Nueve preguntas a Esteban Godoy
Martes 13 de febrero de 2024
"La literatura me dio una identidad, una manera de ser ante el mundo": el autor de Nadie a quien esperar (Factotum) responde hoy nuestras preguntas de siempre.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
En los últimos dieciséis años me mudé unas diez u once veces, y en cada una de esas mudanzas fue más lo que regalé o perdí que lo que conservé. No suelo darle particular importancia a los objetos. El más antiguo que se me viene a la cabeza es mi guitarra Telecaster. Se la compré a un amigo en 2010 y me acompaña desde entonces.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
"El Guardián entre el Centeno" de J.D. Salinger. Es una novela a la que siempre vuelvo. Tiene todo lo que me gusta en una obra: personajes entrañables, tensión, tono, te hace reír y llorar. Cuando empecé a escribir "Nadie a quien esperar" fue una gran referencia.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
La literatura me dio una identidad, una manera de ser ante el mundo. Es el lugar desde donde inicio cada mañana y enfrento el día y la vida. No puedo pensarlo en términos de bueno o malo, es la vida la que me presenta ese tipo de cuestiones; y la literatura, el medio que elegí para atravesarlas.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
El mío, "Nadie a quien esperar". No solo los diez que me entregó la editorial como cortesía, sino que luego compré cinco y también los regalé. Hace unos días me hice de tres ejemplares más y van a tener el mismo destino. No me da vergüenza afirmar que escribo para que me lean. Nunca fue la idea escribir "para mí", aunque siempre parto de un intento por llegar a una verdad. Todo lo que escribo nace de esa búsqueda honesta, un intento de abordar una cuestión que me preocupa o me moviliza, o que necesito ordenar. Entonces, cuando doy con algo (y cuando digo "verdad" no me refiero a alcanzar una respuesta, sino más bien a llegar a la pregunta adecuada), ahí es donde intento traducirlo al lenguaje de la ficción.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Siempre hay música dando vueltas en mi cabeza, y muy variada. Pero el que nunca deja de estar presente es Gustavo Cerati.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Diría que el de algún mar, pero no estaría siendo sincero. Yo amo la ciudad. Me quedo con el color de las butacas de un cine, de las mesas de un bar, de los cartelitos de libre en el parabrisas de un taxi una noche lluviosa. Incluso el gris de toneladas y toneladas de cemento que veo en cientos de edificios cuando miro hacia arriba o me asomo por una ventana. Es eso lo que me conmueve. Si tuviera que nombrarlo diría que es el color de la ciudad, del movimiento y la multitud, de las posibilidades y el anonimato.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Con Raymond Carver. Más que un taller literario me gustaría tomarme una birra con él, ver cómo se sienta ante su máquina de escribir, cómo prepara el café o un trago. Le preguntaría cómo durmió, qué le depara el día, si le resulta fácil conectar con sus textos o se siente perdido; acompañarlo a recoger a sus hijos al colegio, intentar descifrar qué piensa mientras habla con ellos o mientras fuma un cigarrillo. En otras palabras, comprobar que él es real, que es un ser humano y que también se equivoca, comete errores, se emociona y se frustra. Creo que hoy por hoy los "conocimientos literarios" están en internet y en montones de libros. Pero existe algo que los excede, aquello que de verdad nos mueve a escribir, y presiento que está mucho más "acá", en las vivencias simples y cotidianas. También lo abrazaría fuerte (a Carver) hasta que me eche a patadas.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
¡Una banda! Pero me olvido enseguida y sinceramente no me importa. Sin embargo, encontrarme con un amigo después de mucho tiempo y que me sorprenda con un libro que alguna vez le presté me parece un gesto hermoso. Es más fácil prestarlos que devolverlos.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Como estoy recién mudado y me he mudado tanto, no tengo un mueble biblioteca. En este departamento, por ejemplo, armé varios sectores de estantes (uno de ellos es el de la foto), entonces los libros andan por ahí. También sobre el escritorio, la mesa de luz, o el piso. Por ese motivo me resulta difícil asignarles un orden. Y tampoco me gusta. Prefiero buscar uno y cruzarme con otros que hace mucho no leo y que quizá, al verlos, me devuelvan algo de aquella emoción que sentí al leerlos por primera vez.