Héctor Libertella regresa a librerías

Por Valeria Tentoni.

“La literatura es ese ir y venir sobre una huella que nadie eligió”, escribe Héctor Libertella promediando La arquitectura del fantasma, el libro que lo ocupó durante sus últimos meses de vida y no llegó a ver publicado. Nacido en Bahía Blanca en 1945, el mismo día que Borges pero casi cincuenta años después, en una casa de bibliotecas vacías (“el único volumen era un viejo diccionario impreso de 1917”), a los cuatro años ya era capaz de leer y escribir. Fue, además de autor de libros como ¡Cavernícolas!, El lugar que no está ahí, El árbol de Saussure, Diario de la rabia o Zettel, publicista (hizo campañas para Campari, Vino Toro o Marlboro), profesor universitario, antologador, editor e investigador. Es en la ya citada “autonecrología”, como la llama Ignacio Echevarría en el prólogo, que conoceremos acerca de su disciplina y su precocidad, como cuando narra que aprobó media carrera de Letras sólo en el primer año de cursada. A los veintidós años obtuvo el Premio Paidós por El camino de los hiperbóreos. En 1986, el Premio Juan Rulfo por El paseo internacional del perverso. En 1971, el Premio Internacional de Novela Monte Avila por Aventuras de los miticistas. Como editor, Libertella fue capaz de producir más de setescientas primeras ediciones por año y cuidar de doscientos veinte colecciones en la editorial de la Universidad Autónoma de México; también fue capaz de mandar a enterrar la monotipo con que confeccionaban todos esos libros en los patios de la imprenta, en santa sepultura agradecida por los servicios cumplidos.

Después de su muerte, en 2006, buena parte de los libros de Libertella se convirtieron en figuritas difíciles. “Desde entonces, sus libros han tenido una circulación errática o no demasiado nítida”, dice su hijo, el también escritor Mauro Libertella, autor de Mi libro enterrado (Mansalva). “Algunos se reeditaron (Ediciones del Andariego hizo una edición de Nueva escritura en Latinoamérica, Fondo de Cultura publicó Cavernícolas), salieron un par de inéditos (A la santidad del jugador de juegos de azar, por Mansalva, por ejemplo), y en algún momento pensamos que lo mejor era agrupar todo en unas Obras Completas para sistematizar y ordenar los materiales en circulación, y sobre todo los que no circulaban. Pero en los últimos años de su vida mi padre se lanzó a un trabajo muy radical de reescritura y remix de toda su obra, quitando, agregando, superponiendo, revisando, de manera que había varias versiones de un mismo libro y la posibilidad de agrupar todo en uno o dos libros se volvía inmanejable, esencialmente por el tamaño de los posibles tomos, pero también por la naturaleza de esos textos. Así que pegamos un volantazo y nos pareció más adecuado ir reeditando sus libros para que vuelvan a estar conseguibles, para que una nueva generación de lectores se encuentre con esos materiales y ver qué tipo de electricidad transmiten”.

Así se inició una conversación con el sello Blatt & Ríos, que acaba de publicar el primero de los libros de Héctor Libertella en su catálogo, Memorias de un semidiós. "Se interesaron inmediatamente y nos propusieron algo más ambicioso de lo que hubiéramos creído, que es ir publicando todos los títulos de narrativa, uno por año. De esa manera, cada libro tiene tiempo de hacer su recorrido, un título no pisa u obtura al otro. Un año es un buen tiempo para que un libro se inserte en la trama de las librerías y las casas de los lectores, y al final del recorrido los libros de mi padre van a estar disponibles, y encima en una editorial muy afín a esa literatura, una editorial súper literaria que publicó a Aira, a Strafacce, a Fogwill, camaradas de generación, amigos de mi viejo, y también a autores raros de la generación siguiente”, agrega Mauro, esperanzado por el nuevo recorrido de estos títulos.

“La obra de Libertella es excelente”, dice Damián Ríos, desde Blatt & Ríos, y repite que la idea es publicar un libro de narrativa por año: “Hay libros de Libertella que están en un fleje entre lo narrativo y lo ensayístico, que seguramente vamos a incluir en el plan. No así lo puramente ensayístico. La obra de Libertella tiene preocupaciones formales propias de escritores que empezaron a publicar en los setenta. Hay un péndulo en la Literatura argentina que oscila entre lo formal y lo contenidista. La producción actual tiene más preocupaciones contenidistas, pero de todas maneras Blatt & Ríos, que tiene una fuerte apuesta por lo actual, tiene autores como César Aira, Fogwill y más acá en el tiempo Pablo Katchadjian, Iosi Havillio o Derian Passaglia que tienen un gusto por la forma y en ese sentido la obra de Libertella entra perfecto en esa parte del catálogo”.

En el camino de reponer estos libros, Blatt & Ríos decidió acompañarlos de pequeños prólogos “que ubicarán los libros en la discusión actual”. Publicada originalmente en 1998 en editorial Perfil, Memorias de un semidiós “es sin dudas la ficción más detectivesca de Héctor Libertella”, dirá Malena Rey en el suyo, destacando que esta es una de las novelas menos herméticas y más convencionales de este autor inclasificable. Excelente puerta de entrada, entonces, para quienes se asomen con timidez, “una de sus novelas más minimalistas y accesibles”.

Rey, quien también es editora en Caja Negra, cerrará su intervención diciendo, antes de dar paso a la novela: "En un presente dominado por la literalidad y la pérdida de terreno de la imaginación, Libertella apostó por la novela como un artefacto sofisticado capaz de volver el mundo más interesante. Fue –y sigue siendo– un autor exigente, que pide lectores atentos, dispuestos a perderse y dejarse llevar por su ingenio, su humor culto y sus juegos verbales. Su obra desconfía de la profesionalización de la escritura, rehúye de la complacencia del mercado y se inclina hacia la experimentación, la reescritura, la reflexión sobre el lenguaje y el futuro de la lectura. 'El lector del futuro es un lector sintético, un hombre pinchándose las venas con una lapicera Parker', escribió en El árbol de Saussure (2000). Que sus libros vuelvan a circular no sólo es una oportunidad para descubrir a un escritor único: es también una invitación a leer de otro modo".