Día tras día
© Jerrica Fotografía
Curaduría de Miguel Ángel Petrecca
Viernes 22 de julio de 2016
Segunda entrega de la curaduría del autor de El Maldonado, alrededor de la poeta Mariana Suozzo: "Es poesía urbana y conurbana, pero de un conurbano verdaderamente universal".
Notas y selección de Miguel Ángel Petrecca.
Día tras día es el segundo libro de Mariana Suozzo. Es un breve conjunto de poemas, que apenas alcanza para armar una plaqueta, lo que no le impide ser uno de los mejores libros de poesía de los últimos años. Como plaqueta salió primero en la editorial Chapita en 2009, y luego en Neutrinos, editorial santafecina-entrerriana. Hace unos meses un amigo pasó mi librería y le di el único ejemplar que tenía, en realidad mi ejemplar; le hice prometer que me lo enviaría por correo luego de fotocopiarlo. Mi amigo vive en Berlín, pero Día tras día es liviano y podía viajar tranquilamente entre las dos ciudades, al precio de una carta, así que no me preocupé. Nunca me lo devolvió, y pensándolo bien no me extraña, porque como dije, Día tras día es uno de los mejores libros de poesía argentina de los últimos años. Me gustan todos los poemas del libro, pero creo que mi favorito es uno que sucede en la calle: el personaje del poema, la dueña de un negocio situado en una avenida comercial del oeste, se dirige mentalmente al dueño del negocio de enfrente, al que observa todos los días en medio de su monotonía. El recurso de dirigirse a una segunda persona es de por sí un recurso clásico de la lírica, pero en el poema aparece en un contexto a priori no lírico. ¿Un contexto irónico? Probablemente sí, pero también lírico a su manera, a la manera de Suozzo, que es una manera sin énfasis, porque todo es de bajo tono en ella, como si buscara operar por debajo del radar del lector. Cuando dice “me querías contar algunas cosas de las palomas/que se hospedan en el árbol de la esquina/según la información que manejás”, hay ironía pero también hay ternura (“Según la información que manejás” es un endecasílabo perfectamente coloquial). Pero cuando nos habla de las cortinas metálicas, de las vidrieras polvorientas y los micros que van y vienen a Paraguay, hay pura lírica. La de Suozzo es poesía urbana y conurbana, pero de un conurbano verdaderamente universal, que hace pensar en un gran poema de Pessoa como Tabaquería.
Emilio
I
Siempre te veo quieto en la puerta del negocio
contemplando la nada o los galpones comerciales
donde no sucede otra cosa que el trabajo
tu ocupación gira entorno al movimiento del barrio
aunque por acá sólo vivan viejos que tienen perritos, gatos
o alguna hija también entrada en años
la fachada de tu local se enfrenta a la mía
nos separa una calle que es transitada
por micros que van y vienen a Paraguay
a veces estás parado en la puerta
al mismo tiempo en que yo me asomo
a ver si algo finalmente sucede.
II
Mi circunstancia es peor que la tuya
debo permanecer detrás de una reja
que pusimos para protegernos
de los chicos que roban en el barrio
tu local tiene una vidriera polvorienta
y un recibidor del que salís haciéndole facha
a la chica que todos los días te trae el almuerzo
y también a las paraguayas recién llegadas
que duermen en el local de la esquina.
III
Durante los últimos meses
en que la situación laboral es realmente mala
y los dos tenemos mucho menos trabajo que antes
coincidimos en la puerta bastante seguido
después de algunas horas de leve movimiento
comienzan a llegar los micros a la terminal
pero a veces doblan tan rápido la esquina
que ni siquiera podemos mirar
los pasajeros que viajan adentro
nuestras figuras aparecen dibujadas
en las ventanillas de los colectivos que pasan con prisa,
funcionan como una especie de espejo empañado
en el que nos vemos reflejados de un lado y otro de la vereda.
IV
Mi negocio de auto-partes consta de una oficina
y un galpón comercial que abre su persiana a la calle
allí dentro alojamos las piezas de los automóviles
en estanterías de metal, a veces subimos la cortina
hasta la mitad para que por la abertura ingrese el sol
cualquier agujero es mejor que la oscuridad del encierro
los sábados el trabajo todavía es mas tranquilo
yo solamente debo esperar hasta el mediodía
para que regrese la camioneta de realizar las entregas
ahí es cuándo te observo, parado en el umbral
a tu edad yo preferiría recibir una jubilación
y estar en mi casa disfrutando la tranquilidad del hogar
pero venís a trabajar igual aunque todos comenten
que plata no necesitás, tenés una casa hermosa
y siempre andas cambiando el coche por uno más nuevo.
V
Esta mañana cuando salí a la puerta
cruzaste la calle para conversar conmigo
y aprovechar que mi cuadra tiene más sol que la tuya
me querías contar algunas cosas de las palomas
que se hospedan en el árbol de la esquina
según la información que manejás
el nido es muy débil y esta allí hace dos años
fue construido de a poco con ramas muy finas
para incubar a los pequeños huevos blancos
la madre paloma es fácil de ver
porque tiene el cuerpo robusto y el pico delgado
esta semana tuvo familia por segunda vez
estabas muy contento por el nacimiento
hasta conservabas de recuerdo
los pedacitos rotos de la cáscara del huevo
el pichón que nació todavía se alimenta de sus padres
con una sustancia parecida a la leche por estos días
pesa un poco más de quince gramos y te están dando
muchas ganas de ponerle de nombre Emilio.