Un desorden controlado
Agustina Paz Frontera
Miércoles 22 de marzo de 2017
La poeta y periodista, autora de libros como La central del sentir y Una excursión a los Mapunkies, es una de las invitadas al próximo Filba Nacional, que arranca en Bariloche el 5 de abril.
1. ¿Qué te llevarías de tu casa en caso de incendio?
Me llevaría las llaves para poder volver a entrar y ver las ruinas.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Es bastante difícil de responder porque muchas lecturas me impresionaron por muy diversos motivos desde la infancia hasta ahora, pero si pienso en las lecturas cercanas en el tiempo y que trabajan géneros similares a los que yo intento creo que Black Out de María Moreno causó en mí lo que me gustaría que mis textos causen. Es un desorden controlado, sostiene la tensión dramática desde lo biográfico y desde lo ensayístico. En mis textos en prosa puedo aspirar a contar interpretaciones e investigaciones, a poner lo personal en relación a la historia, por eso este libro es para mí una referencia, aunque me guste leer ficción es algo que no puedo hacer, no sé cómo. La poesía es otra cosa.
3. ¿Qué es lo mejor y lo peor que le puede pasar a un escritor?
No me identifico como escritora, desconozco las aspiraciones, conflictos, placeres de las y los escritores. No miro el mundo como escritora. Lo peor que podría pasarle a un escritor es morir y lo mejor es que lo confundan con una escritora.
4. La superstición es...
La superstición es ansiedad pasada por el tamiz del delirio místico, de una mente estupefacta ante los maravillas del mundo. Me volveré supersticiosa ya mismo.
5. ¿Qué disco escucharías manejando solo por la ruta del desierto?
Anduve muchas veces por la ruta del desierto yendo de Neuquén a Buenos Aires y a la inversa. Nunca me voy a olvidar a los 20 años, una de las veces que volvía a Neuquén desde Buenos Aires, donde estudiaba, de ir escuchando en el walkman un disco de Portishead, una canción, Glory Box, que es como una tormenta, donde Beth Gibbons grita: “a woman, i just wanna be a woman”, en ese momento coincidía con una terrible angustia, era 2002. Me gustaría volver a atravesar la ruta del desierto escuchando ese disco 15 años después. La distorsión en la guitarra me provoca una apertura a lo inesperado, un estado de alerta. El paisaje anodino y la música de la desesperación no hacen un efecto tumba, sino lo contrario, generan alegría.
6. ¿A qué persona real, nacida en cualquier momento de la historia, ledesearías una vida eterna? ¿Se lo darías como castigo o como premio?
Como premio, sin dudas. Pienso en gente cercana que se murió y no quería morirse. Que tuvo un accidente o una enfermedad fatal. Conozco gente que quería morir y murió, la muerte es terrible o no en función del deseo que se tiene de dejar de existir. Las que seguimos vivas no importamos en todo esto, extrañar a un muerto me resulta mezquino, egoísta, lo que hay que sentir es alegría si está bien muerto y rebeldía si la muerte es injusta.
7. ¿De qué personaje de ficción te gustaría ser amigo en Facebook?
De Aleana, el personaje de Aleana, de Sbarra. Tengo muchas amigas parecidas.
8. ¿Qué creés que hay después de la muerte?
Cuántas preguntas sobre la muerte. Desde el punto de vista de la que muere no hay nada más que carne en proceso de descomposición, organismos que se nutren de los restos, dudo que en términos de conciencia eso implique alguna actividad. Desde el punto de vista de quienes sobreviven hay dolor y mucha imaginación, me parece que la muerte es parte necesaria de la vida, es un lugar común, pero es radicalmente cierto.
9. ¿Nos mandás una foto de tu biblioteca?