Jo Dunkley: "Aún queda mucho por descubrir"
La astrofísica y su primer libro, en Fiordo
Lunes 28 de febrero de 2022
"Espero que veamos más diversidad de todo tipo en la astronomía del futuro. Y estoy segura de que las próximas generaciones descubrirán muchas cosas nuevas e interesantes", dice la autora de Nuestro universo, una guía de astronomía, publicado por Fiordo.
Por Valeria Tentoni. Fuente foto: Daniel Hambury para Evening Standard.
La palabra "astronomía" quiere decir "ley de las estrellas", leemos en las primeras páginas de Nuestro universo, una guía de astronomía, el maravilloso libro de la astrofísica británica Jo Dunkley, investigadora en cosmología. Nacida en 1979, una de las voces más jóvenes del campo, Dunkley también es profesora (a sus cursos en Cambridge asistió, por ejemplo, Stephen Hawking) y la docencia tuvo mucho que ver en la redacción de este, su primer libro.
Dunkley fue parte del equipo científico de la NASA que preparó el lanzamiento de la sonda WMAP, y actualmente trabaja sobre los orígenes y la evolución del universo con el Telescopio de Cosmología de Atacama y el Observatorio Simons (Chile). Ha recibido numerosas distinciones, entre ellas la Medalla Maxwell, el Premio Fowler de Astronomía, el Premio Rosalind Franklin de la Royal Society de Londres (por su trabajo sobre el fondo cósmico de microondas y su programa de incorporación de niñas a las ciencias) y el Premio Philip Leverhulme.
Autora de numerosos artículos científicos, Nuestro universo. Una guía de astronomía es un precioso libro para el gran público, y Daniela Bentacur acaba de traducirlo para la editorial argentina Fiordo.
Dunkley aceptó responder algunas preguntas vía correo electrónico al respecto:
¿Cómo fue escrito este libro?
Escribí la mayor parte de él durante un año en que tuve un poco más de tiempo de lo habitual, libre de muchos trabajos docentes o administrativos. Pero todavía estaba haciendo malabares con la investigación, así que solía escribir en lugares como cafés, para mantener la escritura separada de la investigación.
¿Qué lecturas te acompañan más allá de los libros científicos?
Leo más que nada novelas. Me gusta perderme en ellas, me dan un respiro de mi trabajo.
¿Por qué creés que son importantes los libros, como el tuyo, que hacen accesible para muchas personas conocimientos científicos?
Creo que es nuestra responsabilidad como científicos explicar al público en general lo que hemos descubierto. Nuestro trabajo es financiado por el público, así que siento que si no lo compartimos de modo tal que sea comprensible, no lo hemos hecho del todo bien.
¿Qué libros te guiaron en este sentido?
Me encantó El universo elegante, de Brian Greene, desde que me abrió toda una nueva área de la física sobre la que no conocía nada todavía. También me gustó mucho Cómo le salieron las manchas al universo, de Janna Levin. Ella combinó ciencia con una especie de diario, y me demostró cómo las historias acerca de las personas pueden ayudar a que la ciencia se convierta en algo más cautivante.
En tu libro encontramos varias comparaciones gráficas que facilitan las explicaciones, por ejemplo para asimilar distancias. ¿Cómo trabajaste este punto? ¿La docencia te ayudó en este sentido?
Muchas de ellas se inspiraron en actividades que los educadores de la NASA desarrollaron para actividades en el aula. Yo di un curso de astronomía de una semana hace unos 15 años a un grupo de maestros de escuela, y nuestro trabajo consistía en darles actividades para llevar a sus aulas. Comenzamos con muchas de estas ideas de la NASA que mencioné, y luego pude probar otras y ver qué funcionaba. Gran parte del contenido de este libro está inspirado en ese curso.
En tu libro leemos que las mujeres no pudieron nombrar estrellas durante mucho tiempo, o que la mujer que descubrió el patrón de las cefeidas, por ejemplo, no tenía permitido operar telescopios. ¿Pensás a este libro no sólo como uno de astronomía sino también como un libro feminista de astronomía?
Terminó de ese modo, ¡pero sucedió por error! Yo simplemente comencé a escribir sobre astronomía, pero me encontré totalmente absorbida por las historias de las mujeres astrónomas. Me daban ganas de saber más sobre ellas y sus vidas, y también me quedaba claro que ellas habían hecho descubrimientos muy importantes que no habían sido bien reconocidos. Así que quise darles ese reconocimiento extra.
Algunas personas encuentran sosiego en las ideas acerca del universo, cierta conciencia de la propia pequeñez. Pero muchas otras sufren sentimientos abismales. En este libro visitás los misterios del universo en cada capítulo, ¿cómo te plantás frente a ellos?
Conocer lo que hay ahí afuera me hace sentir pequeña, pero a la vez me provoca un hermoso sentimiento, el de ser parte de algo más grande y más maravilloso. Pienso en el universo como en nuestra casa, y me propuse darle a las personas esa sensación de comenzar a conocer nuestra casa mayor. Creo que cuanto más conocés del universo, menos intimidante se vuelve.
Tu libro tiene información preciosa, bella, como aquella sobre la vejez de la luz que nos llega del sol. ¿Cuáles son tus cinco datos astronómicos favoritos?
Me encanta que:
—Urano se haya volcado.
—La luz de las estrellas que vemos en el cielo nocturno sean de hace cientos o miles de años.
—Haya agujeros negros gigantes en el medio de cada galaxia.
—A través de los efectos de la gravedad, podamos ver imágenes del mismo objeto en diferentes momentos en el pasado, como una pequeña máquina del tiempo.
—Podamos ver la fotografía del universo cuando nació.
La historia de las ideas nos muestra que cohabitamos con muchos malentendidos, y que aceptar que algo ya no puede ser considerado verdadero es cosa difícil para los seres humanos. En tu carrera lograste varios eurekas, ¿pero qué hace falta para conseguir uno? ¿Qué actitud debe tener una investigadora?
Creo que se necesita de muchas personas trabajando duro juntas. El tipo de ciencia al que me dedico se produce en equipo, y todos tienen una tarea importante que hacer. Ciertamente, siempre me he sentido interesada por los datos nuevos y he intentado descifrar qué me están diciendo, por lo general probando nuevas maneras de mirar esa información. Así que creo que ser curiosos es lo más importante, y mantener la mente abierta. En mi caso, además, fue importante el disfrute práctico del trabajo con código fuente, ya que esa es la herramienta que utilizo para estudiar las nuevas imágenes del cielo.
Como marcaste recién, mirar al cielo es mirar el pasado. ¿Pero qué podemos esperar del futuro en este campo? ¿Más mujeres involucradas? ¿Aliens?
Espero que veamos más diversidad de todo tipo en la astronomía del futuro. Y estoy segura de que las próximas generaciones descubrirán muchas cosas nuevas e interesantes. Espero que aprendamos más sobre la posibilidad de vida en otros planetas alrededor de otras estrellas. Espero que averigüemos qué es esa extraña materia oscura invisible. Espero que podamos ver las primerísimas galaxias y también que logremos descubrir por qué el espacio se expande cada vez más rápido. Incluso podríamos aprender más sobre cómo el universo comenzó a crecer en el Big Bang, o si hubo algo antes del Big Bang. Aún queda mucho por descubrir.