Nueve preguntas a Nicolás Teté

1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

Un libro: Los Monumentos y Lugares Históricos de la Argentina, que me regaló mi abuela Porota, tapa dura de cuero y con las hojas amarillas. Lo que más me gusta es que tiene su firma en la primera página como todos los libros que ella tenía. También puede ser un juego de tazas de café que les regalaron a mis padres para su casamiento y como no lo usaban me lo adueñé para poner de utilería en alguna obra de teatro o película. Hace unos días me apareció en Instagram una publicidad del mismo juego y es más caro de lo que pensábamos. 

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?  

Con hacer que el lector pase un buen momento estoy hecho. Por eso pienso en varios libros y autores. Por nombrar algunos más recientes: El hombre que duerme a mi lado, de Santiago Loza y Los llanos, de Federico Falco. Son libros que me dejaron pensando, releyendo y recordando fragmentos cuando ya había terminado la lectura. También me gustaría producir ganas de escribir, que es lo que siempre me pasa cuando un libro o una película me gustan mucho. 

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Lo mejor es que me dio una red de contención. Es adonde me gusta ir en todo momento. Cuando me siento mal, cuando estoy ansioso o no me encuentro y también cuando tengo una historia que me quema las manos. Y encima es uno de mis temas preferidos de charla con amigos. 

Lo peor, pero no tan malo, es que quiero escribir todo el tiempo o por lo menos que estoy todo el tiempo pensando frases, palabras. Por momentos eso me atormenta. También lo malo es que no escribo todo lo que quisiera, ni tampoco llego nunca a leer mi lista de pendientes. 

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Me encanta regalar libros. Libros y vino son las cosas que más disfruto regalar. Encima soy muy pesado recomendando, les digo veinte veces los libros que me gustaron a mis amigas. Es un problema porque a la hora de regalarles ya leyeron muchos de los que les regalaría. Uno que regalé muchísimo es Miss Tacuarembó, de Dani Umpi, me fascinó mucho esa novela la primera vez que la leí. Me parece una novela muy disfrutable, un lindo regalo. 

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

Alguna canción de mi lista de Spotify en la que voy metiendo todas las canciones que me gustan. El año pasado las artistas que más escuché según la app fueron Francisca Valenzuela, Malena Villa y Daniela Spalla. Así que seguro hay un mix de canciones de ellas. Cuando escribo pongo música en francés para no desconcentrarme con la letra. 

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

El verde de las sierras de Merlo después de una buena lluvia. Un verde como aterciopelado que me transporta a las vacaciones de mi infancia. Cuando era chico y me preguntaban por mi color favorito siempre respondía verde. 

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

No sé si tomar taller, pero sí sé que me encantaría conversar con Manuel Puig. También me hubiese encantado tomar un taller con Hebe Uhart. Por suerte está el libro sobre sus clases. 

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

Me compro bastantes libros, recomiendo mucho y por ende presto bastante. Ya doy por perdidos los Nueve cuentos de Sallinger que se lo presté a un excompañero de la facultad. Le di El telo de papá, de Florencia Werchowsky, a una amiga y no me animo a recordarle que no me lo devolvió. Le presté a mi novio Scalabritney de Martín Zicari y lo dejó en su antiguo departamento antes de mudarse. Últimamente presté Quebec de Tamara Tilli y Las Malas de Camila Sosa Villada, aprovecho y digo todos así los recupero. 

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?

La biblioteca es una hilera larga en una de las paredes del living, pero la tuvimos que seguir en un escritorio y otras mesas del departamento. En general ordenamos por editorial, pero está un poco desordenada y también van por orden de llegada porque si saco uno corren riesgo de caerse otros.