En la intemperie: poéticas de la fragilidad y la revuelta
Historia feminista de la literatura
Jueves 18 de febrero de 2021
Digirigo por Laura A. Arnés, Nora Domínguez y María José Punte, con coordinación de Lucía De Leone y publicado por Eduvim, compartimos la presentación: "Ni la literatura argentina ni el feminismo, entendidos como modo de leer, son totalidades cerradas sino espacios abiertos a sentidos aún en fase de reflexión y en conflicto".
Por Laura A. Arnés, Nora Domínguez, María José Punte.
Hoy, cuando casi diariamente se publica un nuevo libro con firma de mujer, se vuelve urgente hacer la historia de esta pluralidad. Que no fue simple irrupción sino una continuidad muchas veces muda y quebrada. Porque en 1556, la carta que escribió Isabel de Guevara, perdida entre los recorridos marítimos de las coronas, en demanda de reconocimiento y justicia, fue la que echó luz sobre un olvido que se volvió réplica y constancia. Entre esa fecha y este presente, luego de un periplo de cuatrocientos cincuenta años, una cantidad de nombres, poemas, discursos, panfletos y libros sin una publicidad justa merecen una historia propia. Cuatro siglos después, y luego de los aportes de los diversos feminismos, también el término “mujer” expandió su propia historia hasta aludir a una serie de aperturas y disidencias genéricas y sexuales que cuestionan su fijeza. Cuatro siglos después, “mujer” pudo además desarmar sus propios colonialismos: otras voces emergieron y otros silencios; es decir, otros relatos, otros presentes, otras memorias.
Una historia de las fases cronológicas y de los procesos discontinuos de la literatura en la que los saltos, las secuencias, los giros o episodios del lenguaje y la imaginación piden que las torsiones del tiempo sean pensadas en otros registros y bajo otros paradigmas. Una historia que dé cuenta, en cada momento, de la aparición de otras sensibilidades y de la visibilidad de diferentes sujetos, recuperando nombres y escenas que la mirada hegemónica dejó de lado o ignoró. La intención es trazar recorridos en los que los tiempos de la institución literaria se articulen con la historia de los feminismos y se planten como un testimonio de un cambio de época.
Una historia feminista porque entiende que la reflexión sobre el género es una toma de posición; y que el feminismo es un modo de leer que reorganiza saberes históricos, políticos, identitarios y literarios. Feminista implica una condición situada, plural y crítica que tiene en cuenta las genealogías, su carácter transformador y su capacidad de lectura y resistencia. Feminista, también, porque entiende que el género es siempre ante todo una pregunta y que su afirmación binaria fijó valores, formas del conocimiento, modos de estar en el mundo y jerarquías literarias. Una historia feminista de la literatura argentina considera a este conjunto situado de textos, autores, relaciones y secuencias como un laboratorio en continua transformación, pendiente de nuevas recolocaciones que piensen la estabilidad de lo ausente y sus maneras de hacerse visible, y que contemplen las diversas magnitudes de lo nuevo. Una historia que se plantee analizar los modos en que teoría, política y literatura se entretejen y dan lugar a la emergencia de ficciones y textos complejos que ponen en cuestión tanto el canon nacional como la norma social y los protocolos de la crítica.
Se trata de una alianza, una potencia imaginarizante que habilita la aparición de un sujeto político plural pero que, además, da cuerpo a una masa poética, narrativa y crítica en disputa con pactos sociales, afectividades y temporalidades lineales.
Por eso, ante la inercia de un campo crítico que no pone en cuestión el heterocisexismo de los estudios literarios, este proyecto propone otra perspectiva sobre la literatura argentina. Una mirada feminista que trace una genealogía de escritoras más o menos conocidas, más o menos olvidadas; que desempolve textos escondidos en las estanterías de bibliotecas y archivos; que desarticule algunos vicios propios del mercado y que, en el mismo gesto, también promueva nuevas lecturas sobre la literatura argentina canónica, su recepción y su historia crítica. En consecuencia, pretende también llegar a ese público lector encargado de enseñar y transmitir saberes y lecturas renovadas.
Una propuesta en seis tomos, colectiva e intergeneracional, impulsada por quince docentes e investigadoras (que también intervienen en el campo cultural como escritoras y críticas), se ocupará en cada volumen de los motivos y problemas que la literatura, el género y la política trazan como acontecimientos históricos y simbólicos relevantes. Un diccionario será el artefacto que acompañe al final el impulso archivista de esta historia.
La obra de la artista plástica misionera Mónica Millán acompaña amorosamente la presentación de cada tomo en sus tapas. El suyo es un proyecto sostenido en la recuperación de la artesanía popular y de actividades domésticas como el bordado, pero también de zonas literarias. Sus obras emergen a través de superposiciones que develan colores, trazos y tramas originales. Hay en ellas una mirada sobre el pasado que se proyecta hacia el futuro. Hay también un cruce entre naturaleza, materiales industriales y trabajo que devela cómo lo humano siempre se toca con lo animal, lo cósmico y lo vegetal.
En cuanto al uso del lenguaje inclusivo, en diálogo con los debates actuales, se decidió respetar las modulaciones y variaciones que se están dando en el campo social y dar libertad a les autores en su utilización. Sin embargo, teniendo en cuenta las discusiones más recientes, se optó por la utilización de la “e” en lugar de la “x”, para favorecer la lectura en teclados para no videntes y personas con baja visión.
Una lectura feminista permite ir contra las sedimentaciones del sentido común en la universidad, en la crítica y en los medios y decir lo imposible o, tal vez, forjar algunas de las condiciones para imaginarlo.