Nueve preguntas a Patricio Foglia
Martes 23 de setiembre de 2025
El poeta nacido en 1985 participará del próximo Filba Internacional.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Yo.
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Meditaciones en una emergencia, antología de Frank O’Hara, en versión de Costa Picazo (Ed. Huesos de Jibia).
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
Una cita de Truman Capote. Cuando Dios te da un don, también te dan un látigo, y ese látigo es para autoflagelarte.
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
El hada que no invitaron. De mi abuela, madre y hermana, Estela Figueroa.
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Si es música, no es funcional. Banda de sonido sí; canciones y momentos, por épocas, mejor. Camino, Bitter sweet simphony. Camino de noche, Paseo inmoral. Si el cansancio me vence y no salgo, Nocturno 2, Chopin por Pollini. Salgo a correr, Zoom. Preparo un negroni, On Melancholy Hill. A la madrugada, miro la avenida desde el balcón, las luces apagadas y suena Emancipación, de Osvaldo Pugliese. El caleidoscopio sonoro varía incesante pero, más o menos, esa sería la idea. (Últimamente, Vigilantes del espejo, de Las ligas menores; bienvenido a mis 40s).
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Cuán verde era mi valle, de John Ford (1941, en fabuloso blanco y negro).
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Conozco poetas aparentemente muertos que están más vivos que poetas que todavía pisan este mundo pero están muertos, zombies sin saberlo. Taller, clínica de obra o un mísero café con Juan Gelman, Oliverio Girondo, Alfonsina Storni.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Cada vez que un libro prestado no vuelve, enciendo una vela negra. A veces no vuelve pero no enciendo la vela y simplemente decido regalarlo, en secreto.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Tengo una biblioteca más bien pequeña, acorde con el monoambiente en el cual vivo. Esta nave espacial, que viaja por el tiempo, cuenta con su biblioteca pero ínfima, dinámica y radiante, tan parecida a una mesita de luz.
