Tres poemas de Elvira Hernández
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda
Jueves 24 de marzo de 2022
Nació en Lebú en el año 1951: Elvira Hernández ha publicado quince libros de poesía y recibió numerosos premios. Tomamos los tres poemas que siguen de Estado de sitio (Ediciones UDP), que reúne Santiago Waria, Santiago Rabia y Ciudad Cero.
Nació en Lebú en el año 1951: Elvira Hernández ha publicado quince libros de poesía, entre los que destacan: ¡Arre! Halley ¡Arre! (1986), Carta de Viaje (1989), El orden de los días (1991), Álbum de Valparaíso (2002), Cuaderno de deportes (2010), Pájaros desde mi ventana (2018. Premio Círculo críticos de arte) y Pena Corporal (2018). Su crucial poema escrito bajo dictadura: La bandera de Chile (1991), ha sido traducido y publicado en Francia, Italia, Estados Unidos y Cataluña y se publicó por primera vez en Argentina.
Su obra ha sido antologada en los volúmenes: Actas Urbe (2014. Premio de la Crítica), Los trabajos y los días (2016) y Zona de desvíos (2018). El año 2018 recibió el Premio Nacional de poesía Jorge Teillier, y el destacado Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, ambos por su trayectoria literaria. Sus apuntes y ensayos sobre poesía chilena se reúnen bajo el título Sobre la incomodidad.
Compartimos tres poemas de Estado de sitio (Santiago Waria, Santiago Rabia, Ciudad Cero), de Ediciones UDP, edición que llega a Argentina vía Big Sur.
Ciudad interior
No puedo ser otra que la pensativa del Patio de los
Callados, la llorosa del Parque de los Reyes,
la olvidadiza
Ni otra
que la que recoge papeles con sangre
Ni
Aquella que no quiere el balazo solipista
porque nada desaparecerá
A ratos soy la misma, la Una, la del espejo
que camina con una araña en el ojal
la sombra
que se pegó al hombre que dobló la esquina
y duele su cuello guillotinado.
Llanterío
No es por un cadáver exquisito que
me restriego los ojos
Ni por la mejor filosofía que asisto
a los cenáculos de los Quitapenas
Para qué sacar cuentas
Voy como Alicia en Las Ciudades
Tu esqueleto es un pez devorado cuyas espinas
se sacan de los dientes
Yo, Elvira Hernández, la del bardo estertor, la
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ que no tiene lugar ni contactos en la Corte, la
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀que se rompe la piel para salir de sí misma, la
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀que se droga con el veneno pasado, la
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀que tendría que desaparecer
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀pronto
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀se hace humo con un pitillo de sueños
………………………………………………………………………………………………..
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀cabeza vendada
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ojos cerrados
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀peregrina
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀un rincón de <>
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀un pessoa blood mary doble
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀un brindis solitario en el boulevard
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀del Chiado
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀autora de sí misma
camina por la Coquille de San Sebastián
repitiendo a media lengua: aitor, aitor
como si dijera: <
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀otro brindis.