Dos poemas de Andi Nachon
Reeditan W.A.R.Z.S.A.W.A.
Lunes 29 de enero de 2018
Caleta Olivia acaba de reeditar W.A.R.Z.S.A.W.A., su segundo libro, originalmente salido en 1996, y de allí tomamos un par para compartir con ustedes. Guionista de cine y TV y profesora de Letras, Nachon publicó, entre otros: Siam Viernes de chicas y La III Guerra Mundial.
"La poesía dispara una experiencia muy íntima con el lector y no todo el tiempo se quiere eso, ni todo el mundo busca eso. El poema es un mecanismo que se te acerca muy sutilmente, no te lleva de la nariz a una historia", dijo en entrevista con La Primera Piedra.
Nacida en Buenos Aires en 1970, Andi Nachon es guionista y profesora de Letras, e integra el Taller de Poesía I Cátedra Genovese de la Licenciatura en Artes de la Escritura de la UNA. Su primer libro, Siam, se publicó en 1990, y W.A.R.Z.S.A.W.A. fue el segundo, en 1996. Caleta Olivia acaba de rescatarlo, con palabras de Mariano Blatt en la contratapa: "Leí este libro hace quince años y en esa primera lectura -que era también la primera vez que leía un libro de poesía en mi vida- incorporé todos los elementos necesarios para la experiencia poética", dice.
A continuación, dos poemas de esta reedición:
W.A.R.Z.S.A.W.A.
Campo anegado se disuelve fotograma a fotograma
fragmento de imagen, donde agua y tierra
forman un reflejo.
Llueve
cuento un tren cruza planicies mojadas y vos
no estás a mi lado ni detrás
de estos ojos para ver
en cámara lenta. Este tren se
desliza tiemblan
piedras dedos aferrados a un cigarro
warzsawa
dijimos hablando de estepas y viejas polacas
deglutiendo papas
yo a esda gorda
de mejillas coloradas quemándose las manos
quemándose
ojos, que buscan esperan
una clave en esa imagen vos
no ves a través de esta cámara:
los postes se suceden y caen mientras mi tren avanza
mimbrerales de metal donde unas vacas
estáticas quedaron en el lodo, sus ojos
encerrados buscan
qué clave del paisaje.
Barro
se extiende hasta rieles vigas
contienen espacio tiempo
trayecto a cruzar. Afuera
una tormenta se abre a tu mirada
bruma
instalada en límites de álamos
aire que contiene
mi cuerpo y exhala ahora
no estás a mi lado no sé
qué verías desde este tren.
Temblor instalado en cada objeto
manchas de grasa se confunden
sobre vidrio contra niebla
espacio
una lluvia sólo abierta a tu mirada cómo
tye digo ahora
tarde rosada una soga
donde tu camiseta recién lavada se deshoja
viento invernal esa pick up
perdiéndose en un campo mojado.
En casa
Buscadores de almejas
en los límites de la mañana, los cuerpos
apenas dados vuelta: sudor
deslizándose a cada grano de arena.
Ese mar
que ocupa y contrae, atrapando
en su pulso su reflejo. Ahora
cazadores de almejas
voraces
excavan y acaban
las fronteras del agua: yo
intentando atrapar -de tu pupila-
cada mínimo traslado.