El vivir y el sentir del camionero

Martes 14 de abril de 2009
Por P.
Luego de una Semana Santa bastante literaria -leí un par de clásicos pendientes (¡qué lista interminable!) y un par de novedades que quería (¿tenía?)- llegué a las últimas horas del domingo con ganas de leer algo "útil". Pongo entre comillas esa palabrita para significar que en realidad no sé si algún libro es más útil que otro, pero sí quiero decir que necesitaba leer algo que no fuera una novela o un libro de cuentos. Necesitaba leer un libro de historia, algún ensayo, una biografía, algún libro más concreto que los que leo casi siempre.
Empecé, entonces, a buscar en mi pobre biblioteca de no ficción. Nada me tentaba. Hasta que un lomo chiquito que sobresalía me invitó a agarrarlo. Casi instantáneamente supe que -salvo que fuera un desastre como estaba escrito-, iba a devorar el libro en un ratito. ¿Qué libro? El vivir y el sentir del camionero, de Rodolfo Ricardo Rodríguez. ¡Sí señores y señoras!, un libro que con ese título no hace falta explicar de qué se trata.
Recuerdo cuándo lo compré, hace unos cinco años. En aquel tiempo andaba mucho por las rutas, y en una estación de servicio, para más datos en el baño, enjuagándome la cara, leí un cartel que avisaba que El vivir... se vendía en la caja del bar de la estación. Como buen enfermito de los libros, me sequé rápidamente la cara y lo fui a comprar. Por suerte quedaba un último ejemplar y me lo llevé pensando leerlo esa misma noche, aunque está visto que la cosa se postergó unos 5 años.
Siempre me gustó manejar en la ruta. Muchas veces en mis viajes, en esas horas muertas al frente de un volante, "estirando mis pensamientos", me pregunté por la vida de los camioneros. No sé si alguna vez lo hice con envidia, pero siempre con gusto por su forma de vida. Manejar en soledad, escuchar música, contemplar el horizonte, andar de viaje en forma permanente...
Pero vayamos al libro: hay que decir que su lectura es bien llevadera. Luego de una breve introducción, el libro pasa a ser una novela (¡y yo que quería libros útiles!) en donde Salvador, el protagonista camionero, pasa por muchas situaciones que hacen a la "vida y los sentimientos de un camionero". Su fascinación temprana por el camión de su papá, el cuidado de la herramienta de trabajo (su camión), su relación con sus compañeros de ruta, sus miedos a chocar, a quedarse dormido, la separación constante con su familia, sus peleas con los "otros" en la ruta, especialmente los automovilistas, levantar a gente haciendo dedo, etc. y etc.
El resultado fue más que satisfactorio. Sentí que pude acercarme un poco al pensamiento y sentimiento de miles y miles de seres anónimos, que todos los días, desafiando al frío, al calor, la lluvia, la niebla, y sobretodo al cansancio y al sentimiento de desarraigo, cumplen una función enorme en la vida de nuestro país.
Y a pesar de que seguramente mañana retomaré mis lecturas inútiles, ¡qué bueno es leer un libro útil cada tanto!