Angela Davis: "La libertad es una lucha constante"
Miércoles 24 de setiembre de 2025
Compartimos un extracto de ¿Democracia para quién?, los ensayos de resistencia publicados por Eterna Cadencia Editora.
Por Ángela Davis y Adriana Ferreira Silva. Traducción de Fernando Bogado.
Adriana Ferreira Silva: Quería comenzar por una pregunta ligada con su autobiografía. Cuando usted describe su infancia en Birmingham, en aquella situación de constantes ataques a la comunidad negra, liga ese momento al terrorismo. En Estados Unidos existe una noción muy particular de terrorismo. Me gustaría escuchar una reflexión de su parte acerca de este punto, porque cuando un terror de este tipo, interno, tiene lugar, Estados Unidos no lo clasifica como terrorismo. También usted ha pensado de qué manera esto incide en el modo en que una persona en particular es considerada terrorista o no. Assata Shakur¹⁶ fue definida como terrorista, pero un supremacista blanco que comete un atentado dentro de Estados Unidos en general no es designado con ese término.
Angela Davis: Es muy interesante pensar que las bombas en Birmingham eran algo de todos los días en mi infancia. Creo que la primera vez que escuché una bomba fue cuando tenía cerca de tres años. Eran miembros del Ku Klux Klan que bombardeaban las casas de las personas, bombardeaban iglesias, bombardeaban sinagogas. Por lo que, finalmente, en octubre de 1963, la iglesia baptista de la calle 16 fue bombardeada y muchas chicas jóvenes resultaron asesinadas: todo el mundo sabía quién lo había hecho. Todo el mundo sabía quién lo había hecho porque, efectivamente, por increíble que parezca, el principal responsable del Ku Klux Klan que había llevado adelante esa acción era conocido con el nombre de “Dynamite” Bob.¹⁷
El hecho de que todo esto haya ocurrido con total impunidad y que haya sido defendido por el gobierno local, por el gobierno a nivel del Estado, evidencia que ese terrorismo mostraba que había un terrorismo racial que fue parte integral de la historia de Estados Unidos. También está ligado al linchamiento, a formas extrajudiciales de terror, pero considero importante señalar que todo eso terminó siendo absorbido por el aparato legal estadounidense. Y el sistema de pena de muerte continúa siendo utilizado. Estados Unidos es el único país del mundo, la única democracia industrializada del mundo –término que les agrada usar a los principales representantes del país–, que continúa usando la pena de muerte como una forma punitiva rutinaria.
O sea que podemos ver la historia de ese terror tal como se expresa en el sistema jurídico actualmente. Es interesante comprobar que los linchamientos no disminuyeron hasta que la pena de muerte comenzó a ser utilizada con regularidad. Particularmente, contra gente negra.
Por lo tanto, estaba muy enojada, sí, cuando se asumió la idea de que el terrorismo siempre vino desde afuera: son los musulmanes los que traen el terrorismo, o es Assata Shakur, o es Patrisse Cullors, que fue una de las fundadoras del Black Lives Matter. Ella escribió un texto muy interesante que se llama When They Call You a Terrorist.¹⁸ Así, a los que realmente representan un impulso en dirección hacia la democracia se les llama terroristas. Y a aquellos que quieren mantener un Estado basado en la violencia racista se les llama o se los considera antiterroristas. ¿No es raro?
Adriana Ferreira Silva: Este libro autobiográfico existe solo porque Toni Morrison la convenció para que lo escribiera cuando usted tenía 28 años. Y, según entiendo, fue por este acto que se terminaron haciendo amigas. Me gustaría saber algo más acerca de esta amistad, si tiene algunas anécdotas para compartir.
