Alan Moore: "Nadie puede dejar nada atrás"
Moore por Chimal
Viernes 06 de enero de 2017
Cinco citas de la novela Jerusalem, de Alan Moore (Liveright, 2016), seleccionadas y traducidas por el escritor mexicano Alberto Chimal, autor de libros como Los atacantes, La torre y el jardín y Grey.
Selección y traducción de Alberto Chimal.
"Nadie puede dejar nada atrás, trazar una línea debajo de algo y fingir que se ha ido. Ni acción, ni palabra, ni pensamiento. Todo se queda allí, en el camino, para siempre."
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"El público tiene un apetito por la tristeza y lo sentimental, y todo lo que ve como el color de las clases desfavorecidas, pero a nadie le gusta el sabor de la miseria."
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"(…) Esto lo hizo pensar en las opiniones que previamente había tenido sobre la predestinación, y si la gente realmente podía tener atisbos de las rutas que iban a seguir. Ahora podía ver que aquellas eran dos preguntas separadas que precisaban respuestas diferentes. Sí, ahora pensaba que probablemente hay un patrón en cómo ocurren las cosas que ha sido dibujado de antemano, o al menos a veces parece haberlo, pero por otro lado también pensaba que, de haber semejante designio, es demasiado grande y extravagante como para ser leído o comprendido, de manera que nadie puede predecir cómo se van a desenredar todas sus florituras, salvo por accidente. Sería como tratar de predecir todas las formas que tomará una nube, antes de disolverse del todo, en el púrpura del atardecer."
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"Tener el fuego de la voluntad y del espíritu es imprescindible, pero inútil si el combustible está mojado o si se enciende por nada, como yesca. Lo que importa es cómo se arde."
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"Una persona debería ser su propio ideal y su propio campeón, por mucho tiempo que le tomara llegar a serlo."