Cómo arranca un Nobel
La primera novela de Peter Handke
Jueves 12 de marzo de 2020
Leé un extracto de la primera obra del reciente Premio Nobel de Literatura, publicada en 1966 por editorial Suhrkamp, mientras Handke estudiaba Derecho: Los avispones, recuperada por Nórdica.
Por Peter Handke. Tradución de Anna Montané.
¿Puede persistir el enojo en alguien que está comiendo?
Si el enojado come pan y el pan ya está tan duro y enmohecido que miga y corteza son un maltrato para las encías, entonces, entre miradas sombrías y amenazantes, comenzará a masticar con más fuerza y furia. El impulso de los alimentos cuando pasan por la garganta pone de manifiesto la intensificación de su sentimiento; en el interior de los zapatos, los dedos arquean la planta del ensañado pie. Pero, por suerte, ahora el enojado no está comiendo este pan, sino la sopa bien condimentada; además, el espacio donde come apenas está afectado por el ruido de los otros con los que él está en estrecha relación; para evitar que se excite demasiado, los otros procuran comer la sopa silenciosamente. Así, él se ve obligado a escuchar sus propios ruidos mientras, con todas sus fuerzas, sigue intentando permanecer enojado.
Come siguiendo su costumbre: primero, se inclina sobre el plato y, apenas tiene la cuchara a mitad del camino entre el plato y la boca, acerca los labios a los bordes del cubierto y sorbe la sopa; pero ahora, como el silencio es casi total, oye el embarazoso chapoteo de la sopa que le cae de la cuchara al plato; el silbido se le escapa entre los dientes sin que lo pueda evitar; los chasquidos que hace con los labios lo torturan a traición; finalmente, los ronquidos y gruñidos que se producen en la garganta del hombre a cada sorbo que pasa por su laringe lo transportan hacia otros pensamientos.
¿Puede, por tanto, persistir el enojo en él cuando está comiendo? La batalla contra los ruidos en la cocina prácticamente silenciosa, ¿no acabará distrayéndolo de sus acalorados sentimientos?
Al final sucederá que, para que los otros dejen de notar los ruidos que hace cuando traga la comida, el hombre se tragará primero las ganas de venganza, se sentará derecho y empezará una conversación, pongamos que sobre la hormiga alada que tras entrar por la ventana abierta ha ido a parar al suelo de la cocina y, ahora, empuja de cabeza su cuerpo por una rendija porque quiere regresar a la tierra, aunque debajo de la cocina no haya más que inmundicias y fango.