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Prólogos

Un puente natural entre los debates feministas en el mundo

Buchi Emecheta por Elisa Fagnani

Buchi Emecheta nació en 1944, en el seno de una familia de la etnia igbo. A los 11 la prometieron en matrimonio, se casó a los 16: Delicias de la maternidad, de la autora nigeriana, llega a Argentina con Editorial Empatía. Aquí su prólogo.

Por Elisa Fagnani.

 

 

Florence Onyebuchi "Buchi" Emecheta nació en Lagos, Nigeria, en 1944, en el seno de una familia igbo. A los dieciséis años se casó con Sylvester Onwordi. El matrimonio estaba arreglado desde sus once años. Onwordi, no particularmente entusiasmado con los hábitos literarios de su esposa, quemó su primer manuscrito.

Hija de un trabajador ferroviario y una ama de casa, acorde a la tradición de ese entonces la joven Emecheta pasó los primeros años de su vida ayudando en las tareas del hogar, mientras que su hermano fue enviado al colegio. La niña logró persuadir a sus padres respecto de los beneficios del acceso a la educación, y finalmente cursó sus estudios primero en una escuela misionera y luego en una escuela metodista, ambas para mujeres.

A los dieciséis años abandonó la escuela y, dos años después, se mudó a Londres a causa de los estudios universitarios de su marido. Con Onwordi tuvo cinco hijos y un matrimonio infeliz, por momentos violento. Así lo retrata Emecheta en Ciudadana de Segunda Clase, una obra autobiográfica publicada en 1974.

Instalada en Londres, Emecheta dejó a su esposo a los veintidós años. Cursó la carrera de Sociología en la Universidad de Londres mientras trabajaba para mantener a sus hijos. Se recibió con honores y en 1991 completó un Doctorado en la misma universidad, para luego convertirse en profesora permanente de esta institución y una autora sumamente prolífera.

Debido a su éxito como escritora, Emecheta fue profesora invitada en distintas universidades norteamericanas, británicas y nigerianas. Dirigió el sello editorial Ogwugwu Afor, recibió una beca del Arts Council de Gran Bretaña y la mención Granta a la mejor joven novelista británica en 1983. Entre sus obras se destacan las novelas El precio de la novia (1976), La chica esclava (1977), la autobiografía Head above water (1984) y las obras de teatro Family Bargain (1987) y A kind of marriage (1976), esta última adaptada y transmitida por la BBC Television, entre otras.

Delicias de la maternidad fue publicada por primera vez en Londres por Allison & Busby, en 1979. Esta novela forma parte de una serie de obras que abordan un viaje de cuestionamiento y (re)descubrimiento respecto del rol de la mujer –negra, africana y afro-británica–, ya que la interseccionalidad y las especificidades que éste implica son elementos fundamentales en la obra de Emecheta, marcada por un fuerte componente autobiográfico.

***

Delicias de la maternidad es un relato doméstico: retrata la vida y muerte de Nnu Ego, una mujer proveniente de Ibusa, una aldea situada en el interior de Nigeria. Sus angustias, fracasos y victorias; su recorrido a través del matrimonio, la pobreza, las amistades y el trabajo. Retrata, fundamentalmente, las peripecias de la maternidad africana y sus particularidades en un momento de profunda inestabilidad y cambio.

Una maternidad tan deseada como impuesta, que trae alegría y dolor en proporciones iguales. Definitoria, en tanto los personajes femeninos de la novela son generalmente mencionados a partir de su condición de hijas, madres o esposas. La madre, la madre de la madre, la hija de Agbadi, la madre de Oshia, Mamá Oshia o Mamá Abby, la hija de Ola, la esposa de Nnaife, la madre de niños inteligentes, son algunos de los términos más recurrentes a lo largo de la novela.

La maternidad condensa, además, un universo de significaciones y experiencias inseparables del contexto en el que se materna: la Nigeria colonial, marcada por el pasaje de la aldea a la ciudad, de las tradiciones al “progreso” del hombre blanco. Nnu Ego se vuelve madre en un entorno hostil, definido por el desarraigo de su comunidad, sus valores y apoyos. El contraste entre Lagos y la comodidad de su vida anterior, en Ibusa, es una constante que se mantiene a lo largo de la novela. La vida en Lagos destituye a la protagonista del alto rango que ocupaba en la comunidad de Ibusa y, por momentos, convierte a sus hijos, posesión más preciada de una mujer, en meras bocas a las que alimentar.

