Nueve preguntas a Julián Varsavsky

1.¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

El casco de un nazi matado por mi tío abuelo ucraniano en combate en la Segunda Guerra Mundial, en la recuperación de Francia, mientras cazaba francotiradores que iban quedando en las azoteas. Pero mientras iba subiendo en busca de uno, oyó un “click” a sus espaldas –las armas no eran automáticas--, se dio vuelta en un segundo y llegó a dispararle antes de que lo matara a él. El nazi fue Elber, a juzgar por el nombre que tiene pintado a mano. Lo trajo como trofeo de guerra.

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Ebano de Ryzard Kapuscinski. Me engañó con maestría haciéndome sentir que yo estaba en África y la olía, la palpaba, la veía, la saboreaba, la escuchaba y mejor aún, creía entenderla.

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Lo mejor: poder vivir de Viajar para contarla; el hecho de que escribir y viajar sean un trabajo y un sustento; y poder viajar de polizón durante décadas sin pagar el avión ni el hotel.

Lo peor: El deseo de leer casi todo.

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Algunas veces, en contexto de viajes, decidí llevar literatura de mi país como regalo para amigos y nunca lo dudé: Borges. Y ya que estamos, te digo lo mismo con la música: Dino Saluzzi.

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

En mi estudio de trabajo casi siempre hay música y son dos: clásica y jazz. Del primer género, los míos son los rusos por su profundidad musical (Stravinski, Prokoffiev, Rachmaninov, Shostakovich) Uno casi al azar: Concierto para piano Nro. 5 de Prokófiev. Y el jazz por la vida enérgica que transmite su ritmo, por sus armonías nada livianas y por el inconformismo del arte de la improvisación. Uno casi al azar: Miles around the world (Miles Davis).

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

El blanco antártico. Allí, a uno lo rodea lo prístino elemental: hielo, agua y cielo. Se pierde noción de la distancia y agudizamos la mirada hacia el blanco circundante: no es un universo monocromático, sino un tenue degradé en matices. La luminosidad rebota en todo lugar anulando contrastes. Quisiera tener el ojo esquimal, entrenado en calificar al hielo y la nieve con un sin fin de rasgos circunstanciales. Pero soy analfabeto en leer ese paisaje: no sé mirarlo y mi idioma carece de vocabulario para esos colores y texturas.

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Gabriel García Márquez es mi ídolo literario –quizá le sume lo extraliterario pero siempre me pareció el mejor de todos, en todo--, quien una vez se dio el lujo de invitar a Kapuscinski a dar un taller literario para alumnos de su fundación, pero en verdad lo contrató para asistir él mismo al taller. Me hubiese gustado el lujo de brindarme un taller con el Gabo.

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

Crimen y Castigo.

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto? 

Tengo varias y hay un cierto orden, medio inconsciente. No sé bien cuál es el criterio pero yo sé dónde va cada uno y dónde irlo a buscar. Lógicamente, hay un sector vasto de crónica de viajes que se mezcla con otros libros que alimentan mis crónicas: de filosofía, antropología y arquitectura.