Un poema de Idea Vilariño
El hondo mar eterno
Lunes 29 de mayo de 2017
"No sé cómo decirte qué es la poesía para mí. Es una forma de ser, de mi ser. Todo lo demás de mi vida son accidentes", respondía en entrevista la escritora uruguaya. "Mi poesía soy yo. Por eso no me interesaba publicar; es más, deseé no haber publicado nunca (hay poemas que jamás mostré). Escribir era otro asunto".
Nacida en Montevideo en 1920 y fallecida en 2009, fue una de las integrantes de la llamada Generación del 45 de su país y su poesía completa fue editada por Lumen.
Poeta, ensayista, traductora y crítica literaria, empezó a escribir con diecisiete años. Le debe el extraño y justo nombre a su padre, un vate que pasó la vida inédito y a sus hermanos bautizó Numen, Poema, Azul y Alma. "Mi padre era un poeta y un gran conocedor de formas y de ritmos. Y tal vez el mejor lector de poemas que conocí: hacía oír también el sonido, los acentos. Ambas condiciones fueron una buena escuela desde temprano".
A Elena Poniatowska le dijo, en entrevista: "No sé cómo decirte qué es la poesía para mí. Es una forma de ser, de mi ser. Todo lo demás de mi vida son accidentes. Pude ser profesora o no. Sola o no. Música o no. Traductora de Shakespeare o no. Estudiosa de la prosodia o no. Todas las cosas que amé y que realicé en la medida que pude. La poesía no fue accidental. Mi poesía soy yo. Por eso no me interesaba publicar; es más, deseé no haber publicado nunca (hay poemas que jamás mostré). Escribir era otro asunto".
En un lugar como Montevideo, es dfifícil no fijar la vista en el mar: ella no se resistió. Ni quiso. Y de ese cine acuoso vienen estos versos.
Tan arduamente el mar...
Tan arduamente el mar,
tan arduamente,
el lento mar inmenso,
tan largamente en sí, cansadamente,
el hondo mar eterno.
Lento mar, hondo mar,
profundo mar inmenso...
Tan lenta y honda y largamente y tanto
insistente y cansado
ser cayendo como un llanto, sin fin,
pesadamente,
tenazmente muriendo...
Va creciendo sereno desde el fondo,
sabiamente creciendo,
lentamente, hondamente, largamente,
pausadamente,
mar,
arduo, cansado mar,
Padre de mi silencio.