La poesía no es epifanía: tres poemas de Carlos Battilana
De su obra reunida, Ramitas
Viernes 09 de noviembre de 2018
"Cuando el sentido empieza a iluminarse, la poesía de Battilana crece en la hoguera de la plena humanidad", escribe Diana Bellessi en la contratapa de Ramitas, tomo que reúne los poemas que el autor correntino escribió entre 1992 y 2018 y acaba de publicar Caleta Olivia.
Foto Festival de Poesía de Bahía Blanca.
"La poesía de Carlos es una poesía sobre cómo parar al corazón neurótico, cómo ejercer el esfuerzo permanente de la fe; la poesía no es huida sino reparación, no obsesión sino persistencia!", escribe Santiago Llach en la contratapa de la poesía reunida de Carlos Battilana, publicada por Caleta Olivia.
Nacido en Paso de los libres, Corrientes, en 1964, Battilana es autor de libros como El fin del verano, El lado ciego, Presente continuo, La hiedra de la constancia, Velocidad crucero y Una mañana boreal.
Además de desempeñarse como docente de Literatura Latinoamericana en la Unversidad de Buenos Aires, coordina talleres literarios.
El viento
Toco con mano indeleble
lo escaso de la materia.
En mi habitación
retiro a mis hijos, los abrazo,
les recuerdo
con palabras pequeñas
que el viento
es indestructible.
Brilloso como un témpano
el día
persiste
aquí, allí. Sin cansancio
recibo el deterioro
como una forma de avance.
Animales
Busca los hechos de la costumbre. Apenas piensa. Si pudiera elegir, caminaría por un largo bosque, extendería sus pasos más allá de los árboles; miraría el sol, las nubes, y hasta no trasponer la línea del horizonte, caminaría, como un animal salvaje y leve.
El Estado
Leo a Pasolini, ordeno.
Autos, colectivos en derredor. Todo
permanece quieto. También
mi cuerpo. Años atrás
por esta calle del frente
mi hermano y yo
viajábamos,
entendíamos el mecanismo
del país. Hoy
todos sonríen. Asumió
el nuevo gobierno,
las cosas están
en paz.
La poesía
no es
epifanía
ni un recuento
de revelaciones. Eso
es falso. Calibrar
con precisión
aquello
que como un gusano
roe
lo más preciado
del dolor, ésa
parece una forma
de decirme
puntillosamente
que no todo
está en paz.