Nueve preguntas a Jennifer Croft
Cuestionario fijo
Martes 13 de abril de 2021
La traductora y autora de Serpientes y escaleras (Entropía), nacida en Oklahoma en 1981, responde hoy nuestras preguntas de siempre.
1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?
Creo que es el collar de oro que me regaló mi bisabuela, Vera, una cadena finita con un corazoncito, de cuando ella era chica (Vera nació en 1907, el año en que Oklahoma, hasta entonces “territorio indio”, se convirtió en estado). Por lo menos ese es el objeto antiguo que más uso (lo uso casi a diario, esté donde esté).
2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?
Me enamoré mucho de Un cementerio perfecto, de Federico Falco. Cada cuento en ese libro es una película, o más de una película: esos cuentos son vidas y comunidades enteras, son perfectas, a mí me dejaron con una tristeza hermosa, un sentido de pérdida y de esperanza y casi de triunfo.
3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?
La literatura me dio sólo cosas buenas, muchas miradas diferentes e interesantes, culturas y paisajes variados, una fascinación con el lenguaje y con las historias de las palabras en varios idiomas, un sentido de la forma narrativa, la capacidad de darle sentido a las cosas más absurdas que me impone la vida…
4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?
No se publicó todavía, pero acabo de traducir un libro infantil de Polonia que se llama ¿Qué hacen los sentimientos?, escrito por Tina Oziewicz e ilustrado por Aleksandra Zając, que sé que voy a regalar a todo el mundo, si tienen hijos o no. Es el libro más dulce que vi en mi vida, casi un poema, tan simple que resulta ser profundo (difícil de traducir también).
5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?
Summerwind, de Lars Danielsson, o algo parecido.
6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?
Me encanta la turquesa, una piedra importante para los indígenas de Oklahoma, que se llaman los cheroqui. Hace un par de años tuve la oportunidad de ir a Jiva, Uzbekistán, donde todo brilla turquesa, como en la foto de mí que sacó mi amigo Nathan Jeffers, arriba (sin filtro, obviamente).
7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?
Lamento mucho no haber conocido a la ganadora del premio Nobel Wisława Szymborska, poeta polaca que siempre me encantó y que me parece el modelo de comprender y transmitir el mundo. Sé que era extremadamente tímida y nunca dio talleres (tampoco existen de la misma manera allá), pero me hubiese encantado por lo menos hablar con ella sobre la literatura.
8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.
Sinceramente no me acuerdo, sé que me pasó varias veces, pero tiendo a perdonar aún las transgresiones tan terribles como esa y después me olvido. En todo caso la literatura tiene que circular, es para eso en realidad.
9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto?
Con mi marido tenemos tantos libros que nos resulta imposible ordenarlos todos, él también es escritor, editor, y traductor. En el living tenemos mezclados todos los libros que leemos por placer, mucha poesía y mucha narrativa internacional. En el dormitorio tenemos los libros que publicamos nosotros más los libros que leemos para escribir, y ahí sí, trato de organizarlos un poco por proyecto. Por ejemplo, ahora estoy escribiendo un ensayo largo sobre las postales y una novela sobre ocho traductores que matan a su escritora en un bosque primario sobre la frontera entre Polonia y Belarús. En un estante tengo mis libros sobre los árboles y los hongos y los pájaros y en otro tengo todo sobre la historia de la correspondencia y de los viajes (qué horror que por ahora forman parte de la historia, espero que se retomen pronto, así puedo volver a Buenos Aires).
