Nueve preguntas a Marcelo Figueras

Foto por: Alejandra López
Martes 06 de mayo de 2025
El novelista, ensayista y guionista de cine argentino acaba de publicar Valecuatro (Alfaguara) y lo invitamos a responder nuestro clásico cuestionario.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Me tienta decir que arena del desierto del Negev, que recogí cuando fui a cubrir la segunda Intifada para un medio español y conservo todavía, en un frasquito. Pero los puristas dirán que la arena no es un objeto sino una sustancia, por lo cual optaré por decir: las novelas de Alejandro Dumas que me legó mi abuelo, publicadas por la Editorial Tor en algún momento entre 1916 y 1930. (Porque las ediciones del catalán Torrendell, un inescrupuloso, carecen de fecha de impresión.) Los tres mosqueteros, Veinte años después, El vizconde de Bragelonne, El conde de Montecristo: son un tesoro para mí, a la vez literario y sentimental.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Qué elección imposible... Entre los contemporáneos diría El paciente inglés, de Michael Ondaatje, que es de las novelas que más he releído: una bella historia, contada de manera novedosa, a través de una estructura elegante y un lenguaje claro pero al filo de lo poético. Pero la que mejor representa mis aspiraciones podría ser Oliver Twist, de Charles Dickens, porque lo tiene todo: una historia atrapante, humor, crítica social, suspenso, horror, personajes inolvidables y una escritura deslumbrante. Me gustan las novelas que te llevan en ruleta rusa, a pasear por la gama de emociones más amplia que se pueda experimentar.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
¿Lo mejor? La posibilidad de haber vivido mil vidas (y mil tiempos, y mil geografías) en una, y aprender lo que se siente al calzarte una piel distinta de la propia. Peor no encuentro nada, porque no puedo atribuirle nada malo. (Aunque tal vez debería culparla de mi temprana miopía, por mi compulsión a leer en todas partes, aun en movimiento o con escasa luz.) No me he hecho millonario a su costa ni obtuve el reconocimiento que creo merecer, pero ¿cómo comparar eso con el mérito de haber dado sentido a mi vida?
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Operación Masacre, de Rodolfo Walsh. Porque encarna para mí el ideal del escritor argentino: la contundencia de lo real, afilada por la excelencia literaria hasta cortar como un láser.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Soy de pasear por muchas emociones a diario, así que un disco solo no podría representar nunca la música funcional que habita mi cabeza. A veces suena como el Maurice Jarre de Lawrence de Arabia, a veces como el Gabriel Yared de la película Betty Blue y a veces como el Alexandre Desplat de films de Wes Anderson como The French Dispatch.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Los tornasolados que le descubrí a la fauna ictícola cuando buceé en el Caribe mexicano. Son naturalmente fluorescentes y te hacen percibir la realidad en 3D, sin necesidad de gafas pedorras.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Si vamos a soñar, soñemos a lo grande. Nada me gustaría más que escuchar a Shakespeare hablando de sus procesos creativos. Como decía Isaac Davis (Woody Allen) en Manhattan, cuando lo acusaban de creerse Dios: "Y... ¡Uno tiene que modelarse a imagen de alguien!"
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Creo que me han robado más libros de los que presté. Algunos los repuse ya (por ejemplo, cómics escritos por Alan Moore como Watchmen, V for Vendetta y The League of Extraordinary Gentleman), pero a otros todavía los extraño, como Vida y visiones de Hildegarde von Bingen, una maravillosa edición de Siruela que incluía un CD con la música de esa mujer extraordinaria.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Trato de ser práctico, y de dejar a mano aquello que más amo y consulto: Shakespeare, Dickens, la literatura fantástica, la ciencia ficción, los policiales, los escritores y escritoras que más admiro, tanto los que practican algún género como los que no. (Stephen King tiene un cubículo propio, el muy bestia.) En la base, los libros que conservo de mi infancia. Apenas por encima de los estantes centrales, la poesía y los libros sobre cine y música. Arriba de todo, donde sólo puedo acceder por escalera, las ediciones originales y traducciones de mis propios libros. Y los cómics tienen su propia biblioteca, porque se la merecen.
