Tres poemas de Fabián Casas
Martes 18 de diciembre de 2012
"Sin llaves y a oscuras", de El salmón, y "Cancha rayada" y "Despertarte", de Pogo.
"[En los poemas de Fabián Casas] conviven la cotidianeidad y la eternidad. Una anécdota prosaica como tirar la basura y que esta lleve al poeta a vislumbrar la consistencia de la muerte. Dos momentos lejanos se unen en un poema de apenas quince líneas. Fabián Casas es un poeta original porque su obra se inserta en una tradición pero también en un parricidio. Es difícil comparar su voz, necrófila, desencantada, pero no así distinguirla. Quizá sea esto lo que lo ha hecho un poeta fundamental en el nacimiento de una nueva generación."
Palabras del crítico mexicano Adrián Ramírez Serrat en Revista de poesía de la UNAM.
Sin llaves y a oscuras
Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.
Entonces salí al pasillo a tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro,
la basura en la mano.
*
Cancha rayada
Caminamos, con mi viejo, por la playa de estacionamiento.
Es un día de calor sofocante,
y en el asfalto recalentado
vemos la sombra de un pájaro negro
que vuela en círculos,
como un satélite de nuestra desgracia.
Una multitud victoriosa, a nuestras espaldas,
ruge todavía en la cancha.
Acabamos de perder el campeonato.
La cabina del auto es un horno a leña;
los asientos queman y el sol que pega
en el vidrio enceguece.
Pero no importa, como dos bonzos
dispuestos a inmolarse,
nos sentamos y enciendo el motor:
Fabián Casas y su padre
van en coche al muere.
*
Despertarte
Despertarte a mitad de la noche
y ver en el otro lado de tu cama
a tu mujer llorando
es una experiencia importante.
Quiere decir, entre otras cosas,
que mientras paseabas por los cuartos
iluminados de tu cerebro
algo se estaba gestando cerca tuyo
Un error con el cual mantenés
una particular relación de intimidad.
Porque aunque no firmemos nada,
ni corramos apurados bajo la lluvia de arroz
pensamos que es para toda la vida
y así seguimos.
Botes que durante la noche
quedan amarrados al muelle
golpeándose entre sí,
según el viento.