerpo, de apropiar o naturalizar. Como en el teatro, si el actor-traductor se esfuerza mucho por realzar un gesto, la actuación-traducción se vuelve demasiado impostada, demasiado artificial. ¿Cómo incorporar, entonces, el tic ajeno en el cuerpo propio? Pienso: mi cuerpo no puede ser, por definición, el cuerpo del otro. Como en una especie de revelación borgeana, todo traductor suele desembocar en una iluminación tautológica: yo soy yo. Lo que la rima escande, por otro lado, es siempre una especie de compás, de acento y de ritmo. Pruebo, entonces, imitar a Yeats en castellano, ya no por medio de la rima, sino por medio de la métrica: que el ritmo esté dictado por el largo del verso, y no por las sílabas que se repiten; que la repetición sea una duración, no una nota.
“La muerte”
William Butler Yeats
Ni el temor ni la esperanza
al animal que muere acuden;
su final un hombre aguarda
temiendo todo y esperando;
muchas veces y otra vez murió,
muchas y otra vez a levantarse.
Confrontando asesinos en su orgullo,
su burla un gran hombre arroja
del aliento ante la supresión; la muerte
conoce hasta los huesos pues la muerte
fue creada por el hombre.
Death
Nor dread nor hope attend
A dying animal;
A man awaits his end
Dreading and hoping all;
Many times he died,
Many times rose again.
A great man in his pride
Confronting murderous men
Casts derision upon
Supersession of breath;
He knows death to the bone–
Man has created death.