Angela Davis: Efectivamente, Toni Morrison fue la persona que me convenció de escribir esta autobiografía. No la conocía antes de que ella me abordase. Ella era una editora, todavía no era “Toni Morrison”. Era una mujer que trabajaba en Random House, una de las principales editoriales del mundo. Se acercó y me preguntó si estaba interesada en escribir una autobiografía, y le respondí que no. Le dije: “¿Quién escribe una autobiografía cuando tiene veinte años?”, no tenía sentido para mí. También le dije: “Además, no me considero a mí misma un modelo”. Usualmente, la gente que escribe una autobiografía comparte sus experiencias con el resto del mundo porque supuestamente las personas necesitan encontrar algo de inspiración. Aparte de todo esto, sabía qué tipo de autobiografía iba a ser requerida por una empresa editorial como Random House: iban a querer algo atractivo, que hablase de mi vida sexual, por ejemplo… Y no iba a hacer eso de ningún modo. Entonces le dije a Toni que la única manera en la que iba a considerar la posibilidad de escribir una autobiografía era si podía hacer una autobiografía política. Una en la que no solo me pusiera a reflexionar sobre mi experiencia individual, sino también pensase en las experiencias de los movimientos, las experiencias de todas las comunidades en lucha. Entonces, acepté escribirla.
Ella tuvo que pelear con los altos mandos de la empresa porque no estaban muy interesados en publicar una autobiografía política de nadie. Solo querían aprovecharse del hecho de que había mucha gente que conocía mi nombre en ese momento y que, con eso, podían vender muchos libros. Pero aprendí mucho con Toni Morrison. La extraño mucho. Falleció a comienzos de julio de este año [2019] y todavía no me acostumbro a la idea de que ella ya no está aquí con nosotros. Como dije en su responso, creo que mucha gente creerá alrededor del mundo que ella no está muerta porque su trabajo todavía está con nosotros, afectándonos. Y eso es cierto. Pero debo agregar que todos aquellos que la conocían difícilmente puedan imaginarse un mundo sin su risa. Todos los que alguna vez se cruzaron con ella saben de lo que estoy hablando.
Ella fue la responsable del surgimiento de la literatura de las mujeres negras, sobre todo, por su trabajo editorial. Antes de que ella fuese conocida como una novelista, encontró escritoras y las vinculó con editoriales. Siempre dijo: “No soy la persona que está siempre en las marchas, no hago ese trabajo, pero lo que sí puedo hacer es dejar un registro histórico de que esto pasó”. Por eso, publicó la autobiografía de Muhammad Ali, la de Huey Newton, fundador de los Panteras Negras, la de George Jackson. Ella decidió de una manera muy estratégica cómo iba a dejar su huella. Y luego se transformó en una de las novelistas más conocidas del mundo. Ella era realmente increíble, puedo pasarme el resto de la charla hablando sobre ella.
Adriana Ferreira Silva: Ya han llegado las preguntas, son muchas. Voy a tratar de organizarlas en bloque. El primer bloque será el de feminismo.
En su autobiografía, usted relata diversos episodios de sexismo dentro del movimiento por la liberación del pueblo negro. Justamente en su libro dice: “Existía una penosa actitud entre algunos activistas negros del sexo masculino consistente en confundir su actividad política con la afirmación de su masculinidad”. ¿Cómo combatió este tipo de comportamiento?

Angela Davis: Creo que es un poco ilusorio suponer que había un “movimiento feminista” –que al principio era un movimiento feminista blanco– y que había quienes realizábamos un trabajo feminista en otros espacios. Me llevó mucho tiempo asumir mi identidad feminista. Y eso es porque conceptualizaba el feminismo como un elemento de la burguesía blanca. Se suponía que era posible abordar los problemas de inequidad de género sin abordar también asuntos que tuvieran que ver con el racismo, con el capitalismo y con la explotación económica. Escribí un libro sobre las mujeres negras en el blues llamado Blues Legacies and Black Feminism porque había quedado en claro para mí que las mujeres del blues, a través de la música, estaban haciendo un trabajo feminista. Y curiosamente, a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta, con la emergencia de un nuevo movimiento contra las violaciones y los acosos sexuales, y la emergencia de un movimiento contra la violencia doméstica, las personas decían que esa era la primera vez que las mujeres se comprometían públicamente en conversaciones sobre la violencia. Y, cuando hice esta investigación sobre el blues, vi que estas mujeres negras, en la década del veinte, ya hablaban y cantaban sobre la violencia en el ámbito íntimo. Y la compartían, creando así una comunidad que podía entender de qué estaban hablando.
