Poetas mexicanas recientes III
Martes 15 de julio de 2014
Tercera entrega de la poderosa serie de poetas mexicanas a cargo de Paula Abramo, autora de Fiat lux. Hoy nos presenta a Sara Uribe.
Selección y comentarios Paula Abramo.
La de Sara Uribe es una poesía que parece escrita desde los bordes del género. Nunca se conforma con las definiciones estrechas de lo que es la poesía, y parece circular desafiante desde sus confines, desde los limbos fértiles donde la poesía se mezcla con la carta, con la nota periodística y con el teatro. Desde allí aporta una voz plural y única. Una de sus virtudes más patentes es el concienzudo proceso de investigación que está allí, al descubierto, en los textos, que con frecuencia acusan las fuentes en notas al pie o usan de esas notas como contrapunto para un habla discontinua, llena de corchetes e interrupciones que en parte reflejan ese entretejido de discursos diversos.
En entrevista con Maricela Guerrero, Uribe misma describe su proceso de escritura como un ejercicio de apropiación, fragmentación y rearmado. Ello es patente en dos poemas de su libro Siam que dejo a continuación, y que me parecen una muestra deliciosa de la exploración poética y metódica de un tema. Aquí, el de la relación entre hermanos a través del caso de Eng y Chang Búnker, siameses de fines del siglo XIX, que da título al libro.
Lusus naturae*
Unido por su contrario el cartílago ensiforme al final de cada esternón.
Osificado en parte, un borde superior duro y elástico. El contorno de la banda es convexo hacia arriba y cóncavo hacia abajo.
Junturas móviles para lo vertical. Lo lateral es literal. Litoral es la epidermis. Pura continuidad: membrana. Cavidades cubiertas por cutículas comunes.
Tres y media pulgadas de longitud.
Ocho de circunferencia.
El litoral se extiende descendentemente hacia el abdomen.
Difícil es con precisión definir dónde los respectivos cartílagos de cada cuerpo. Y si una tira de falsa costilla entra en la estructura de estas partes.
Lo cierto es que los cartílagos ensiformes han asumido una figura extensa y alterada. Lo cierto es que a medio camino en el borde inferior de la banda se exhibe la cicatriz de un ombligo.
Todo litoral es también isla.
En el canal de esta casi cilíndrica banda una protuberancia de las vísceras en cada esfuerzo por toser o ejercitarse.
Dichas protuberancias, por su particular dureza y tamaño, más en algunos momentos que en otros, podríamos suponer, están hechas de cualquiera de las vísceras.
Intestino. Hígado Estómago. Bazo.
Si la banda por la cual los cuerpos están unidos es tocada en el centro, ambos son igualmente sensibles.
Media pulgada del centro, la siente sólo uno de ellos.
En Estados Unidos y en Inglaterra, en el continente europeo, ha surgido la pregunta. La cuestión del probable éxito de un intento de separación a través de una operación quirúrgica.
Lo cierto es que cada médico que los examinó declaró que no había más oportunidad de éxito en tal cirugía que la de sobrevivir su decapitación.
*Extractos de las opiniones escritas por los doctores Sam L. Mitchell y W. Anderson, dos eminentes médicos de Nueva York, así como de una ponencia leída ante la Real Sociedad de Londres (1º de abril de 1830) por el geólogo Bolton E.
Lusus naturae (versión acústica)*
Nacidos en el reino de Siam dos hermanos cuyos cuerpos.
Dos hermanos. Por un maravilloso capricho de la naturaleza. Unidos como si fueran cuyos cuerpos uno.
A Londres llegaron. El jueves 19 de noviembre de 1829.
Uno. Dos hermanos para su examen. Por un maravilloso capricho. Ante los más eminentes profesores de cirugía y medicina. Cuyos cuerpos.
Dícese de la metrópolis. Algunos caballeros con actividades de ciencia y literatura.
Para que a través de sus reportes. De ser favorables. El público seguro estar pudiera.
El público. De los cuerpos. Del capricho de los nacidos en Siam.
De que la exhibición proyectada. De estos admirables y extraordinarios jóvenes. No es bajo ninguna circunstancia. Decepcionante.
Que no hay nada ofensivo a la delicadeza en dicha exhibición.
Que no hay nada ofensivo. Que estos jóvenes.
Por un capricho. Están en posesión de buena salud y extraordinaria fuerza corporal.
Uno. Dos hermanos que manifiestan todas las facultades de la mente.
Y parecen. De hecho.
Y parecen, de hecho.
Disfrutar de un estado de perfecta felicidad y contento.
*Extractos de la declaración firmada por el más eminente profesor de cirugía y medicina en Londres. Salón Egipcio. Picadilly. 24 de noviembre de 1829. Honorable Leigh Thomas. Pres. Real Col. Cir.
***
La investigación como recurso para la construcción de poemas en los que las fuentes aparecen entretejidas alcanza su cúspide en Antígona González, obra en que Sara Uribe refleja la irrupción de la violencia en el noreste del país, donde ella vive. En Antígona González aparecen las voces de aquellas mujeres que buscan los cuerpos de sus seres queridos, desaparecidos por la guerra del narco y la trata de personas en México.
