"Teniendo todo el tiempo del mundo para leer y escribir, nunca leí y escribí menos"
Lucas Soares
Viernes 03 de abril de 2020
Continuando con esta serie de conversaciones alrededor de la pandemia y la escritura, el poeta, Doctor en Filosofía, investigador, editor y docente comparte con nosotros sus impresiones y algunas reflexiones, más un subrayado clave de Max Weber.
Nacido en Buenos Aires en 1974, Lucas Soares es, además de poeta, Doctor en Filosofía, investigador, docente y director de la colección “La revuelta filosófica” de Editorial Galerna. Autor de libros como El sueño de las puertas, La sorda y el pudor y Un drama eléctrico, publicó el primero, El río ebrio, en 2005. Su último libro, La médium, salió por Mansalva hace algunos meses ya, y por entonces lo entrevistábamos al respecto.
Pero ahora, en plena cuarentena, ¿cómo se mueve su escritura? ¿Qué registro puede hacer al respecto? "Mi primera semana de cuarentena asumió la forma de esta paradoja: teniendo todo el tiempo del mundo para leer y escribir, nunca leí y escribí menos. Lo cual prueba que tener todo el tiempo del mundo para algo puede ser a veces una verdadera tragedia. Es como si viniera un demonio y te dijera: 'Aquí tienes todo el tiempo del mundo: ¡haz algo!'. Ahora caigo en la cuenta de que las injuriadas prisiones horarias de nuestros trabajos son las que mejor nos hacen aprovechar los tiempos de lectura y escritura. Las extraño", responde. Y sigue:
"Las ideas oscilan entre los impactos sanitarios, psicológicos y socio-económicos de una cuarentena extendida en el tiempo; la estigmatización que por momentos padecen los 'infectados' vistos como contagiadores seriales de 'la peste'; la presión que ejerce el imperativo autoimpuesto de máxima productividad y rendimiento (una muestra del profundo grado de introyección del neoliberalismo en nuestra psiquis); y el hecho de estar viviendo un acontecimiento histórico de total falta de previsibilidad a nivel global. Mi cuarentena se transformó en un curso intensivo para aplanar la curva de un montón de preguntas, miedos y ansiedades.
Con el paso de los días también fueron decantando algunas impresiones: que la pregunta '¿cómo la estás llevando?' nos está enfermando más que el virus; que terminamos naturalizando la visión diaria del mapa interactivo de infectados, fallecidos y recuperados como si fuera la tabla de posiciones de un Mundial; que los testimonios de cuarentena en la prensa y las redes sociales se están propagando mas rápido que el corona; y que nunca estuvimos tan desesperados por reiniciar la Matrix.
Soares, que también es editor y docente, también se refirió al proceso en el que entró su capacidad lectora: "Durante la primera semana de cuarentena estuve bloqueado para tareas intelectuales. Apenas pude disciplinarme para encarar algunos trabajos prácticos de la casa".
¿Y la escritura? ¿Apareció alguna idea alimentada por la coyuntura? "Escribir de cero: nada. A lo sumo, corregir y pulir escritos previos, como un libro de ensayos y otro de poemas".
Lecturas en curso
El político y el científico, Max Weber
"Quizá porque a partir de la pandemia el político y el científico se volvieron de golpe figuras salvíficas, me puse a releer el libro homónimo de Max Weber que, a sumanera, echa luz sobre las tensiones entre política, ética y salud que estamos viviendo", dice Soares, y nos deja un subrayado:
"Quien quiera en general hacer política y, sobre todo, quien quiera hacer política como profesión, ha de tener conciencia de estas paradojas éticas y de su responsabilidad por lo que él mismo, bajo su presión, puede llegar a ser. Repito que quien hace política pacta con los poderes diabólicos que acechan en torno de todo poder. […] La política consiste en una dura y prolongada penetración a través de tenaces resistencias; para la que se requiere, al mismo tiempo, pasión y mesura. Es completamente cierto, y así lo prueba la Historia, que en este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez".