1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

Seguramente luego de responder esta pregunta aparecerán otros, pero tengo un viejo secreter y una silla estilo thonet, un ojo de vidrio de un tío abuelo de mi pareja, una Remington que pesa más que un automóvil y un echarpe que le tejió mi abuela a mi abuelo cuando se pusieron de novios. Y el baúl que trajo Piccardo (sí, el de Nobleza & Piccardo) cuando viajó desde Italia a Argentina (no, la historia de porqué tengo ese baúl no te la voy a contar ahora).

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?  

Yo tenía doce años. Él se llamaba Dago. Guión de Robin Wood. Dibujos de Alberto Salinas. La Editorial Columba publicó un compilado de sus primeras doce o trece historias bajo el título de Dago, el esclavo y yo me lo compré en el quiosco de revistas de la vía de Cuenca (Villa del Parque). Si bien yo ya era lector desde hacía rato, esa fue la primera vez que un libro "me voló la cabeza". Quería saber cómo seguía, esa historia. Me imaginaba aventuras con ese personaje. Les hablaba a mis amigos sobre lo que había leído... me cambió la vida, en palabras más directas. Nunca más volví a ser un niño "no enamorado por la literatura", luego de leer ese compilado de historietas. De hecho, al poco tiempo de leerlo, nunca más volví a ser un niño. Pero creo que en eso no tuvo nada que ver Dago.

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Lo mejor: no depender de horarios que no tengan que ver conmigo. Poder ver películas luego de las doce de la noche y levantarme sin que ninguna alarma me diga que tengo que hacerlo. Conocer y hacerme hermano de personas a las que jamás habría conocido, de no dedicarme a esto. Haber sido invitado a lugares a los que jamás habría ido, de no dedicarme a esto. Ser pareja de mi pareja, a quien jamás habría conocido, de no dedicarme a esto. Los momentos en que una historia no está y de pronto aparece.

Lo peor: no hay nada de malo, en la literatura. La literatura no tiene la culpa de que cada tantos meses no tenga dinero (escríbalo cien veces en el pizarrón, Saracino).

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Revival, de Stephen King. Lo leí y creo que ese mismo mes lo regalé cuatro o cinco veces (de hecho, regalé el mío diciéndome a mí mismo que lo iba a volver a comprar y ahora me doy cuenta que no lo tengo). Arrugas, de Paco Roca. Cuando viajo a ferias del exterior, siempre llevo algún Eternauta.

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

La mayoría de los días como alguna banda de sonido de películas de giallo de la banda italiana Goblins. Pero tampoco hay nada de malo, en eso.

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

Me invitaron a dar unas charlas a escuelas en Puerto Madryn y el primer atardecer me fui al muelle frente al hotel para estar un ratito solo. Debajo del agua, ahí nomás, había como una sombra enorme que salió y me mostró el azul tornasolado más hermoso que yo haya visto en toda mi vida. Nunca había visto una ballena, y me puse a llorar.

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Con Ray Bradbury.

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

El que te contaba más arriba de Dago, el esclavo. Pero no pasa nada porque una vez lo encontré en el Parque Rivadavia y lo compré de nuevo. Lo tengo firmado por Robin Wood y todo, y cuando hago zooms y me preguntan lo muestro sin decir que no es el mismo que compró mi niño. Hasta ahora, nadie se dio cuenta. Es más, no estoy del todo seguro que no sea el mismo libro que el que me lo robó vendió y que volvió a mis manos por esas extrañas cuestiones que tiene el destino.

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?  

Tengo varias bibliotecas, en mi casa. Mi hija tiene dos; una en su habitación y otra en el living. En ambas hay historietas para chicos, libros de LIJ en general y mucho humor gráfico. En la cocina hay recetarios a mano con los que intento paliar las catástrofes culinarias de cada día. En el estudio de mi pareja están los libros de arte, ensayos, guías de viaje y otros asuntos. Y en mi estudio está la de la foto. Los estantes de más abajo tienen novelas gráficas. Luego, siempre de abajo hacia arriba: terror, literatura argentina y latinoamericana, literatura contemporánea universal, poesía, clásicos, ciencia ficción, policiales, biografías y, en el estante de más arriba, los de ocultismo y magia negra para que no caigan en las manos equivocadas. El mundo depende del orden de la biblioteca de mi estudio.