El rayo lector: así se enamoró de los libros Sergio Olguín
Miércoles 29 de mayo de 2024
El autor de La fragilidad de los cuerpos será el anfitrión de una noche de recomendaciones de lectura el próximo miércoles 5 de junio en la librería.
Una ronda, un escritor, una copa de vino y muchos libros: esa es la propuesta de las catas de libros de Fundación Filba. El próximo miércoles 5 de junio a las 19 en Eterna Cadencia (Honduras 5582), Sergio Olguín hará una selección de 5 o 6 libros de esos imprescindibles a los que vuelve cada tanto.
Para esta cata, la consigna es "los libros que me salvaron". Siempre hay libros que recordamos por habernos acompañado en un momento especial de nuestra vida o porque los leímos en el momento justo sin querer, o porque fuimos a buscar ahí algo específico y lo encontramos. Los libros nunca nos fallan.
La actividad es gratuita, pero tiene cupos limitados. Inscripciones acá.
Mientras esperamos el gran día, le pedimos a Sergio que nos cuente cómo se convirtió en escritor, qué anécdota recuerda de ese momento clave en su vida:
A los ocho años, en tercer grado, gané una beca que daba el club Independiente en las escuelas de Avellaneda y Lanús, incluso a hinchas de Boca, como era mi caso. Por un año, la beca me permitía ser socio sin pagar nada. Con mi madre fuimos hasta la sede del Rojo, que nos quedaba bastante lejos (casi a media hora de colectivo desde mi casa). Recorrimos el edificio en el que había distintas disciplinas deportivas, vimos la imponente pileta olímpica y llegamos a la biblioteca. Era la primera vez en mi vida que estaba frente a una biblioteca y fue como descubrir el mar. No entendía cómo podía haber tantos libros en un solo sitio. La bibliotecaria, una mujer mayor muy amable, nos explicó que, como era socio, podía llevarme gratis un libro a mi casa y devolverlo diez días después. Eso no podía existir, era demasiado maravilloso para mí, que había comenzado a leer las novelas de Verne a cuentagotas porque en mi casa no teníamos mucho presupuesto para libros.
Pedí Sandokán, de Emilio Salgari. La mujer apareció con un ejemplar de la edición Robin Hood y me pareció larguísimo. No iba a poder leerlo en un tiempo tan corto. Cuando al cuarto día estaba de vuelta ahí, con el libro leído y listo para sacar otro, me di cuenta de que eso era lo que más quería en la vida: leer todo lo que pudiera y algún día tener una biblioteca propia con muchos ejemplares. Por suerte, los dioses estuvieron de mi lado.