¿Qué es la historia del conocimiento?
Por Peter Burke
Martes 08 de agosto de 2017
"La historia del conocimiento se está convirtiendo en una suerte de semidisciplina que cuenta con sus propias sociedades, publicaciones y demás. Como el conocimiento mismo, su historia ha explotado, en el doble sentido de la rápida expansión y la fragmentación": leé el arranque del libro publicado por Siglo XXI, escrito por el mayor exponente mundial de esta disciplina.
Por Peter Burke.
Si la historia del conocimiento no existiera ya, habría que inventarla, en especial para poner la reciente “revolución digital” en perspectiva, vale decir, la perspectiva de los cambios que se han producido a lo largo del tiempo. Los sistemas de conocimiento de la humanidad sufrieron cambios fundamentales en ciertos momentos del pasado. En primer término, debido a las nuevas tecnologías, como la invención de la escritura en la Mesopotamia, en China y en otros lugares; la invención de la imprenta, en especial la xilografía en Asia del Este y la impresión con tipos móviles en Occidente; y ahora, ya en el período del que tenemos memoria, la aparición de las computadoras (sobre todo las personales), así como de internet. Estos cambios tienen consecuencias impredecibles, para mejor y para peor. Como estamos a punto de comprobar en el caso de internet, los nuevos medios de comunicación ofrecen tanto amenazas como promesas. Una manera de orientarnos en un momento en que nuestros sistemas de conocimiento están en plena reconstrucción, gracias a la globalización y a las nuevas tecnologías, es recurrir a la historia.
Por fortuna, la historia del conocimiento sí existe, y el número de aportes que se hacen a esta disciplina crece a gran velocidad. A principios de los años noventa, cuando comencé a trabajar en mi libro Social History of Knowledge [Historia social del conocimiento],* creía que estaba más o menos solo en este campo. Sin embargo, en el mundo académico actual –en que la “república internacional del saber”, que en algún momen to estuvo conformada por apenas unos miles de ciudadanos, abarca millones–, es casi seguro que si se nos ocurre un tema auspicioso de investigación o un enfoque en apariencia novedoso, no tardaremos en descubrir que en otros lugares otras personas y otros grupos ya han tenido la misma idea, o una parecida. En cualquiera de los casos, pronto se volvió evidente que el estudio de la historia del conocimiento formaba parte de una tendencia.
Es verdad que hasta épocas muy recientes se consideraba que la historia del conocimiento –a diferencia de la sociología del conocimiento, a la que me referiré más adelante– era un tema exótico o incluso excéntrico. “La historia del conocimiento no existe”, declaraba el teórico de la administración y futurólogo Peter Drucker en 1993; según su predicción, se convertiría en un área importante de estudio “en las próximas décadas”. Esta vez, su predicción quedó un poco rezagada, pues el interés en la historia del conocimiento ya empezaba a surgir en aquel mo - mento, e incluía libros con títulos tales como Knowledge is Power [El conocimiento es poder] (1989), Fields of Knowledge [Los campos del conocimiento] (1992) o Colonialism and Its Forms of Knowledge [El colonialismo y sus formas de conocimiento] (1996). A partir de la década de 1990, la historia del conocimiento dejó atrás la periferia del interés histórico para situarse en el centro, especialmente en Alemania, Francia y el mundo angloparlante. En las últimas décadas aparecieron cada vez más libros sobre el tema –como lo muestra la línea de tiempo al final de este libro–, incluidos estudios como The Organisation of Knowledge in Victorian Britain [La organización del conocimiento en la Gran Bretaña victoriana] (2005).
El estudio colectivo más impresionante realizado hasta el momento es el que Christian Jacob ha editado en dos grandes volúmenes (con la promesa de dos más en breve), titulado Lieux de savoir [Los lugares del conocimiento], en analogía con la ahora célebre obra de Pierre Nora Les lieux de mémoire [Los lugares de la memoria]. A diferencia de los volúmenes de Nora, que se limitan a Francia, los de Jacob se refieren a una historia global que abarca aproximadamente los últimos dos mil quinientos años.
Si bien originariamente el tema era producto de una serie de iniciativas independientes, en la actualidad se está insertando en el ámbito institucional. Entre los grupos académicos dedicados al estudio de la historia del conocimiento, hay uno en la Universidad de Múnich y otro en Óxford, ambos abocados a los comienzos de la Edad Moderna. Se han creado cátedras, como la de la Universidad de Erfurt (2008), llamada “Culturas del Conocimiento a Comienzos de la Europa Moderna”. Se han fundado centros, como el Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia en Berlín (1994) y el Centro de Historia del Conocimiento en Zúrich (2005). 5 Se dictan cursos sobre el tema, incluido uno en la Universidad de Mánchester titulado “De Gutenberg a Google: Una historia de la administración del conocimiento desde la Edad Media hasta la actualidad”. Hay proyectos colectivos en marcha o ya concluidos; entre ellos, el referido a la historia de “El conocimiento útil y confiable”, financiado por el Consejo Europeo de Investigaciones. Cada vez son más frecuentes los congresos que encaran diferentes aspectos de este amplio tema. La historia del conocimiento se está convirtiendo en una suerte de semidisciplina que cuenta con sus propias sociedades, publicaciones y demás. Como el conocimiento mismo, su historia ha explotado, en el doble sentido de la rápida expansión y la fragmentación.
*La traducción del término inglés knowledge al castellano es tanto “conocimiento” como “saber”. Se utilizarán las dos versiones alternativamente, según resulte más adecuado al contexto. [N. de T.]