Tres poemas de Marília Garcia
Poesía brasileña
Miércoles 28 de octubre de 2020
Compartimos tres poemas de Cámara lenta, novedad de Zindo & Gafuri de la autora nacida en Río de Janeiro en 1979.
Poemas de Marília García. Traducción de Rodrigo Álvarez.
Nacida en Río de Janeiro, Brasil, en 1979, es poeta y traductora. Ha publicado, entre otros, los libros 20poemas para tu walkman (2007), Error geográfico (2012) y Cámara lenta (2017), por lo cual recibió el Premio Océanos de Lengua Portuguesa (2018) y que ahora se traduce en Zindo & Gafuri.
De allí tomamos los tres poemas que siguen:
en loop, el discurso del soldado
vivo en una caja negra
de veinte centímetros.
veo el mundo por un visor,
en el medio una cruz
para mirar las cosas
edificios calles objetos perros.
todo lo que pasa por el cuadro
se vuelve un blanco, entonces pienso en algo
lineal: ¿ya notaste que algunas imágenes
se repiten? de repente,
una basurita en el ojo.
“vivo en una caja negra”,
dije. estamos sentados
lado a lado en el tren
–en silencio– los dos de pantalón verde
y camisa blanca.
sé que no está todo bien,
alzo la mirada intentando alcanzar
la suya y escucho solo la voz
de frente al blanco.
vivo en una caja negra, dice,
y no sé como parar
la repetición.
bzzz
estar ahí era como un nido
de abejas.
–¿una colmena? ¿quisiste decir
colmena o solo querías dar la impresión
de peligro?
no sé, miraba las fotos
en silencio y tal vez en ese
momento él haya pasado muy cerca,
tal vez haya sido
solo una sombra al darme vuelta.
¿será que una línea de sombra
bastaría para reconocernos?
[¿te acordás de aquella vez que
paraste en la mitad de un poema
para contarme de una ciudad
sin sombras?]
debía ser aquel lugar:
la luz en aquel lugar
la luz de antes que se repite ahora
dando la impresión de mapas
superpuestos. cuando llego acá, demoro en saber
qué pasa.
–¿ya sabés qué hacer ahora?
a veces escucho el mismo ruido alrededor
como un nido de abejas
un bzzz sobre el puente
y una sombra escapando
pero no era un peligro,
era solo un ruido a la hora de escuchar
lo más importante.
terremoto
un terremoto replicando
por varios días,
a la noche las luces de neón detenidas
y, a la mañana siguiente,
el tembladeral otra vez.
vos pensás que el futuro
todavía no llegó, pero
de repente el terremoto
replicando hace temblar la lengua
los dientes y todo lo que es
materia.
por más que use las palmas
para taparme los oídos,
el candor — ¿qué querés decir? —
digo, el temblor llega
arrasando todo.
era como un país volviéndose mar
un terremoto replicando
sin parar. si las réplicas consisten
en temblores, y si una lengua es dibujada
fuera de las líneas,
¿cómo conciliar lo
inconciliable?, pregunto
en el momento de mayor
desconexión y
él responde:
— ahora tu wasabi
tiene radioactividad.
ese color brillante,
de un verde casi plata,
era como la luz golpeando en el mar
justo en el momento en que el suelo —
y todo recomienza.
quiero pedir
silencio. pero no sé lidiar
con lo imponderable.
un día me despierto
y ya no espero
respuesta.