Antígona González es una obra que brilla por su estructura, de una fuerza aterradora, en la que todo, excepto la realidad dura y absurda que retrata, es de una gran congruencia. La adopción del tema de Sófocles y la lectura de muchas otras Antígonas escritas en diversos contextos caracterizados por la desaparición de personas, es de una fertilidad inmensa para dar salida a todas las voces que rodean estas situaciones desoladoras: las de los familiares de los desaparecidos, las de la prensa, las de los blogs y cuentas de Twitter que dan testimonio de las muertes violentas a diario, las de las otras Antígonas de otras épocas que aparecen aquí como un coro griego fantasmagórico cuya búsqueda y cuyos gritos parecen quebrarse en un eco sin respuestas.
Antígona González (fragmentos)
Tierra Colorada, Guerrero. 18 de febrero. El cuerpo sin vida
de un hombre fue encontrado en la presa La venta. Aunque todavía no
ha sido identificado, su brazo izquierdo tenía un tatuaje
con el nombre “Josefina”, y en el brazo derecho llevaba
marcado el nombre “Julio”.
Se dedicaba a la compra-venta de automóviles. Era común que viajara a Matamoros para comprar vehículos que después vendía en otras ciudades del país. Así se ganaba la vida Tadeo. No le iba tan mal. A veces le alcanzaba para llevar de vacaciones a la playa a su mujer y a mis sobrinos. Se había comprado un terreno en las afueras de la ciudad siendo soltero y cuando se casó fue construyendo cuarto por cuarto su casa.
La felicidad para mí, hermanita, me dijo un día mientras me destapaba una cerveza y me servía un pedazo de carne asada, es llegar en la tarde a casa, luego de un día de pura chinga en el bisnes y echarme una cascarita con mis chavitos, oírlos cómo gritan, cómo ríen ¿sabes? Eso me quita todo el cansancio. Eso es lo que me hace sentir que estoy haciendo las cosas bien.
Lo más cercano a la felicidad para mí a estas alturas, hermanito, sería que mañana me llamaran para decirme que tu cuerpo apareció.
Chihuahua, Chihuahua. 17 de abril. Un niño
de 4 años fue localizado sin vida. Su madre lo
había reportado desaparecido el pasado 6 de abril.
[
: Por aquí también a usted la matan si entierra a sus muertos. Los caminos llenos de muertos dan más miedo ¿no?
: Llenos de muertos.
: Los caminos.
: Por aquí también a usted.
: Si entierra a sus muertos
: Dan más miedo ¿no?
]
Los días se van amontonando, Tadeo, y hay que comprar el gas, pagar las cuentas y seguir yendo al trabajo. Porque desde luego que a una se le desaparezca un hermano no es motivo de incapacidad. A una le dicen en la sala de maestros cuánto lo siento, ojalá que todo se resuelva, me apena mucho tu caso. Una es comidilla de uno, o dos, o tres días, tal vez hasta una semana. Pero luego ese chisme se vuelve viejo. La vida nunca detiene su curso por catástrofes personales. A la vida no le importa si tu daño es colateral o no. La rutina continúa y tú tienes que seguir con ella. Como en el metro, cuando la gente te empuja y la corriente te arrastra hacia adentro o hacia afuera de los vagones. Cosa de segundos. Cosa de inercias. Así voy flotando yo, Tadeo.
Así transcurro cada mañana. Escucho el despertador y te pienso. Me meto a la regadera y mientras el agua fría resbala por todo mi cuerpo, pienso en el tuyo. Bajo a la cocina a hacer café y enciendo un cigarro. Sé que nunca te gustó que no desayunara, pero desde que ya no estás ya nadie me regaña por no hacerlo.
(...)
Reynosa, Tamaulipas. 18 de abril.
El cuerpo de un hombre de entre 25 y 30 años fue
encontrado a orillas del libramiento que conduce al
puente Reynosa-Mission. Vestía bermudas de mezclilla,
calcetines de algodón blancos y una camisa de
mezclilla con forro de franela a cuadros.
[
: Quien quiera que ella sea, se la deja sin duda al margen, se la deja al margen por la guerra.
: Lo que sucede son los derrumbes.
: Como un anillo que se rompe y ya no le sirve a nadie.
: Desde ese momento nos quitaron la mitad de nuestro corazón. No sabemos cómo estamos sobreviviendo con la mitad de un corazón.
]
***
Sara Uribe nació en Querétaro en 1978 y reside en Tamaulipas (México) desde 1996. Es autora de los libros Lo que no imaginas (CONARTE, 2005), Palabras más palabras menos (IMAC, 2006), Nunca quise detener el tiempo (ITCA, 2008), Goliat (Letras de pasto verde, 2009), Magnitud (en coautoría con Marco Antonio Huerta, Gusanos de la nada, 2012), Siam (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2012) y Antígona González (Sur + 2012).
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Notas relacionadas
Poetas mexicanas recientes, serie en curso.
Levemente ondulado, poesía uruguaya reciente.
Pesadillas identitarias, poesía chilena reciente.