Nueve preguntas a Ángeles Salvador

1. ¿Cuál es el objeto más antiguo que conservás?

Una fotos medio fuera de contexto histórico que pertenecía a mi abuela materna, Irene Ríos, y que era del patrón de la casa en donde trabajó toda su vida como mucama. La casa: un patio gigante con colecciones de arte y habitaciones conectadas alrededor. Él patrón: un médico, la patrona: una ama de casa, entre los dos seis hijos. Mi abuela tuvo soltera a mi madre y entonces las dos personas del matrimonio fueron nombrados los padrinos de mamá. La madrina y el padrino le decían. Supongo que guardaban la foto como un recuerdo familiar, un regalo, la estampa de un santo o el recorte de un galán de cine, no sé. El tema es que quedó en mis manos cuando murió mi abuela hace 13 años, mi madre ya había muerto hacía décadas, muy joven. Esa foto y otras: la madre adoptiva de mi abuela en Solari, Corrientes, en el campo, vestida de negro, año 193, mi madre retratada por la primera comunión, año 1955, descontextualizadas por la falta de protagonistas y por mi nula voluntad historiográfica, las guardo yo.

2. ¿Qué libro de otro autor produjo en vos el efecto que te gustaría producir en quienes te leen?

¿La verdad, la verdad? Chronic City de Johnatham Lethem. Me encantaría escribir así, neurosis a la vista, inteligencia asertiva cada dos oraciones, superficialidad natural, irrealidad, mostrar destreza en varios géneros dentro de la novela y, mientras, recorrer una ciudad de manera maniática.

3. ¿Lo mejor y lo peor que te dio la literatura?

Lo mejor: una identidad de personaje, lo peor dejar de haber sido tantos otros.

4. ¿Cuál es el libro que más regalaste y por qué?

Cuentos de Navidad de Dickens por razones estacionales y por ser presa fácil del marketing.

5. ¿Como qué disco suena la música funcional de tu cabeza?

Como Grabaciones encontradas, volumen uno de Andrés Calamaro. Ecléctica, imperfecta, casual, fallida, nostálgica, llena de voces, oscilatoria, algo de vithel thoné, quejosa, loca por alguien, profética hasta la risa y agradecida al Sr. Bonano.

6. ¿Cuál fue el color más hermoso que viste en tu vida y dónde aparecía?

Un celeste turquesa y blanquecino, que brilla en su transparencia, como los ojos de un perro siberiano que aparece en los ojos del hombre que duerme conmigo los sábados.

7. ¿Con qué escritor o escritora que ya no pisa el mundo de los vivos quisieras tomar un taller literario?

Con Philip Roth.

8. Un libro que hayas prestado y no te devolvieron.

La novela luminosa de Mario Levrero.

9. ¿Cómo ordenás tu biblioteca? ¿Nos mandás una foto? 

Una parte está por color porque fue un trabajo pago que le di a mi hija menor en la cuarentena para estimularla con algo. Sí, claro, ahí va.