¿A quién le pueden interesar las confidencias de un escritor fracasado?
Serguéi Dovlátov
Jueves 04 de noviembre de 2021
"Delante de mí tengo una hoja de papel. Y yo atravieso esta blanca planicie nevada —solo. Una hoja de papel —¡la dicha y la maldición! Una hoja de papel —mi castigo…" Leé el arranque de El oficio (Añosluz Editora), del ácido escritor y periodista ruso que se ganó una calle con su nombre en Nueva York.
Por Serguéi Dovlátov. Traducido por Irina Bogdaschevski.
Con cierta inquietud comienzo a escribir. ¿A quién le pueden interesar las confidencias de un escritor fracasado? ¿Qué hay de instructivo en sus confesiones?
Mi vida tampoco tiene rasgos trágicos exteriores. Soy una persona absolutamente sana. Tengo parientes que me aman. Siempre consigo trabajo que me asegura una existencia biológica normal.
Más aún, poseo ciertas ventajas. No me cuesta nada conseguir que la gente esté bien dispuesta hacia mí. Cometí una decena de actos criminalmente punibles que quedaron impunes.
Me casé dos veces, y las dos veces fui feliz.
Por último, tengo un perro. Y eso ya es un exceso.
Entonces, ¿por qué me siento al borde de una catástrofe física? ¿De dónde me viene esta sensación de desesperanzada ineptitud para la vida? ¿Cuál es la causa de mi angustia?
Quiero comprenderlo. Pienso en esto todo el tiempo. Sueño y deseo hacer aparecer el fantasma de la felicidad…
Lamento haber pronunciado esa palabra. Porque las ideas que ella genera son ilimitadas, llegan hasta el cero.
Conocí a un hombre que afirmaba que se sentiría absolutamente feliz si la administración de su edificio le cambiara las cañerías de desagüe…
Un sentimiento de vanidad me está inquietando: “¡ah —pensarán—, presume de ser un genio no reconocido!”
¡Pero no es así! ¡Es justamente lo contrario! Escuché cientos, miles de comentarios sobre mis relatos. Y nunca, en ningún grupo literario de Petersburgo, ni en el más mediocre ni en el más fantástico, me anunciaron como a un genio. Ni siquiera cuando llamaban así a Goretski y a Jaritonenko.
(Les explicaré: Goretski es el autor de una novela que consiste de nueve hojas de papel fotográfico velado. Y el protagonista de la novela más madura de Jaritonenko es un preservativo).
Hace trece años que empecé a escribir. Escribí una novela, siete relatos y cuatrocientos cuentos cortos. (¡A simple vista — más que Gógol!) Estoy convencido de que con Gógol tenemos los mismos derechos de autor. (Son diferentes las obligaciones.) Como mínimo —un derecho imprescriptible. El derecho de publicar lo escrito. Quiero decir —el derecho a la inmortalidad o al fracaso.
Entonces, ¿por qué mi más común, honesta y única inclinación es reprimida por las innumerables autoridades, personas, instituciones del gran estado?
Debo comprenderlo.
No voy a tomarme la molestia de mejorar la composición de mi escrito. Caóticamente, de manera larga y no muy clara trataré de exponer mi biografía “creativa”. Serán las aventuras de mis manuscritos. Retratos de los conocidos. Documentos… ¿Qué título le daré a todo esto —“Dossier”? ¿”Apuntes de un escritor”? ¿“Composición sobre tema libre”? ¿Acaso importa? Si el libro será invisible…
Detrás de la ventana se ven los techos de Leningrado, las antenas, el pálido cielo. Katia hace los deberes. La fox terrier Glafira, que parece un leño de abedul, está sentada junto a sus pies y piensa en mí.
Y delante de mí tengo una hoja de papel. Y yo atravieso esta blanca planicie nevada —solo.
Una hoja de papel —¡la dicha y la maldición! Una hoja de papel— mi castigo…
Sin embargo, el prólogo se extendió demasiado. Comecemos. Aunque sea con esto.
***
Sergéi Donátovich Dovlátov (3 de septiembre de 1941, Ufá – 24 de agosto de 1990, Nueva York). Sin posibilidades de editar en la Unión Soviética emigró tardíamente a Estados Unidos donde trabajó como periodista y publicó varios relatos. Algunos de sus libros son El libro invisible (1977), El compromiso (1981), La zona: notas de un guardián de prisión (1982), La marcha de los solitarios (1983), Los nuestros (1983), La extranjera (1986), La maleta (1986). La Reserva Nacional Pushkin seguido de los cuentos “Ariel” y “La uva” fue publicado por añosluz editora.