1 ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

Es, literalmente, una pieza arqueológica: una figurita de barro de la cultura azteca, hecha antes de la conquista, que mi abuelo encontró, junto con muchas otras, en los parajes cercanos a su casa en el sur de la Ciudad de México. Cuando la familia llegó a esa colonia, toda la zona estaba despoblada, y mi abuelo se iba a escarbar en los alrededores y encontró muchísimas piezas muy interesantes. De esa colección sólo queda mi muñequito, del tamaño de mi pulgar, muy risueño.

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Creo que lo que quiero provocar con acequia es un efecto que abreva de varias obras. Pero principalmente, quiero provocar la risa franca de las obras de Ibargüengoitia y la estructura imaginaria que te deja la lectura de La vida instrucciones de uso, que va montando una arquitectura llena de vivencias en tu mente.

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Ha enriquecido mucho mi mundo, la manera en que habito mi realidad. Como le he regalado mucho de mi tiempo, quizás lo peor que me ha dado es una patológica abstracción en mí mismo que hay que combatir activamente porque si no se puede volver ostracismo.

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

He regalado muchas veces Seda y también Océano mar, de Alessandro Baricco; a la gente que no lee mucho siempre les encanta y a quienes sí leen pero no lo conocen les entusiasma mucho descubrirlo y quedas muy bien en ambos escenarios.

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

En sus malos momentos, suenan ahí las piezas más esquizoides de Philip Glass, y en sus momentos de gracia, alguno de esos discos de exitazos de cumbia.

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

Lo fosforescente. La primera vez que vi algo brillar en la oscuridad con ese verde incomparable, una luz tenue emanada del objeto mismo, yo tenía seis o siete años y me pareció un prodigio bellísimo.

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Con Marguerite Yourcenar. Es a quien más admiro y estoy seguro de que con ella se podía echar buena fiesta.

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

Muchísimos y no contesto la pregunta de manera puntual porque de hecho no me acuerdo. De pequeño mi mamá me dijo: “tonto el que presta un libro, pero más tonto el que lo devuelve”. Así que en verdad cada que presto un libro me olvido de él. A veces me los devuelven, años después, y es una grata sorpresa.

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto? 

Amontono los ejemplares en los lugares disponibles por toda la casa hasta el límite que el equilibrio y la estabilidad permiten. No me gusta imponerle un orden porque así cuando por alguna razón busco un libro, me encuentro con otro que puede resultar relevante y quede otra forma no se me habría ocurrido consultar. Este sistema, junto con el de prestar libros, funciona muy bien hasta que no vuelvo a encontrar jamás un título que en verdad necesito.