Nueve preguntas a Andrés Nazarala
Cuestionario fijo
Martes 07 de abril de 2020
Nacido en 1976 en Chile, además de escritor es crítico de cine y realizador. Acaba de publicar Hotel Tandil (Hueders), cruza entre novela y ensayo de cine que al mismo tiempo resulta un homenaje a realizadores como Ruiz, Hitchcock, Bergman o Cassavetes, entre otros cineastas excéntricos.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
No atesoro objetos demasiado valiosos para un anticuario pero dentro de mi patrimonio hay especialmente dos joyas invaluables. Una es una trizada caja musical que perteneció a mi abuela. Consiste en una bailarina de plástico que se mueve al son de El lago de los cisnes (creo que estaba enamorado de ella a los 4 años de edad). El otro objeto es una filmadora Super 8 Minolta de mi padre. En internet se consigue por no más de mil pesos pero para mí tiene un valor incalculable.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
No sé si hay uno. Sería más bien una suma de obras. Digamos que una mezcla de la cercanía confesional de El guardián entre el centeno (J.D. Salinger) con la erudición lúdica de Bartebly y compañía (Enrique Vila-Matas), la curiosidad morbosa de Hollywood Babilonia(Kenneth Anger) y Motoqueros tranquilos, toros salvajes (Peter Biskind) y las digresiones de Mario Levrero o Roberto Bolaño. He dicho también, medio en broma, medio en serio, que me gustaría que Hotel Tandil funcione como “un manual para cineastas fracasados”. Me interesa ese costado pragmático.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Mi amistad con la literatura ha sido estable pero algo disfuncional, así que no le puedo exigir demasiado. Supongo que lo mejor que me ha dado es una justificación para ejercer mi soledad y mi tendencia patológica a encerrarme en algún café a leer y/o escribir (o fingir que hago ambas cosas). Y lo peor, tener que conversar sobre libros con gente en reuniones y fiestas (me he especializado en mentir sobre Proust).
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Una motivación para mí a la hora de regalar libros es difundir la obra de ciertos perdedores dentro de la gran historia oficial. Es decir, no regalo a Coetzee pero sí a Richard Brautigan, Jim Dodge o Erskine Caldwell.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Va variando a lo largo del día. Por las mañanas es una canción aletargada de Syd Barrett o Skip Spence, luego cambia a un patrón continuo que podría pertenecer a La Monte Young, hacia el atardecer muta a una de Billie Holiday y en la noche -cuando estoy más activo- se convierte en el disco más ruidoso de Swans. Supongo que la jornada muere con Bach. Alguien por ahí dijo que quien ama a Bach ama la muerte.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Cuando chico tenía unos anteojos para “ver fantasmas” que distorsionaban la luz ambiente y la transformaba en un color inclasificable y maravilloso. Eso era contracultura aplicada al mundo de la juguetería. LSD para niños.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Lo tuve de profesor en un diplomado de cine pero siempre quise asistir a sus talleres literarios y nunca lo hice. Ahora que está muerto, sueño con hacerlo. Era un tipo erudito y carismático. Se llamaba Samir Nazal. El poeta Armando Uribe lo definió como “el mejor escritor de Chile” a pesar de que nunca quiso publicar.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Aprovecho este espacio para dar fe de que siempre me devolvieron los libros. Si alguien no lo hizo, no me di cuenta y eso quiere decir que el libro no me importaba. Así que todo bien. Pero es justo también que haga un mea culpa: cuando niño rompí sin querer un libro de Sandokán (Emilio Salgari) que me prestó un amigo. Era una edición muy costosa que se la había regalado su abuelo. Las hojas simplemente se desenlazaron y luego cayó la tapa dura. Para no tener que enfrentar la situación, dejé de verlo. Se llama Claudio. Le pido mil disculpas.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
No tengo una biblioteca única de madera noble ni nada de eso. Son más bien estanterías repartidas por la casa. La idea era dividirlas entre libros de cine, música, literatura universal, literatura latinoamericana y varios, donde caben desde libros de poesía hasta rareza inclasificables. A veces los libros se cruzan. Me gusta que por las noches se cambien de cama. También hay un par de dvds y cds infiltrados por ahí.
