Un paseo por la literatura israelí
Entrevista con Talia Huss, traductora e investigadora
Miércoles 22 de agosto de 2018
¿Cuál es el "Martín Fierro" israelí? ¿Hay tantas editoriales independientes como acá? ¿Cuánto cuesta un libro? Nacida en Jerusalem, Talia Huss se enamoró de la narrativa argentina, vino por un intercambio a Buenos Aires y se quedó. En pocos días coordinará un taller sobre la literatura de su país en la librería. Mientras tanto, nos adelanta algunos aspectos de un universo a descubrir.
Por Valeria Tentoni.
Nacida en Jerusalem en 1984, Talia Huss estudió algunas materias de literatura mientras terminaba su Licenciatura en Historia y se enamoró de la narrativa argentina. Cuando le tocó elegir entre Madrid y Buenos Aires para un intercambio en habla hispana, no dudó. Vino por un semestre y se quedó. Actualmente es doctorante en Literatura Latinoamericana en la Universidad Hebrea en Jerusalén. Enseña hebreo como lengua extranjera y es traductora de español al hebreo.
En pocos días coordinará un taller sobre la literatura de su país en la librería. Mientras tanto, nos adelanta algunos aspectos de la literatura de su tierra, un universo a descubrir.
Naciste en Jerusalén, ¿qué podés decirnos de la enseñanza de la literatura allá? ¿Cuáles son los clásicos que todos los alumnos leen en la escuela, por ejemplo?
Hoy por hoy, el lugar que ocupa la literatura en la enseñanza en mi país está decreciendo, ya que desde lo institucional se alienta más a materias de ciencia y aplicación. El estudio de literatura en Israel, hablando de lo que se lee en escuela, está compuesto de una variedad de 'clásicos' en hebreo, una lengua con una rica y larga historia. Las obras estudiadas van desde la poesía judía de la edad media en España, hasta escritores contemporáneos como Amos Oz, Etgar Keret y más, pasando por Bialik, el poeta nacional de los primero décadas del siglo 20, cuya obra tal vez podría entenderse como el Martin Fierro israelí. Esos son algunos nombres, la lista de obras que se enseña va cambiando, ya que el canon está intentando incluir más autores que no se incluyeron antes.
¿Y qué podés decirnos del canon literario israelí?
Creo que como en muchos otros países hay en los últimos años un intento de ampliar el canon literario, e incluir autores que se quedaron afuera por razones más políticas que de calidad. En Israel este intento de inclusión está concentrado mayormente en los escritores de origen mizraji – los judíos que llegaron de países árabes, que quedaban afuera en un mundo literario y académico controlado por judíos de origen ashkenazi – los que llegaron de Europa. Tanto la academia como el ministerio de cultura hacen esfuerzos para variar el canon y ampliarlo. Igual, como podrán imaginar, los intentos de la ministra de cultura suelen ser más políticos; por ejemplo, aunque intenta promocionar autores y obras de judíos de origen mizraji, niega a los de árabes no judíos.
En tu taller vas a trabajar autores contemporáneos: ¿qué novedades han introducido en la literatura israelí? ¿Qué disrupciones?
En mi elección de obras y autores para el taller intenté elegir obras que den una mirada original o fresca sobre la realidad israelí, obras que muestran novedad narrativa en su forma y temática. La idea es dar a conocer una variedad de puntos de vista que no serán solo los hegemónicos (por ejemplo: de mujeres, de árabes israelíes), tocar temas que ocupan la cultura israelí, y al mismo tiempo indagar en las novedades de estilo y forma que traen estas obras al campo literario de Israel.
¿Qué podés decirnos del escenario editorial de allá? ¿Hay tantos sellos independientes como acá?
Lamentablemente, por lo menos desde mi punto de vista, el mercado editorial israelí está cada vez más centralizado. O sea; los grupos editoriales grandes se “comieron” a la mayoría de las editoriales medianas, y las editoriales independientes casi no existen. Eso tiene que ver con la naturaleza del mercado editorial israelí, que es intrínsecamente pequeño (especialmente si lo comparamos con el mercado hispano hablante), pero también con temas económicos que crearon casi un monopolio de los grandes editoriales. El resultado se ve en la variedad de libros que publican, que tiende a lo popular, a lo que venderá más. Igual, y con todo eso dicho, hay algunas pocas editoriales que luchan contra esta realidad y continúan publicando libros según su valor no económico.
¿Qué circulación tienen los libros? Comparativamente, ¿son más caros o más baratos que aquí?