Y es que esta obra es, entre otras cosas, un desgarrador retrato de cómo las vidas y costumbres de lxs nigerianxs se vieron violentamente trastocadas por el sistema colonial. Lagos corrompe, entre otras cosas, lo que la maternidad tenía de sagrado. Mata de hambre a Nnu Ego y su familia -en el sentido literal por la falta de recursos; en el sentido metafórico, en la medida en que los personajes van progresivamente perdiendo contacto con las costumbres que alimentaban su identidad. En Lagos no hay forma de vida por fuera del sistema colonial y sus necesidades; los roles, trabajos y tiempos dependen de ello.

La novela parece proponer, sin embargo, que las mujeres tienen una mayor capacidad de adaptación respecto de (sus) hombres. Mientras los hombres en la vida de Nnu Ego oponen resistencia al cambio –como es el caso de su esposo, Nnaife– o se ven completamente absorbidos por las costumbres de la ciudad y se desvinculan de sus tradiciones originarias –como es el caso de Oshia, el hijo mayor de Nnu Ego– las mujeres despliegan una flexibilidad que les permite equilibrar el impacto de la vida en Lagos con los valores de la comunidad igbo.

En este sentido, frente a la pregunta planteada por Nnu Ego hacia el final de la novela –“Dios, ¿cuándo crearás a una mujer que se llene a sí misma, un ser humano completo, no el apéndice de nadie? ¿Cuándo voy a ser libre?” aparece el personaje de Adaku. Segunda esposa de Nnaife, el marido de Nnu Ego, Adaku abandona la vida familiar tradicional para convertirse en prostituta, y encarna de este modo la liberación de la mujer, históricamente destinada a ser esclava de su rol doméstico –hija, madre y esposa.

La prostituta triunfa. Monta un negocio exitoso, se vuelve dueña de sí misma y provee a sus dos hijas mujeres con una educación de calidad –una decisión disonante dentro de la comunidad de Lagos en los años 40. Los hombres se vuelven accesorios, al servicio de sus necesidades, y no viceversa. Sus hijas se vuelven individuas y no proveedoras de inmortalidad al linaje del marido. Adaku se libera de las presiones sociales que acechan a Nnu Ego durante toda su vida.

Delicias de la maternidad es, también, un relato histórico. En este sentido, es preciso destacar el componente autobiográfico de la obra, cuya materia constitutiva se entrelaza con los primeros años de la vida de la autora. Nnaife pelea en la Segunda Guerra Mundial y, al igual que el padre de Emecheta, sufre heridas –en el caso del personaje, psicológicas–que condicionarán el resto de su existencia. La educación de los hijos, tanto varones como mujeres, es un motor de conflicto tanto en la vida de Emecheta como en la de los personajes de la novela: la educación como vía hacia el progreso profesional; la disyuntiva respecto del lugar de las hijas mujeres en el esquema educacional, familiar y profesional.

A través del relato doméstico, Emecheta narra la historia de Nigeria durante la segunda mitad del siglo XX: el colonialismo y su decadencia, la trata de esclavos y su abolición, la Segunda Guerra Mundial y el impacto de las crisis económicas en las colonias, como así también la relación entre los africanos y los colonos ingleses instalados en Lagos, con las contradicciones y procesos de aculturación de lxs nigerianxs migrantes a las grandes ciudades, gestionadas por colonos ingleses.

La escritura, efectiva, está al servicio de la narración. Marcada por capítulos largos, descripciones breves pero concisas y abundantes escenas de diálogo, la estilística multiforme acompaña las transformaciones de los personajes de la novela. El ejercicio de constante adaptación define tanto la prosa como la trama, como si ésta fuera un requisito de la vida misma y, por ende, un movimiento necesario para retratar la historia de una vida.

En un tono ficcional y no necesariamente militante, el lector presencia la transformación de la Nigeria colonial a través del recorrido biográfico de la protagonista. De la vida de campo al capitalismo en Lagos; la irrupción violenta de las problemáticas típicas de la ciudad –la extrema pobreza, el choque entre tradición y modernidad, la transición de mujer gestora del hogar a comerciante por necesidad económica, etc.

Delicias de la maternidad es, por último pero no menos importante, una novela de una actualidad abrumadora. Un puente natural entre los debates feministas en el mundo, en la Argentina actual y el África del siglo XX, que viene a desmitificar las distancias imaginarias entre estos dos universos.

 

 

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