Leer hace bien

Crédito foto: Fundación Filba
Martes 27 de mayo de 2025
En un reciente informe de Flacso para Fundación Medifé, el 76% de los encuestados afirma que las actividades culturales les aportan vitalidad, bienestar, creatividad y conexión social.
Leer hace bien, dicen. ¿Es una frase hecha o una realidad? Al menos sabemos que el 76% de los encuestados por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires afirma que las actividades culturales —como bailar, hacer música o asistir a eventos artísticos— les aportan vitalidad, bienestar, creatividad y conexión social. El informe lo hizo el Área de Comunicación y Cultura de Flacso para Fundación Medifé, bajo el título “Cultura para la salud”.
En este estudio se analizó la relación entre la participación cultural y el bienestar en la Ciudad de Buenos Aires, con base en una investigación que incluye cuatro olas de encuestas realizadas entre 2021 y 2023, además de entrevistas y relatos de vida. El estudio parte de una pregunta central: ¿cómo impactan las actividades culturales —como bailar, leer, tocar un instrumento o asistir a eventos artísticos— en la salud y la calidad de vida de las personas? Y los datos relevados evidencian que la participación en prácticas culturales, tanto en calidad de consumo como de producción o formación, tiene efectos positivos y significativos en el bienestar individual y colectivo.
Además de mejorar nuestro vocabulario, nuestra ortografía y –sin duda– nuestras conversaciones, es innegable que la lectura alimenta nuestra imaginación, incrementa y entrena nuestra capacidad de atención, y hasta hay estudios que indican que mejora nuestro insomnio, nuestra capacidad de toma de decisiones, refuerza nuestra fuerza de voluntad (¿hay algo más satisfactorio que terminar de leer un libro y cerrarlo en la última página?), y aumenta nuestra inteligencia emocional.
En esa línea, y con la ciudad con más librerías del mundo, Buenos Aires, por escenario, Patricia Ferrante, Hernán Seiguer y Romina Solano concluyeron su trabajo, en el que alcanzaron los 3600 casos, con 1400 respondentes en Ciudad de Buenos Aires y 1200 en el Gran Buenos Aires. Uno de los datos más llamativos es que mientras que algunos consumos culturales, como la asistencia a eventos o la práctica de actividades artísticas, decayó notablemente en pandemia, la lectura se mantuvo estable, firme.
“Tener una práctica cultural -afirma Enrique Avogadro en el informe- de alguna manera es explorar tu propio artista interior, porque en definitiva todos tenemos eso. Te conecta con una capacidad de contar historias y de contar tu propia historia”.
Si querés leer los resultados completos, podés hacerlo de modo gratuito por acá.