Nueve preguntas a Agustina Rabaini
Cuestionario fijo
Miércoles 31 de octubre de 2018
"La literatura es ese paréntesis que se abre al borde de la vida práctica –ese lugar tan incómodo pero ineludible- de todos los días". La periodista y escritora es autora del libro de poemas Al borde de los días, y de Del bosque florido: una vida en recetas.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Una foto de mi bisabuela japonesa Noye –una mujer hermosísima y misteriosa para mí- que encontré hace tiempo y que me interpela desde el espejo de una cómoda que alguna vez fue de su nieta, mi mamá.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Los poemas de amor de Idea Vilariño, las cartas de amores difíciles de muchos autores y poetas (Rilke, Eluard, Tsvietáieva , D. H. Lawrence, etc.) que leía cuando tenía veinte; los haikus japoneses, las listas de Sei Shōnagon. Y un poema de un monje, Ryokan, que dice así: “Vivo en un bosque profundo/ las lianas verdes crecen/ año tras año/Hasta aquí las preocupaciones de los hombres no llegan/ de vez en cuando escucho el canto de un leñador/bajo el sol remiendo mi kesa/ leo poemas bajo la luna/ a los seres de este mundo me gustaría decirles/ que para vivir una vida humana no hace falta/ gran cosa”.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
La lectura y la escritura me dieron -como el cine - un refugio seguro, algo de qué agarrarme cuando no sabía qué hacer con mis manos y antes de ir por un libro más –siempre estoy con uno encima-. Eso, hasta buscar una lapicera o un teclado y meterme de nuevo para escribir o leer y entender mejor, aquietarme o ver cómo algo cobra un orden aparente; cómo el tiempo toma forma de algo. La literatura es ese paréntesis que se abre al borde de la vida práctica –ese lugar tan incómodo pero ineludible- de todos los días.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
Las Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, por su profundidad, belleza y originalidad. Es mi clásico favorito, siempre vuelve alguna frase y hay una foto suya en casa. Fue la primera mujer que entró en la Academia de Letras de Francia y era, además, una gran cocinera. Pero también podría mencionar Las ciudades invisibles, de Italo Calvino, y algunos libros o catálogos de arte y fotografía que me conmueven: Hokusai, Sarah Moon, Minor White, Eduardo Stupía, Matisse.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Como Satie, si busco algo tranquilo, pero también como las canciones de Los Beatles o las baladas de amor de Nick Cave, Lou Reed, Spinetta o Charly, si estoy melancólica y busco más intensidad.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
El azul del mar, que no es azul pero igual busco en las fotos en blanco y negro de un artista que admiro, el fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto. Él también tiene unos estudios de color bellísimos; una serie de imágenes tomadas con su vieja Polaroid.
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Me hubiera gustado tomar al menos una clase con esa gran narradora y maestra que fue Hebe Uhart.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Un libro de poemas que me regaló un cantante y amigo de mi familia con una dedicatoria que hubiera querido conservar, tal vez, como recuerdo.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Tengo tres bibliotecas desordenadas que intento ordenar por géneros literarios y organizar entre hombres y mujeres, para encontrar los libros más rápido, pero que vuelven a mezclarse. Pensándolo bien, no hay nada de eso que se pueda separar.