9 preguntas a Mercedes Álvarez

Responde Mercedes Álvarez. Foto de Javier Narváez Estrada.

1. ¿Qué te llevarías de tu casa en caso de incendio?

Mi computadora, porque allí están mis textos presentes que tengo la esperanza de terminar de escribir.

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

Un libro de Esther Seligson que se llama Escritos a mano, y que me regaló mi amigo Rafael Toriz. Es una recopilación de ensayos y textos poéticos. Ese libro me acompañó estos dos últimos años, y por él llegué a Jabès. Le debo mucho.

3. ¿Qué es lo mejor y lo peor que le puede pasar a un escritor?

Lo mejor es encontrar un estilo, aunque más no sea en un solo texto. Llegar a un hallazgo sorprendente hasta para él mismo. Porque la escritura no está exactamente en la mente. En verdad nadie sabe bien dónde está. Lo peor es quizá ser exitoso en el mercado. Tener que aparecer en charlas, y volar a festivales, y por eso desarrollar un personaje con el que presentarse en todos lados, porque hay que armar la materia frágil de un escritor para convertirla en un producto. Y eso es trágico, en un punto.

4. La superstición es... 

No sé bien. Yo escribí un poema donde digo que el punto de vista no inhabilita las capacidades de los elementos. Pero eso lo decía Lucrecio. Por eso sigo persignándome con agua bendita a la entrada de las iglesias: porque no soy supersticiosa. 

5. ¿Qué disco escucharías manejando solo por la ruta del desierto?

Mozart. O folklore argentino.

6. ¿A qué persona real, nacida en cualquier momento de la historia, le desearías una vida eterna? ¿Se lo darías como castigo o como premio?

Ah, no lo sé. Creo que no se lo desearía a nadie, ni como premio ni como castigo. Quizá hubiera querido que Arlt viviera más, para ver qué más podía hacer. Pero una vida eterna, es más un castigo que cualquier otra cosa, ¿no? 

7. ¿De qué personaje de ficción te gustaría ser amigo en Facebook?

Del Rey David de Joseph Heller.

8. ¿Qué creés que hay después de la muerte?

Nada.

9. La mesa de luz a veces funciona como el segundo escritorio o biblioteca RAM de un autor:¿nos mandás una foto de la tuya?