Máquinas perfectas
Viernes 03 de octubre de 2025
En la mesa de novedades de hoy diseccionamos máquinas literarias y sacamos a relucir sus engranajes.
Las vidas, los textos, las casas, en el fondo funcionan como máquinas complejas con estructuras, mecanismos y cimientos que las ponen en pie y funcionamiento. La selección de novedades del día de hoy nos hace pensar en esta dimensión mecánica, más no por eso carente de dulzura, que hay detrás de ciertos libros y sus propuestas de reconstruir una escena, un recorrido o un oficio.
Miguel Vitagliano se pregunta por lo escritorios donde la creación comienza, mientras Wendell Berry narra, sin cinismo ni artilugios, una vida común atravesada por la guerra. Joelle Taylor indaga en sus poemas cómo viven las mujeres de la contracultura butch, mientras Masashi Matsuie entreteje la arquitectura con lo vincular, la modernidad con la tradición. Para cerrar, la máquina oscura de Zui Long, que intenta construir una caja de resonancia para un diálogo que se ríe del amor y la literatura, al borde de su deterioro total.
Wendell Berry
Chai Editora
“Esta es la historia de mi vida, que mientras la viví fue a la vez una carga y un impulso y una serie abrumadora de estímulos sensoriales, y ahora es como un sueño ya soñado. Esta es mi historia, mi muestra de agradecimiento”.
Hannah Coulter, una mujer mayor que vive en una granja en Port William, recuerda su pasado: la muerte temprana de su madre, la pobreza y el trabajo con la tierra, el vínculo con su abuela, su primer matrimonio, marcado a fuego por la guerra, el nacimiento de sus hijos y la sensación profunda de pertenencia a su comunidad. Al mismo tiempo, Hannah parece ser uno de los últimos testigos de un mundo que se extingue frente a la modernidad, en el que la manera de trabajar y de vivir está acompasada con los ritmos de la naturaleza y el cuidado de los otros.
La memoria es una forma de reivindicar ese modo de vida que desaparece, de hacer presentes a los muertos, de perdonar y de entender. En este libro delicado y carente de cinismo, las alegrías y las tragedias están narradas sin artilugios, sin solemnidad ni victimización. Ahí reside, quizá, el talento último de Berry: poder escribir el fluir de una vida, de adentrarnos en una lógica y un tiempo propios.
Leer Vida de Hannah Coulter es una experiencia conmovedora que resuena en los lectores durante mucho tiempo.
Miguel Vitagliano
Tenemos las máquinas
¿Cuál es la tecnología de la imaginación? ¿Qué dispositivos conciben los escritores para inventar un cuarto propio, que imponga su estilo?
Antes de dejar Berlín, Brecht desplegaba su poética múltiple en sus siete escritorios mientras que Sylvia Plath advertía en la puerta de su cuarto: «¡Silencio, aquí trabaja una genia!». Miguel Vitagliano conjura e invoca los espacios, máquinas y manías de diversos escritores, para dejar vía libre a la escritura. Como si el espacio o el dispositivo fuera el primer requisito para la creación. «Llevamos incrustada en el estómago una máquina de escribir silenciosa», dice William Burroughs, y Vitagliano se pregunta cómo grandes escritores desplegaron una poética singular del espacio, su propia disposición, para escribir, siempre, en contra de los obstáculos, los exilios, las dictaduras o las interrupciones de la vida doméstica. Desde los primeros escritorios, como la célebre imagen de san Jerónimo junto a su león, hasta el claustro de Sor Juana, el encierro de Flaubert o la escritura siempre móvil de Sarmiento, cada estilo se puede pensar desde su dispositivo, es decir su disposición para escribir.
Hoy en día no encontramos ni un solo instante de nuestras vidas que no esté, asegura Giorgio Agamben, controlado, contaminado o modelado por algún dispositivo. Esa aparente imposición, es la condición de la imaginación literaria, la conciencia de esa restricción que es a la vez posibilidad. Desde la emergencia de universos alternativos como Tlön al ciberespacio, acaso todo lo que imagina la inteligencia artificial, también requirió antes una sala de máquinas con cientos, miles de escritorios ocultos, dispuestos para encerrarse a escribir las tramas incesantes de la literatura.
Joelle Taylor
Cuenco de plata
El cuerpo femenino es un espacio político.
C+nto incursiona en las vidas privadas de las mujeres de la contracultura butch; cuenta, desde adentro, la historia de las protestas que lideraron en los años noventa para reclamar sus cuerpos como propios: el difícil equilibrio entre supervivencia y autoexpresión. Historia, magia, rebelión, fiesta y prédica vibran en los cantos de Joelle Taylor para traer a la superficie a estas comunidades cuasi clandestinas de mujeres.
En parte memoria y en parte conjetura, en este libro Taylor explora la sexualidad y el género a través de una poesía lírica, expansiva, imaginista, épica e íntima. C+nto es un poema de amor, una revuelta, una noche interminable y un homenaje.
Masashi Matsuie
Libros del Asteroide
Tôru Sakanishi es un arquitecto recién graduado que se acaba de incorporar a Murai, un prestigioso pero pequeño estudio de arquitectura fundado por Shunsuke Murai, discípulo de Frank Lloyd Wright. Sakanishi se siente profundamente cautivado por la sensibilidad artística y el cuidado que el estudio Murai demuestra en cada uno de sus proyectos. Cuando el caluroso verano llega a Tokio, el estudio se traslada a la casa de verano que Murai tiene en un pequeño pueblo situado en las faldas del monte Asama. Allí, el pequeño equipo de arquitectos, incluidas las dos mujeres por las que Sakanishi se siente torpemente atraído, trabajará en el concurso para el proyecto de la nueva Biblioteca Nacional de Literatura Contemporánea en Tokio.
Ganadora del prestigioso premio Yomiuri y de gran éxito en su país, La casa de verano es una novela originalísima que explora como pocas el fascinante mundo de la arquitectura y el Japón contemporáneo con su oscilación constante entre modernidad y tradición.
Zui Long
Sed
Precipicio transcurre, como todos los textos de Zui Long, en el Reino de Hacia: construcción espacio-temporal inclasificable, tan cerca de la Dinastía Tang como de una distopía post-industrial. Escrita en lothro, lengua materna del narrador, esta novela-diario permite tematizar la experiencia idiomática y las flexiones que el cambio de lengua produce en la percepción del mundo. Como en Pupila, hay transformaciones sutiles e inquietantes: un día, el protagonista despierta siendo más alto que antes. El autor malayo-argentino se ríe del amor, de la literatura y del arte en general, mientras acepta una paradoja: toda voz, por autónoma que sea, necesita un diálogo como caja de resonancia. Zui Long vuelve con una novela hipnótica, íntima y lúdica, donde cada reflexión se desliza con la naturalidad de un sueño y la precisión de un mecanismo antiguo que aún funciona. ¿Quién escribe? ¿Quién lee? ¿Por qué seguimos jugando? Entre el amor y su deterioro, entre el yo que escribe y el que se despierta odiando, hay un solo salto: el precipicio.