Creo que, con el paso de las décadas, la noción de feminismo en su totalidad ha cambiado, se ha transformado. Por ejemplo, ¿cuál es el término con el que asocian al feminismo hoy en día?
Alguien del público: Emancipación.
Alguien del público: Igualdad.
Alguien del público: Empoderamiento.
Angela Davis: Genial, me encanta este ejercicio. ¿Están familiarizados con el término interseccionalidad? Sé que lo están, no debería hacer la pregunta de este modo, pero permítanme el juego retórico.
Público: Sí.
Angela Davis: ¿Dirían que es un término feminista?
Público: Sí.
Alguien del público: Lucha por la igualdad.
Angela Davis: ¿La igualdad para quién?
Público: [Aplausos].
Angela Davis: Creo que, con el tiempo, aquellas personas que, como yo misma, veían con cierta distancia al feminismo han terminado aceptando que el propio movimiento se ha transformado. Y que, por un lado, la presunción debió haber sido que el feminismo excluía las luchas por la justicia social o por la igualdad económica. Cuando hablo del feminismo, no me refiero al feminismo de nadie.
Hablo del tipo de feminismo que intenta pensar todas estas formas de opresión. Un feminismo con una influencia marxista. Un feminismo con su historia, una historia antiimperialista, anticapitalista. Definitivamente, estoy pensando en un feminismo anticapitalista. Un feminismo que reconoce que el capitalismo siempre ha estado conectado al racismo. De hecho, no podemos pensar el capitalismo como si nunca hubiese sido racial, cuando está en la base misma de su constitución esta característica. La esclavitud fue la forma primitiva de acumulación del capitalismo, el cual parece estar únicamente asociado a la revolución industrial. Pero ese sería el tema de otra conferencia.
En definitiva, tendríamos que pensar en un feminismo amplio, uno que reconozca que es nuestra responsabilidad el expresar solidaridad con las mujeres kurdas en Rojava.
La experiencia de la democracia que se está viviendo en el norte de Siria es para considerar. El gobierno turco quiere destruirla. Y de allí acaba de retirar sus tropas el individuo que vive al 1600 de Pennsylvania Avenue, en Washington D.C. Mucha gente no sabe que las tropas kurdas, que estaban luchando contra el isis, estaban compuestas por un número muy grande de mujeres. Si miramos esa comunidad, encontraremos el éxito de campañas en contra de la violencia de género, en contra de la violencia en el ámbito de la intimidad. Esas mujeres guerreras están en el ejército y, al mismo tiempo, los hombres fueron forzados a cambiar sus ideas, sus preconceptos, de lo que significa estar en una relación con una mujer. Este es el feminismo de las mujeres kurdas, con ese feminismo me identifico.
¹⁶ Assata Olugbala Shakur (Nueva York, 1947), activista estadounidense, exmiembro del partido de los Panteras Negras, veterana del Ejército Negro de Liberación (Black Liberation Army, bla).
¹⁷ El 15 de septiembre de 1963, una bomba destruyó la iglesia baptista de la calle 16 de Birmingham (Alabama), matando a Cynthia Wesley, Carole Robertson y Addie Mae Collins, de 14 años, y Denise McNair, de 11. El atentado también dejó heridas a otras veinte personas en el local, conocido por ser uno de los principales centros de reunión de los activistas negros de la ciudad. Hasta la década de 1970 no se retomó el caso.
¹⁸ Patrisse Cullors y asha bandele, When They Call You a Terrorist. A Black Lives Matter memoir, Nueva York, St. Martin’s Press, 2018 [Cuando te llaman terrorista, trad. de Clara Ministral, Madrid, Capitan Swing, 2021].