El rayo lector: así comenzó a leer Eugenia Almeida
Martes 12 de marzo de 2024
¿Cómo fue el primer flechazo con los libros de nuestras escritoras y escritores favoritos? Hoy responde, desde Córdoba, la autora de Desarmadero.
Por Eugenia Almeida.
Eugenia Almeida nació en Córdoba en 1972. En 2005 ganó el Premio Internacional de Novela “Dos Orillas” organizado por el Salón del Libro Iberoamericano de Gijón (España) por El colectivo, libro que fue publicado en Argentina, España, Grecia, Francia, Italia, Portugal y Austria. Su novela La pieza del fondo, publicada en esta misma colección y en Francia por Editions Métailié, fue seleccionada como finalista del Premio Rómulo Gallegos 2011. En abril de 2015 publicó el libro de poesía La boca de la tormenta. Es licenciada en Comunicación social, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Coordina talleres de lectura y clínicas individuales de escritura.
Entre sus últimos libros se cuentan Desarmadero, La tensión del umbral e Inundación (Documenta/Escénicas)
Le preguntamos cómo fue su primer flechazo con los libros. ¿Cuánto le cayó encima el rayo lector?
La escena que yo puedo reconstruir tiene que ver con una conmoción, pero no como un rayo, como una epifanía, sino como una conmoción constante: ver a mi vieja. Ella hubiera querido ir a la universidad, que era un sueño que no pudo cumplir, y trabajaba mucho todo el día, de una manera muy esforzada, muy cuesta arriba. Yo la veía que cuando venía de todo su día de trabajo, apenas después de comer, el ritual automático que ella hacía era sentarse a leer. Y la veía reírse y emocionarse y enojarse y fastidiarse, interactuar con los libros de una forma tan... Para mí era fascinante ver eso. Y yo quería sentir eso. Quería que me pasaran esas mismas cosas.
Entonces, para mí los libros eran como objetos mágicos que necesitaba poder descifrar por mí misma. Por supuesto, ella me leía, pero yo todo el tiempo quería esa escena extraña de intimidad entre una persona y un libro. Y creo que de ahí sale mi amor por la lectura. No sé si decir “mi amor”: este no poder pensar la vida si no están por ahí los libros, y este siempre estar buscando un tiempo para buscar un rincón para entrar en los libros y la emoción enorme de pensar que no se van a acabar, que siempre hay más libros para leer, que siempre voy a tener esa compañía, cada vez que la busque.