"El adjetivo es el mayor enemigo del escritor"
Caellas subraya a Josipovici
Lunes 22 de febrero de 2016
El escritor y director de escena (“El Paseo de Robert Walser” y “Entrevistas breves con escritores repulsivos”, entre otras), autor de Teatro del bueno, elige 5 subrayados de Moo Park, de Gabriel Josipovici.
Selección de Marc Caellas.
“El adjetivo, dijo, es el mayor enemigo del escritor. La gente que no sabe escribir ni pensar y que sin embargo se tiene por amante de la literatura está enamorada de los adjetivos, dijo, para esta gente la literatura es sinónimo de adjetivos, se pasan la vida en un baño de espuma con burbujas de adjetivos. Por eso Raymond Chandler no escribe: 'Entré en la habitación. En el suelo había una alfombra extraordinariamente gruesa hecha de etcétera, etcétera'. En lugar de eso, escribe: 'Entré en la habitación. La alfombra me hizo cosquillas en los tobillos'.”
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“Echaba de menos ser sin más el hijo de sus padres, el nieto de sus abuelos, y tener amigos, no necesariamente amigos íntimos, sino amigos a secas, que a su vez fueran los hijos y los nietos de los amigos de sus padres y abuelos. Es lo más duro de ser un desarraigado, dijo, que cada vez que conoces a alguien tienes que empezar de cero. Como si tuvieras que justificarte cada vez que entablas una nueva relación. Como si tuvieras que presentarte con toda tu plenitud, en lugar de hablarles de ti solo si te preguntan.”
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“Lo peor que le ha sucedido a la gente en nuestra época, dice, es que le ha cogido miedo al silencio. En lugar de buscarlo como quién busca a un amigo o como una fuente de renovación, hoy lo que se hace es tratar de acallarlo por todos los medios.”
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“Solo los escritores pueden hacer justicia a las ciudades, dijo, los pintores y los compositores no tienen nada que hacer ante ellas. Solo los escritores pueden captar su variedad, los múltiples estratos de tiempo e historia que se han ido acumulando para conformar cada una de ellas. Los pintores están obligados a centrarse en un momento concreto, dijo, y los hay que lo han hecho con brillantez, como Dix y Grosz, Hogarth y Richard Hamilton. Pero los escritores pueden ofrecer una idea del auge y la decadencia, de la variedad y el carácter impredecible de las ciudades, pueden expresar esa sensación, que siempre tenemos en las ciudades, de que cualquier tentativa de domeñarlas e interpretarlas será en vano. Los escritores están desvalidos ante el género humano, dijo, pero hacen valer sus méritos cuando se los coloca frente a una ciudad.”
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“No existe nada semejante a la memoria colectiva, dijo, no hay más que una infinidad de memorias individuales. Cuando un político invoca la memoria colectiva, dijo, es el momento de prestar atención. Nacionalismo, dijo. Patriotismo. Todos esos monstruos de otro tiempo. Hoy vemos con qué rapidez han resurgido. La memoria colectiva es amnesia colectiva, dijo. Nuestros recuerdos, o son personales o no son nada. No son uniformes. No son coherentes. Iluminan momentáneamente la vida como en un parpadeo y desaparecen de nuevo en la oscuridad.”
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Todas las citas fueron tomadas de Moo Pak, de Gabriel Josipovici. Compllices editorial, traducción de Juan de Sola.