El tema de los precios de los libros está en el centro de una polémica en los últimos años. Los libros nuevos suelen ser bastante caros (en promedio diría que puede costar alrededor de 700 pesos argentinos). Pero algunas de las editoriales grandes tienen también librerías de cadena, donde venden los libros con mucho descuento, en rebajas de tres o cuatro libros por cien shekel por ejemplo (700 pesos argentinos). Eso crea problemas; por un lado para los libros que no entran en estas rebajas (y su precio original parece todavía más caro), y por otro lado es problemático para las librerías independientes que no pueden competir con los precios que ofrecen las librerías de cadena. Hace unos años se creó una ley que intentaba combatir este asunto proponiendo un lapso de tiempo de un año y medio en el cual los libros nuevos se venden solo en su precio original y de ese modo no podrían venderlos en rebajas. La idea era ayudar a los autores a ganar un poquito más, y competir con este conjunto de editoriales-librerías que bajan mucho el precio de los libros con ofertas extremas. Pero como no estaba muy bien pensada la ley (y hay quienes que la acusaron de ser populista y no ofrecer una solución verdadera al problema, que es más complejo) al cabo de pocos años terminaron vetándola, por no lograr conseguir su objetivo original, generando polémica. En los hechos, terminó bajando la venta de libros nuevos.
Estudiaste Historia primero y luego hiciste un mágister en Literatura: ¿cómo fue ese pasaje? ¿En qué sentido son complementarias esas búsquedas, algo que también se propone investigar en tu taller?
Para mí, la Historia y la Literatura son muy complementarias, y tienen mucho en común. Mi camino desde la historia hacia la literatura fue gradual, empecé a tomar más y más clases de Letras durante mi licenciatura, y cuando me recibí de Licenciada en Historia entendí que mi interés estaba en la narrativa, en la historia en sentido de historias, entender la historia desde este punto de vista. O sea, la historia es un tipo de narrativa en sí misma. Así que me parece muy interesante el cruce entre historia y literatura y la manera en la cual se aprende la historia desde la lectura de literatura que, como cualquier arte, siempre refleja un momento histórico. En el taller me gustaría investigar estos aspectos, pensando qué y cómo se puede aprender de un lugar, una sociedad y una cultura desde la lectura de su literatura.
¿Por qué te interesaste en la Literatura Latinoamericana en particular?
Mi interés en la literatura latinoamericana nació de casualidad; tomé unas clases de literatura para practicar el español, y de repente entendí que me fascinaba la literatura misma. Entonces empecé a leer más y descubrí la variedad que contiene esta literatura, que es abundante y maravillosa. Creo que es una literatura muy especial, con rasgos bastante particulares. Una de las cosas que más me interesa es la manera en cual la narrativa latinoamericana desafía la forma de la ficción en mil diferentes maneras, y cómo transgrede y perturba nociones y normas narrativas, investigando el acto de narrar mismo constantemente.
De la literatura argentina, ¿qué te interesó y qué te interesa?
La literatura argentina es muy interesante y me gustan diferentes autores, obviamente Borges y Cortázar, y también Manuel Puig, Juan Jose Saer, Antonio di Benedetto, Macedonio Fernández, Hebe Uhart, Martin Kohan, Carlos Busqued, solo para nombrar algunos. Llegué a Argentina hace cinco años por un intercambio de estudiantes en la UBA. La idea era hacer un semestre en un lugar hispano hablante para mejorar mi español. Entre Madrid y Buenos Aires, que fueron las opciones que tuve, elegí a Buenos Aires, principalmente porque la literatura argentina me pareció mucho más interesante que la española. Me pareció interesante conocer el lugar de cual leo, ver esta ciudad que conocí desde los cuentos y de las novelas. Cuando llegué me encantó la ciudad, y después de ese semestre, conocí a mi actual pareja, y volví a la Argentina. Aquel viaje al otro lado del mundo que pensé que iba a ser el único, termino siendo un estilo de vida. Lo que quiero hacer en el taller con la literatura israelí es pensar en la manera en que uno puede conocer un país a través de la lectura de su literatura, es también lo que me pasó con Argentina.
Sobre tu labor de traducción, ¿qué podés contarnos del pasaje de una lengua a otra, siendo tan distintas?
Hasta ahora he traducido en su mayoría cuentos cortos argentinos contemporáneos. El pasaje de una lengua a la otra es siempre un desafío, pero un desafío interesantísimo. Me hace pensar de manera más detallada la lengua, tanto hebrea como española, y descubrir similitudes sorprendentes (en la sintaxis del idioma cotidiano, por ejemplo). Es obvio que siempre hay pérdidas en el camino, y es inevitable. Además de intentar lograr encontrar las palabras y términos más adecuados, me importa mucho guardar el ritmo y no perder la fluidez y la naturaleza del idioma, que me parece que son pérdidas que pueden cambiar por completo la experiencia de la lectura.
